miércoles, 18 de mayo de 2016

Cómo me odio!


Hace unos días, por esas locuras que en ocasiones nos dan de ponernos cuidado en el "espejo" (En sentido figurado), caí en la cuenta de algo que generalmente nos ocurre muy seguido y es ver cuanto detestamos en los demás el defecto que más nos marca. Digo generalmente para no herir susceptibilidades por aquello de estar generalizando.

Sin embargo me di cuenta que cuando algo nos disgusta en los demás, muchas veces lo tenemos bien arraigado en nuestro compañero,  por ejemplo el otro día conocí a alguien y de una me cayo gordo por su petulancia y prepotencia, pero al cabo de unos minutos recordé como muchas personas en su momento me hicieron caer en la cuenta de cuanta veces mi comportamiento es exactamente igual.

Cuantas veces generamos discusiones en los demás porque detestamos tal o cual cosa, como ser incumplidos o demorados, imprudentes o porque nos sacan a relucir las invitaciones. Y muchas veces cuando lanzamos esos juicios no nos damos cuenta que nuestro comportamiento en circunstancias similares generalmente es igual o en ocasiones peor.

Algo así como que nos volvemos los más duros jueces de los otros, cuando comenten los mismos errores que nosotros regularmente cometemos, aún así, en nosotros son sólo muestras de carácter o respuesta al mal comportamiento de los demás. Eso sí, nunca vamos a dejar de criticarlo y no nos importa aquel dicho de los abuelos "El que tiene rabo de paja, que no se acerque a la candela" porque tarde que temprano esos juicios se volverán contra nosotros.

Es por eso, que sentándome a disertar sobre el asunto, me di cuenta que estos juicios de valor muy en el fondo es porque realmente hemos convivido tanto con esas actitudes que llegamos a detestarlas, no las hacemos evidentes directamente en nosotros, porque al igual que los malos olores, generalmente nos acostumbramos a los nuestros después de un tiempo, pero los de los demás los percibimos al instante.

A pesar de esto, muy en el fondo esas actitudes nos carcomen a nosotros mismos, no son agradables, pero el miedo a conocernos y confrontarnos no nos permite identificarlas. Pero en el fondo nos tenemos cierto odio y generalmente lo reflejamos en nuestras acciones auto destructivas, pero como todo, terminamos reflejándolo en otros y saliendo por la tangente.

En esos momentos debemos trabajar en disciplinarnos en dos cosas, tomar la decisión de no volver a juzgar a los demás, sin importar su comportamiento, sus costumbres o defectos (que nosotros vemos); al fin y al cabo, quienes somos para considerarnos mejores?... 

Segundo, empezar a mirarnos al espejo y trabajar por dejar atrás esos defectos que nos molestan tanto en los demás. Cuando nos demos cuenta, cuan difícil es cambiar nuestros hábitos auto-destructivos le tendremos más amor y paciencia a quienes nos topemos en el camino y entonces realmente les podremos ayudar.

Como diría aquel humilde carpintero de galilea: "No mires la paja en el ojo de tu hermano, fíjate en la viga que tienes en el tuyo"


Fuente Imagen: http://cancelesfinosorozco.com/wp-content/uploads/2015/09/Espejos-y-Lunas-2.jpg

viernes, 13 de mayo de 2016

¿Y el esfuerzo no cuenta ?


Hace algunos días cuando estaba entregando los resultados de la evaluación de unos trabajos a unos estudiantes, fue muy interesante ver la reacción de algunos de ellos, obviamente los felices y satisfechos por un lado (Y honestamente muy pocos), por el otro los tristes pero conformes, más allá los deprimidos y asustados; pero definitivamente los que me sorprendieron fueron los enojados.

Siendo honestos, no me considero el docente cuchilla, más bien me considero algo así como una madre de la caridad, incluso hubo un grupo de estudiantes que me bautizaron como "Flanders" en honor al personaje religioso de la reconocida serie animada. Sin embargo cuando dejo trabajos como ensayos, reseñas o consultas y análisis, en lugar de evaluaciones, tengo la costumbre de leerlos de principio a fin, de rayar y hacer observaciones. 

Siempre reviso que no sea copia textual de alguna de las paginas más visitadas por nuestros "académicos" del siglo XXI (Rincón del vago, monografías, wikipedia, entre otras). Y obviamente si su fuente de inspiración, no citada es alguna de ellas, generalmente la nota tiende a cero y no a cinco. En esos momentos, generalmente inicio con el discurso de la importancia de la excelencia, de hacer las cosas bien, de aprender a pensar y no simplemente "Copy and paste".

Sin embargo, me ha sorprendido en los últimos grupos el alto nivel de "excelencia" de algunos de mis estudiantes al punto de enojarse conmigo por mi extremada "mezquindad" a la hora de calificar sus "maravillosos" ejercicios intelectuales, es más, esta es la hora donde en dos ocasiones ya he escuchado esa hermosa frase "¿Y el esfuerzo no cuenta profe?" y como lo trine hace algunos días "El esfuerzo sin resultado, vale lo mismo que la sumatoria de todas las fuerzas que actual sobre un cuerpo en física" osea CERO.

Obviamente después de contener la risa y buscar la respuesta más decente posible, me sorprendió aún más la actitud, querer tener una nota alta simplemente por entregar un trabajo. Un nivel de pereza mental, en el cual el responsable es el docente. No están interesados en leer o pensar, ni siquiera en aprender. Pero a diferencia de los maquetas de mi generación,  los de hoy quieren notas excelentes frente a trabajos mediocres y en los cuales la única parte del cerebro que usuario fue la que dice (Ctrl C - Ctrl V).

Es muy triste ver el bajo nivel de los profesionales que van a inundar el mercado a la vuelta de unos tres años, gente que no piensa, no quiere aprender a pensar y sobre todo que no está interesada en adquirir disciplinas. Simplemente quieren que las cosas les lleguen. Sentir que son "Excelentes" sin trabajar, leer o pensar.

Aunque lo más triste no se queda en este nivel, lo más triste es ver docentes que han acostumbrado a estos jóvenes a obtener buenos resultados, sin esforzarse. Ver como la mediocridad de los profesionales del mañana es culpa y responsabilidad de quienes debimos formarlos hacia la excelencia, de quienes debimos procurar exigir y enseñar a pensar, no simplemente dedicarnos a estar frente a un tablero y cobrar un cheque sin el mayor nivel de calidad.

Porque el esfuerzo cuenta, pero cuando es el docente quien se esfuerza por formar profesionales de calidad y alto nivel competitivo.

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jueves, 12 de mayo de 2016

Añorando lo evolucionado del pasado


Últimamente he venido notando como los seres humanos estamos involucionando en lo relacionado con el comportamiento, las actitudes y las buenas maneras. Cada vez somos menos los que conocemos o recordamos aquel bello libro titulado "Normas de urbanidad y buenas maneras de Carreño", podríamos incluso decir que es casi una pieza de museo, la cual ya cada vez menos la admiran o añoran.

Pero lo más triste del asunto no es que hayamos perdido lo bello de las "buenas maneras", lo que más me aflige y me llevó a disertar un poco sobre el tema, es ver como cada vez más se generaliza la admiración por quienes de diplomacia, buen gusto, urbanidad y buenas maneras no tengan ni un pito. Hace unos pocos días una senadora de camiseta "verde" al mejor estilo de una "verdulera" de la galería (con el perdón de las verduleras) expresaba sus contrariedades frente a otro movimiento; pero con el "glamour" de una callejera y el "léxico" de un camionero.

Me recuerda la admiración que alguna vez tomo otro personaje de nuestra política nacional que se gano el premio de excelencia en "Etiqueta" al tirarle un vaso de agua a la cara de su contendor. Y es que las diferencias y posturas nos pueden llevar a las discusiones, pero no a la "patanería". El asunto es que hoy este tipo de acciones son dignas de admirar y la gente las apoya, las defiende y las promueve.

Hoy se le llama "Honestidad" a la falta de tacto, le llaman "naturalidad" al lenguaje soez, "originalidad" al mal gusto en el vestir, "caracter" a la pataneria; y así sucesivamente. Siempre se encuentra una excusa para olvidarnos de las buenas maneras. 

Es tal el nivel de admiración que le tenemos a esta involución en el comportamiento, que cada vez más los modelos a seguir son aquellos que demuestran su "guariches, corronches o warres", pero la decencia, la diplomacia y el buen lenguaje, son cosas "anticuadas", del pasado y que "oso" que lo vean actuando a uno de esa forma.

Además, con el discurso de la lucha de clases se ha vendido la creencia de que las buenas maneras son actitudes de la "clase opresora" sobre los "oprimidos" y la realidad es que las cosas buenas no tienen estrato, el buen lenguaje y las buenas maneras, el respeto, los valores, no son de estrato, son EDUCACIÓN.

Ojala las personas evolucionáramos hacia el pasado y retomáramos la educación, la urbanidad, las buenas costumbres y promoviéramos que el respeto la decencia y las buenas maneras, nos distinguieran. Volver al: muchas gracias, perdón, con permiso, me permite... ser otra vez una sociedad y no la suciedad en la que nos hemos convertido.

Y como diría cierto periodista, ustedes disculparán pero por lo menos así lo veo yo.

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miércoles, 11 de mayo de 2016

Que no panda el cunico!


No les ha pasado que hay momentos donde en medio de una reflexión dices: "Ok, estos son los problemas por solucionar, ahora sólo queda empezar a subir" y en ese momento el suelo sobre el que estabas se abre bajo tus pies y de la nada aparecen nuevos problemas, nuevas dificultades y te dices "¿En serio?, ¿deberitas?, ¿A quién escupí... cuándo mate el cura?"

De esos momentos en los que dices "Querida vida, cuando pregunto ¿podría ser peor? no es un reto, es una pregunta retórica" porque ya te has organizado y empezaste a subir, ya tienes como el Chapulín "todo fríamente calculado" pero al igual que a este "Superheroe" vuelven y resultan cosas que nunca esperabas, cosas que no tenías calculadas y nuevamente tus ojos se nublan por culpa de las dificultades.

Te sientas en un espacio y sientes que el aire se acaba, como estando en medio de un campo abierto y de repente surge la tormenta y los rayos; pero no tienes donde cubrirte. Procuras no perder el control, pero en  tu mente todo te da vueltas, sientes como se marcan las pulsaciones de tu corazón a un ritmo que parece que solas se estuvieran deteniendo. Quieres una salida, una solución inminente.

De pronto te vez soñando, imaginando que encontraste la cura contra todos tus problemas. Pero muy pronto vuelves a la realidad, a esa realidad en la que no quieres estar. Esa donde algunos todavía te dicen que tu tienes algo de culpa y aunque seamos arquitectos de nuestro destino te dices "Yo nunca sembré tantos males, hay gente peor que yo... ¿por que a mi?"

Y en ese momento recuerdo una frase de Bruce Lee (por lo menos dicen que es de él) "Pretender que la vida te trate bien porque eres bueno, es como pretender que un león no te coma porque eres vegetariano". Y lo cierto es que la vida es difícil, compleja, llena de problemas y allí está lo más sabroso de vivir, solucionar problemas.

Nos podemos quedar sentados o en posición fetal, llorando por nuestra lamentable situación, por la cantidad de problemas que de la nada han salido, afligirnos, deprimirnos, dejarnos morir poco a poco o amargarnos y ver en cada elemento de la vida algo para entristecernos; o simplemente levantarnos, tomar una gran bocanada de aire y decir "Que no panda el cunico, de a unito vamos solucionando"

Por nada del mundo debemos desesperarnos y sobre todo aprender a diferenciar las dificultades, las que se pueden solucionar y las que definitivamente nos van a acompañar de por vida, porque ese es realmente el éxito de vivir, diferenciar nuestros problemas, ocuparnos de salir de aquellos que tienen arreglo y soportar los que no, con mucha paciencia, copiando un poco de la filosofía de San Francisco.

Así que, mi querido amigo "Que no cunda el pánico" no importa cuantos problemas te aparezcan, lo importante es que con tranquilidad vayas solucionando uno por uno... sin dejar que nos desesperen...

Ese es el secreto, mantener la calma a pesar de las tormentas.

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martes, 10 de mayo de 2016

Temet Nosce!


Hace unos 17 años se estreno la primera película de una de las trilogías de "Sci Fy" (Ciencia ficción) más taquilleras y seguidas de los últimos años, Matrix. No es necesario profundizar mucho en la temática de esta obra del "séptimo arte" pues es por muchos conocida, lo interesante del "Film" para este "Post" es que una de las escenas se puede apreciar un letrero con esta frase en latín "Temet Nosce", trayendo a colación la entrada al oráculo de Délfos.

Pero no me voy a remitir a la revisión histórica del origen del vocablo, ni tampoco a la relación inherente de la exitosa trilogía con la mitología griega, simplemente a disertar un poco sobre el profundo mensaje que nos dejan estas dos palabras "conócete a ti mismo", y es que aunque parezca evidente la respuesta que todos podemos dar cuando nos cuestionan si sabemos quienes somos, muy seguramente la respuesta será "obvio".

Sin embargo la respuesta más acertada muy seguramente sea "obvio no!". Generalmente vamos por la vida buscando satisfacer nuestra necesidad de afiliación (Tomando un poco de lo que nos presenta el querido Abraham Maslow en su pirámide) y generalmente en ese profundo afán nos vamos perdiendo de "a poquitos". Seguramente mantenemos algunos rasgos que aceptamos y defendemos con orgullo.

Por otro lado, tenemos algunos otros rasgos que tratamos de disimular u ocultar para mantener nuestra posición lograda en el circulo que nos ha aceptado. Muchas veces vivimos, como dice el poeta Juan de Dios Peza, "breves mascaradas" y al llegar al oscuro rincón de nuestro interior sentimos el peso de no tener la certeza, si realmente disfrutamos lo que decimos disfrutar o simplemente lo hacemos por seguir perteneciendo.

Como el actor que ha desempeñado toda la vida un papel, llega el momento donde no sabemos si actuamos o somos y lo que seguramente asoma a nuestra vida es la tristeza y la aflicción de deambular por este mundo sin saber realmente lo que somos.  Y es entonces donde debemos hacer un alto en el camino y preguntarnos si realmente vale la pena seguir por el mundo, sin tener siquiera la seguridad de saber quienes somos.

Hay momentos donde es necesario reaccionar, salir de esa obscuridad y darnos cuenta lo que somos, lo que realmente nos gusta, cuales son realmente nuestras virtudes y defectos. Nunca podremos avanzar en esta vida si solo hemos vivido para pertenecer a un grupo, sin saber siquiera si realmente es lo que queremos. Cuantas veces no nos pasa que estudiamos algo o trabajamos en un lugar solo por cumplir con las expectativas de los demás y las nuestras las relegamos en el más profundo y oscuro rincón de nuestro ser.

Eso nunca nos permitirá ser realmente felices, debemos levantarnos y conocernos, luchar por lo que queremos, con la mente siempre clara que en este mundo tenemos un ser por el cual responder y ese somos nosotros mismos... de lo contrario nos iremos de este mundo sin siquiera conocernos.

Muy seguramente algún filósofo existencialista nos dirá que jamás nos llegaremos realmente a conocer, pero ¿no sería mejor por lo menos intentarlo? seguramente ahí sabremos a donde queremos llegar y como lo podemos hacer.

Las mascaradas y las actuaciones son hermosas, pero nada superará a ser lo somos y defenderlo... eso si, toma tiempo, yo llevo 35 años y no me termino de conocer, aunque según mis amigos son 690. Conocete a ti mismo y seguramente encontrarás un mejor camino para ser feliz. Recuerda que esa es realmente la única tarea que tenemos que lograr.

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lunes, 9 de mayo de 2016

Perdono pero no olvido!


Un lunes como este festivo posterior al día de madres es de esos días en los que sin importar que hagas o dejes de hacer la cabeza te da vueltas por infinidad de temas y cosas, unas que de repente te hacen esbozar una sonrisa en tus labios y otras que sin darse cuenta te hacen derramar una pequeña lagrima por la mejilla y cuando lo notas es cuando ya está cayendo en tu camisa.

Y es que en este día me han estado dando vueltas recuerdos de dolores y traiciones, se vinieron hasta mi cabeza los recuerdos cuchillos clavados en mi espalda por personas a quienes en su momento les tendí la mano. Recuerdos de personas a quienes entregué mi lealtad y mi esfuerzo, pero en el momento más inesperado y cuando más necesitas contar con su colaboración "PAO" sientes el frío acero de una daga penetrar por el medio de tu espalda y traspasar tu corazón.

Ese pequeño acto de alevosía en tu contra tiende a dejar una huella en tu alma casi imborrable, siempre tendrás un sentimiento "muy poco amable" hacia quienes te han dejado dagas en tu espalda de recuerdo; sin embargo, si la madurez nos lo permite, muy seguramente no tendremos problemas de volver a confiar en otra persona, sanando muy seguramente la herida superficial. Permitiremos le llegada de otros a nuestra vida y continuaremos el camino.

Sin embargo, en lo profundo todavía tenemos algo que nos lastima, escuchar comentarios o tan siquiera tan solo pensar en esos momentos nos vuelve a llenar de dolor el alma, de amargura, de ira. Y es que seguramente como el dicho, hemos perdonado pero no hemos olvidado. En el interior de nuestro corazón, de nuestra alma, ha quedado gravado el daño que nos hicieron y no lo queremos soltar, queremos "JUSTICIA". ¿cómo es posible que nos hicieron y deshicieron y salieron impunes?

Esperamos, hacemos planes de como la vida se encargará de cobrarles el daño y la fuerza con la que nos hicieron daño. Sabemos que más temprano que tarde la vida les devolverá "una poca de su propia medicina" y como la canción de Santiago Cruz (En tus zapatos) o al mejor estilo de Nelson Mandela Mons podremos mirarlos a los ojos y gritarles "Ha Ha". Nuestro inconsciente todos los días sueña con ese "maravilloso" momento.

Pero lo cierto es que sin darnos cuenta hemos permitido que nos sigan lastimando, quizá llevemos meses de no tener contacto con esos "personajes" (Por decirlo de forma decente), pero todavía nos siguen lastimando. Ellos tal vez ya ni tengan presente nuestra existencia, pero para nosotros ellos están más presente que nunca y todo ¿por qué? porque no queremos perdonar y olvidar.

Necesitamos mantener ese recuerdo en nuestro corazón hasta que veamos que se hizo JUSTICIA, porque la vida no puede dejar que ese crimen en mi contra siga así nada más... y lo que no estamos percibiendo es que ahora somos nosotros los que nos seguimos hiriendo y eso es suficiente para el universo como justicia... ya nuestra imaginación se ha cobrado de 500 formas distintas. 

Debemos perdonar, olvidar, continuar con nuestra vida. Quizá la persona nunca aparezca en nuestra vida a pedirnos disculpas (como muchas veces lo hemos soñado) pero si no soltamos ese lastre de nuestro corazón seguiremos andando el camino de la vida con muchas cargas y pues ya lo dijo el sensei Facundo "Va más rápido, quien va más descargado". No dejemos que esas cargas nos dejen pegados al piso.

Perdonemos, olvidemos, soltemos para empezar a elevarnos y brillar como es nuestro deber. Son muchas las cargas que yo sigo llevando en mi corazón, pero lo único que me dio cuenta es que me mantienen en el suelo... y yo no he venido para arrastrarme, he venido para volar alto y brillar.

Tú ¿A que has venido?... entonces es mejor que perdones, olvides y empieces a elevarte, porque entonces el único límite será tu imaginación.


Fuente imagen: http://avanzapormas.com/mensajes-cristianos/wp-content/uploads/2016/03/verdadero-perdon.jpg

domingo, 8 de mayo de 2016

Brindo por la mujer, pero por una...


Una de las costumbre familiares más comunes que tenemos en mi casa es escuchar, cada 31 de diciembre, uno de los poemas más hermosos dedicados a las madres, "El Brindis del Bohemio". Y es que no hay año nuevo que durante unos instantes, en familia, nos sentemos a escuchar este emotivo recital de un grupo de "poetas y filósofos" de tertulias a la luz de una botella.

Obviamente de tanto escucharlo llegó el momento en que yo mismo decidí aprenderlo y recitarlo, buscando siempre expresar de la mejor forma el sentimiento de este clásico poema. Y en este día me llevó a disertar un poco sobre lo hermoso de la historia y su relación con nuestras vidas. Cómo sin importar cuan diferente pueda ser nuestra vida, son muchos los momentos en los que podemos decir que las palabras de "Arturo, el Bohemio puro" tranquilamente podrían salir de nuestros labios.

Y es que si nos ponemos a ver, en muchos momentos de nuestra vida llegamos a esas bellas conclusiones del "Bohemio de noble corazón y gran cabeza" dándonos cuenta que no hay amor más grande que ese que "nos entregó uno por uno el corazón entero". El cual en muchos casos nosotros devolvimos con distancia, apatía y en muchos casos olvido.

Pero es entonces cuando llegan esos momentos donde los recuerdos de los sacrificios, las lagrimas, la ternura y amor, nos hacer darnos cuenta que no hay otra cosa que valga más la pena que brindar por "la anciana adornada y bendecida, que con su sangre nos dio vida"... Y en esos momentos los tragos, la tristeza y hasta el enojo por nuestra ingratitud, nos hacer decir a grito ahogado "Dejad que brinde... dejad que llore" llenos de dolor de tener en la distancia a quien con cariño nos meció en sus brazos...

Es por eso, que en este día tan especial, como deberían ser todos los días, no esperemos a que solo "las bebidas espirituosas" nos hagan recordar el amor y la ternura por nuestra madre... debemos levantarnos y expresar en vida nuestro amor, dejar la ingratitud y devolver el amor que hemos recibido. 

No esperemos días especiales, horas adecuadas o momentos justos, expresemos nuestro amor y agradecimiento a nuestras madres en todo momento, en todo lugar... no debe haber fecha para devolver todo lo que nos y han entregado... Cualquier momento es el adecuado, cualquier día el especial...

Así que hoy levántate y exprésale a tu madre, y a todas las madres, el hermoso don que tienen por ser la fuente de la vida de quienes hoy andamos por el mundo ... gracias a ellas tenemos la oportunidad de ser feliz...

Por eso mis amigos... Por mi madre bohemios, por ella brindo yo! (claro que ella prefiere que sea con agua)

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sábado, 7 de mayo de 2016

La palabra de un hombre..


Hace algunos años hubo una frese que se escuchaba mucho, no se porque mis recuerdos siempre la relacionan con una serie de televisión, pero no logro recordar cuál es la seríe... la frase era "la palabra de un hombre es su honor, el honor de un hombre es su palabra", haciendo énfasis en la importancia y trascendatalidad del cumplir con nuestra palabra. 

En aquellas época bastaba con el compromiso verbal de una persona para saber que efectivamente lo que decía se cumplía, pues estaba en juego su honor. Sin embargo y recordando las palabras de Tácito "En un espíritu corrompido no cabe el honor" y es que en la actualidad hemos llegado a tales niveles de corrupción del espíritu, que ni siquiera en los contratos se puede confiar, porque las personas sin ningún problema, ni motivo, van quebrantando su palabra.

Y es que recordando a C.S Lewis "Nos reíamos del honor y luego nos sorprendemos de encontrar traidores entre nosotros"... recuerdo cuan cómico resultaba ser en una época esas personas que te decían "Yo no necesito contrato, con su palabra me basta" y los intelectualoides decíamos "Como puede ser tan confiado?". Cuantas veces pensamos que los contratos y los documentos son los elementos que necesitamos para resguardar nuestros compromisos, pero la realidad es que lo único que realmente necesitaríamos es volver a cultivar personas con honor en su corazón.

Disertando entonces un poco sobre el tema, hoy por hoy es muy común toparse con personas que tienen "genuino interés" (un poco de sarcasmo) por ayudarnos por levantarnos de la lona y como es natural depositamos nuestra confianza en esas personas que nos brindan "una mano de apoyo"; pero al final solo sacan ventaja del momento, y a la primera oportunidad se retractan de los pactos, acuerdos y promesas.

Viene a mi memoria un personaje que hasta te asegura que la decisión es tomada por sus socios (Y lo lindo es que su empresa no tiene socios)... porque hoy en esta ausencia de valores y de espíritus corruptos, el honor no tiene cabida, la misericordia queda en el olvido y lo único que realmente cuenta es como sacar ventaja de todas la situaciones y personas. Y es que en medio de las dificultades y las necesidades son más las espaldas que conoces, las manos tendidas con honestidad.

Sin embargo y sin importar el comportamiento y la actitud de los demás, cada uno es responsable de su vida, de sus decisiones y de sus consecuencias, por eso nunca debe ser una excusa en nuestro corazón, que olvidamos nuestra honorabilidad por las traiciones de los demás, eso es casi como "rebajarnos" a ser como ellos y nosotros hemos venido a brillar, no a ser obscuridad.

Por eso estoy seguro de que sin importar cuantas espaldas y traidores nos encontremos en el camino, con cuantas personas sin honor nos topemos, nuestra obligación (para con nosotros) debe ser cumplir nuestros compromisos, siempre que dependa de nosotros, mantener nuestra palabra... pero por encima de todo, jamás olvidar un compromiso y sin importar el tiempo o la distancia CUMPLIRLO.

Ser un ejemplo para las generaciones venideras, enseñar a nuestros hijos y estudiantes cuan importante es el honor, como la cultural del vivo y el bobo, solo nos hunden más y más en este pantano de subdesarrollo. Que el camino para superar todas nuestras dificultades como sociedad, es retomar el HONOR y la PALABRA, como los contratos más invulnerables de nuestro entorno....

Obviamente para esto también tenemos que perdonar a quienes nos han fallado. Y continuar el camino con la certeza en nuestro corazón de que "la palabra de un hombre (como genero) es su honor.."   


Fuente: https://elestrechodemesina.files.wordpress.com/2014/03/images-1.jpg?w=584