domingo, 8 de mayo de 2016

Brindo por la mujer, pero por una...


Una de las costumbre familiares más comunes que tenemos en mi casa es escuchar, cada 31 de diciembre, uno de los poemas más hermosos dedicados a las madres, "El Brindis del Bohemio". Y es que no hay año nuevo que durante unos instantes, en familia, nos sentemos a escuchar este emotivo recital de un grupo de "poetas y filósofos" de tertulias a la luz de una botella.

Obviamente de tanto escucharlo llegó el momento en que yo mismo decidí aprenderlo y recitarlo, buscando siempre expresar de la mejor forma el sentimiento de este clásico poema. Y en este día me llevó a disertar un poco sobre lo hermoso de la historia y su relación con nuestras vidas. Cómo sin importar cuan diferente pueda ser nuestra vida, son muchos los momentos en los que podemos decir que las palabras de "Arturo, el Bohemio puro" tranquilamente podrían salir de nuestros labios.

Y es que si nos ponemos a ver, en muchos momentos de nuestra vida llegamos a esas bellas conclusiones del "Bohemio de noble corazón y gran cabeza" dándonos cuenta que no hay amor más grande que ese que "nos entregó uno por uno el corazón entero". El cual en muchos casos nosotros devolvimos con distancia, apatía y en muchos casos olvido.

Pero es entonces cuando llegan esos momentos donde los recuerdos de los sacrificios, las lagrimas, la ternura y amor, nos hacer darnos cuenta que no hay otra cosa que valga más la pena que brindar por "la anciana adornada y bendecida, que con su sangre nos dio vida"... Y en esos momentos los tragos, la tristeza y hasta el enojo por nuestra ingratitud, nos hacer decir a grito ahogado "Dejad que brinde... dejad que llore" llenos de dolor de tener en la distancia a quien con cariño nos meció en sus brazos...

Es por eso, que en este día tan especial, como deberían ser todos los días, no esperemos a que solo "las bebidas espirituosas" nos hagan recordar el amor y la ternura por nuestra madre... debemos levantarnos y expresar en vida nuestro amor, dejar la ingratitud y devolver el amor que hemos recibido. 

No esperemos días especiales, horas adecuadas o momentos justos, expresemos nuestro amor y agradecimiento a nuestras madres en todo momento, en todo lugar... no debe haber fecha para devolver todo lo que nos y han entregado... Cualquier momento es el adecuado, cualquier día el especial...

Así que hoy levántate y exprésale a tu madre, y a todas las madres, el hermoso don que tienen por ser la fuente de la vida de quienes hoy andamos por el mundo ... gracias a ellas tenemos la oportunidad de ser feliz...

Por eso mis amigos... Por mi madre bohemios, por ella brindo yo! (claro que ella prefiere que sea con agua)

Fuente imagen: http://www.fondos7.net/wallpaper-original/wallpapers/jardin-de-flores-rosadas-8406.jpg

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