domingo, 17 de enero de 2016

La república no precisa hombres sabios

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Antoine-Laurent de Lavoisier fue un químico, biólogo y economista Francés, ha sido considerado el padre de la química moderna, sin embargo uno de las cosas por las que lamentablemente es recordado es por haber sido victima de las intransigencias y posturas "Patrióticas" de la naciente república francesa. El fanatismo de sus verdugos lo llevó a ser condenado a la guillotina el 8 de mayo de 1794.

Sus jueces y verdugos, obnubilados por el fanatismo "patriótico" en el que nadie puede tener posturas divergentes, porque inmediatamente te conviertes en un enemigo del "sistema" y por lo tanto digno de desaparecer, finalizado su juicio, en el que sus defensores presentaron sus aportes a la ciencia, pronunciaron esta sentencia "La república no precisa de sabios" (Frase de Maximiliano Robespierre), la cual marcaría el actuar de muchos "líderes" (si se les debe llamar así) quienes se encargarían de segar la vida de muchos hombres ilustres, con tal de mantener sus políticas sin opositores.

Sin importar el lado del espectro político (izquierda o derecha) algo que ha identificado claramente un gobierno o sistema absolutista, es su capacidad de menospreciar la vida de sus hombres "ilustres" y su marcado trabajo para enajenar la mentalidad de sus partidarios y hacerlos creer que cualquier crítica a su modelo político o económico, es buscar el fin a todo el "sistema". De esta forma, procuran un espíritu de "unanimidad" política y no enfrentar procesos de oposición.

El fanatismo, patriotismo o cualquier otro componente que nos enajene de la razón y nos lleve a menospreciar la vida, nos conduce a la destrucción de nuestra sociedad, no hay elemento que obstruya más nuestro crecimiento intelectual y social que la inexistencia de posturas divergentes, visiones que nos permitan ver otras perspectivas y de esta forma ampliar el espectro de conocimiento.

La verdadera revolución social inicia con la capacidad de integrarnos a pesar de las diferencias, aprender del otro y construir conjuntamente. Las diferencias no nos dividen, nos permiten ampliar nuestra visión como personas y como nación. 

Por eso, siempre le he temido a los "líderes" que centran sus discursos en la lucha de clases, en la división de la sociedad y generar nemesis en los opositores, basando su popularidad en el odio que logran desarrollar en la comunidad.

Evitemos que estas posturas basadas en el progresen en nosotros.



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