miércoles, 21 de diciembre de 2016

33 años Cristo, 2000 años Judas


Hace algunos años, hablando con mí “anciano padre” me hizo referencia de un libro que alguna vez había leído, titulado como este post: 33 años Cristo, 2000 años Judas. Donde la principal reflexión es que los supuestos seguidores de Cristo, en sus comportamientos y actitudes parecían más seguidores del más famoso de los traidores, que del humilde carpintero de galilea.

Y es que en este referente, y sin pretender colocar ningún matiz religioso, pues es algo que evidentemente he querido evitar en todas mis publicaciones, mi disertación al lado del camino, estará centrada más que en lo religioso en las actitudes de las personas, más cuando estamos a unos pocos días de conmemorar el nacimiento de este personaje que cambio la historia de la humanidad.

Durante muchos años nos encontramos como en nombre de este humilde personaje se han realizado guerras, se han justificado genocidios y atrocidades, basta con dar una pequeña mirada a la historia de la edad media o voltear un poco la mirada hacia el medio oriente, o hacia nuestros vecinos del Norte, para ver cómo el mundo se llena los labios de luchar en pro de la fe del carpintero, pero la realidad es que sus actos muestran todo lo contrario.

Pero no nos vayamos tan universales, si nos vamos a nuestras pequeñas realidades encontramos como quienes son “más cristianos” se sienten con el derecho de juzgar los comportamientos de los que los rodean, se creen jueces del mundo solo por expresar que tienen una fe. Van por la vida condenando a todos los que están a su alrededor y sobre todo menospreciando las vidas de los demás, generando un rechazo generalizado.

Y evidentemente al mejor estilo del “guerrillero traidor” (entiéndase Judas), cada vez que pueden venden la fe por 30 monedas de plata, aunque hoy es por billetes y si son de los verdes mejor… porque la fe no importa, importa el dinero, volvimos de forma interesante a la compra de indulgencias que en su momento fue tan criticada por Martín Lutero…

Lo más triste es que estas acciones y actitudes llevan a que las personas rechacen las excelentes enseñanzas de este personaje que nacería en un humilde pesebre… y es que más allá de lo religioso o fanático, este humilde personaje del medio oriente, quien podría ser considerado “un joven rebelde” se fue en contra de los postulados religioso de su momento, los cuales segregaban la sociedad.

Este “rebelde con causa” promovía el amor al prójimo sin más medida que el amor propio, nunca hizo distinción de personas, sin importar lo que hicieran, el dinero nunca fue algo que lo moviera y por el contrario enseñaba que había que darlo todo, no solo por Dios, sino por los demás… y por encima de todo, buscó enseñarnos que ninguno tiene la capacidad, ni la autoridad para juzgar a los demás en su comportamientos o vivencias.

Su principal enseñanza fue que amar a los demás era el centro para lograr una verdadera convivencia entre las personas, que teníamos que aprender que el otro, es fundamental en nuestra existencia y que la verdadera forma de expresar el amor al ser supremo, era expresar amor al que tengo enfrente y puedo ver… que la violencia no era el camino a absolutamente nada y que antes de criticar a los demás, debía ver mi vida y ponerla en orden, lo cual no lo lograría hasta la muerte.

Si por un momento, si tan solo por un instante todos siguiéramos estas útiles enseñanzas de vida, estoy completamente seguro de que el mundo sería realmente un maravilloso lugar para vivir, si en lugar de pensar que yo soy el bueno y los demás dignos de las “llamas del infierno” y nos diéramos cuenta que el verdadero camino a la felicidad es el amor… no habría que esperar un paraíso o un nirvana… lo estaríamos viviendo aquí en la tierra.


Por eso, pienso que en estas fechas donde recordamos su nacimiento, deberíamos, por encima de todo, recordar sus enseñanzas, esas no tienen tinte político, religioso y mucho menos doctrinal… son solo unas enseñanzas de cómo hacer un mundo mejor.

http://www.conquistadorespentecostales.com.co/wp-content/uploads/2015/03/judas.jpg

viernes, 16 de diciembre de 2016

La aterradora soledad


Toda la vida me he considerado una persona “más o menos” valiente, siempre he sido de los que se le mide a cualquier reto que le propongan y desde niño, ni la obscuridad me ha detenido para reír, caminar o disfrutar, por el contrario, parecía disfrutar de la obscuridad. Aunque no voy a presumir mucho, hubo mis momentos de susto.

Mi infancia la viví al lado de, los que considero, los personajes más terroríficos del séptimo arte: Freddy Krueger, Jason Voorhees y Michael Mayers. Siempre he pensado que Dracula, el hombre lobo y monstruo de Frankenstein “Comen chitos” al lado de los tres primeros, porque a diferencia de los otros, los primeros son inmortales, nada los puede destruir y son capaces de atacarte hasta en lo más íntimo de tus sueños.

Obviamente el “séptimo arte” siempre busca la mejor forma de asustarte y que no puedas dormir sin tener la luz prendida o sin que ninguna de las partes de tu cuerpo salga de la sábana. Hoy por ejemplo encontramos algunos como Anabell o Samara Morgan, quienes te vienen a sembrar el terror hasta en lo más profundo de tus entrañas.

Sin embargo, a pesar de todos estos grandes personajes e historias de terror, lo único en mi vida que logra erizarme hasta lo más profundo de mis entrañas, lo único que realmente me hace temblar de miedo y llorar desconsoladamente, es “la aterradora SOLEDAD!”… y no me refiero a estar solo, comer o ir a un espectáculo solo, ni siquiera a sentarme en un bar a tomarme una cerveza (Ya van a decir que soy alcohólico).

No, mi temor va muchos más allá, es el miedo a pensar que no le importo a nadie, a pensar que voy a llegar a la habitación donde duermo y estaré solo, que no tendré a quien abrazar, a quien besar, que no tendré a quien amar y mucho menos alguien que me pueda amar, no tener con quien desear despertar y no solo dormir.

Y en muchos momentos de mi vida esta incontrolable fobia, a este terrorífico personaje (La soledad), me hizo rodearme de personas destructivas, personas que me generaban más tensión y estrés que tranquilidad, pero prefería aguantarme ese tinto recalentado o los cuernos de una niña indefinida o las excentricidades de una dama de cuatro décadas, que tener que enfrentar mi mayor miedo.

Pero llegó el momento, donde al ver la situación de vida de alguien muy cercano a mí, que en el afán de huir del dolor y la soledad se acompañó de un personaje, al cual nunca había vislumbrado como pareja, que recordé aquel viejo dicho de los abuelos “Más vale solo, que mal acompañado”.

Y entonces empecé a recordar como en muchas ocasiones, por el afán de no estar solo, me rodee de personas que terminaron siendo más perjudiciales que benéficas para mi vida, tanto “amigos” (Entre comillas, porque nunca lo fueron), como parejas y entendí que la sabiduría de los ancianos es el resultado de muchas experiencias de vida.

Cuantas veces por miedo a la soledad terminamos destruidos, derrotados, traicionados, perdidos. Cuantas veces en ese afán de estar rodeados y “acompañados” terminamos perdidos, dejando ser quienes realmente somos, ocultando nuestros sueños y deseos, mintiendo y engañando solo por mantener en nuestras vidas personas que realmente no queremos.

Y fue entonces donde tuve que enfrentar este aterrador miedo y descubrí algo aún más importante, no era a estar solo a lo que le tenía miedo, era a estar solo conmigo mismo, era miedo a conocerme en realidad, porque cuando estaba rodeado de personas no era yo quien estaba ahí, era la persona que ellos querían ver en mi la que estaba.

Estar solo me ha llevado a conocerme, a saber quién soy, a no tener miedo a ser aceptado o rechazado, simplemente a aceptarme yo. Es duro, sobre todo llegar a una habitación de un apartamento solitario y pensar en la mujer amada en otra cama, pero mientras que la vida así lo estime seguiré compartiendo este camino con el ser humano más interesante que la vida me ha permitido conocer… YO

Te invito a que no tengas miedo a la soledad, que no temas conocerte, a veces la vida nos invita a recorrer algunas distancias solos para que aprendamos a apreciar algunas cosas que estando acompañados no tendríamos la posibilidad de ver… es como salir a caminar en medio de la naturaleza, si vas solo tendrás más posibilidad de disfrutar de la belleza que te rodea, que si vas acompañado… esa persona llegará o volverá a tu vida cuando sea el momento indicado.


Recuerda, la única forma de superar los miedos, es enfrentándolos… vale la pena.

Fuente imagen: http://www.sanar.org/files/sanar/la-soledad-puede-afectar-la-salud.jpg

miércoles, 14 de diciembre de 2016

¿Con más pena, que gloria?


Nos encontramos a tan solo 17 para que llegue el final de uno de los años que, al menos para mí, me hubiese gustado evitar “esta copa”, han sido 348 días de los cuales puedo asegurar que más del 90% fueron frustrantes, tristes, cerrados con lágrimas en los ojos o un severo estado de alicoramiento, buscando como buen alcohólico, ahogar las penas.

Fue una año lleno de caídas, errores, desaciertos y sobre todo de malas decisiones. Un año de pérdidas valiosas, de penas, de dolores, de tristezas y remordimientos, seguramente si me encontrara con el genio de la lámpara el único deseo que tendría para él sería poder repetir este año con el conocimiento de las decisiones que tengo al final de él.

Pero efectivamente esto es tan posible como ganarme el baloto el próximo sábado 31 de diciembre; sin embargo, con todo lo que tiene por borrar este año debo reconocer que hay algunos elementos que las nubes de la melancolía en ocasiones no me deja divisar… los ojos encharcados de lágrimas me han ocultado algunos elementos positivos.

Y es que aunque suene a “frase de cajón” aquel dicho de los abuelos “No hay mal que por bien no venga” tiene algo de cierto, por algo dicen que la sabiduría popular habla por la experiencia; y es que este año, a pesar de las perdidas, las lágrimas y los errores me dejó grandes enseñanzas.

La primera, conocer las personas realmente valiosas en mi vida, esos momentos de necesidad y escases me llevaron a conocer quiénes eran realmente las personas que me querían, quienes realmente vale la pena conservar en mi vida y en mi corazón, también me mostros quienes fueron los traidores, quienes solo estaban por un favor o un beneficio.

Este año también me enseño que debo conocerme, que muy a pesar de lo que mi ego dijera, todavía me falta mucho por aprender, que para ser un buen ser humano me falta mucho camino por recorrer. Este año me llevó a darme cuenta que cada decisión la debo reflexionar pensando en las consecuencias y en las heridas que puedo generar a otros.

Al final del año, también llegue a entender que Dios también era importante en mi vida (Y aquí les pido disculpas a los que no creen en Dios), pero por los menos para continuar creciendo me di cuenta que solo aferrarme a mi creencia en la trasendentalidad del alma me ayudará a salir del profundo estado de melancolía que a veces me invade.

Cierro el año sin mi hogar, sin mi familia, con muchos aprendizajes y sobre todo consciente que las cosas irán pasando como deban pasar, las cosas malas pasan, pero lo que debemos mirar es que nos quieren enseñar.

Al final de este año sé que aprendí muchas cosas, que fue necesario para continuar mi proceso de crecimiento como ser humano y empezar el 2017 con una nueva mirada sobre el mundo, sobre la vida, sobre las personas, pero sobre todo, sobre el impacto que mis decisiones puede generar en mi felicidad.

Quizá al igual que yo, tu año aparentemente no haya sido bueno; pero en lugar de pensar en las tristezas, las perdidas y las derrotas, porque no miras los aprendizajes, las lecciones, los cambios que te llevarán a ser aún mejor y más fuerte de lo que eras.

Por eso, al mejor estilo de aquél clásico de año viejo, “yo no olvido al año viejo”, pero a diferencia de la canción, aunque no me dejo una chiva, una burra vieja, una yegua blanca y mucho menos una suegra (no me importaría si buena, ni mala); me dejó muchas enseñanzas, muchos aprendizajes y sobre todo la certeza de que el camino sigue y hay que seguir avanzando.


Fuente imagen: http://cdn.colombia.com/sdi/2016/12/13/programadora-informatica-anuncio-el-fin-del-mundo-para-2016-530446.jpg