jueves, 28 de abril de 2016

Ahí, como las tamaleras...


Hay un saludo que en ocasiones utiliza mi "anciano" padre cuando quieres ser "ligeramente" sarcástico y responder a la pregunta "como está" y es "Ahí, como las tamaleras, mal y comiendo y vendiendo del tamal". Lo llamativo de este dicho oriundo de su tierra, es el evidente conformismo de la expresión... algo así como bien no voy a estar, pero pues tengo para comer de lo mismo que estoy vendiendo.

Por lo que disertando un poco más, uno podría llegar a imaginarse la actitud de nuestra querida "tamalera" pensando que al menos tiene para comer, cuando quizá haya mucha gente que ni para eso tiene. Y surge en eso momento de pensamientos divergentes una idea interesante en toda la extensión de la palabra... ¿qué pasa con el "confor... mismo"?

Porque en ocasiones no importa los problemas que tengamos y las necesidades que nos estén apremiando, simplemente sentimos que estamos "bien", no sentimos deseos de avanzar, por el contrario experimentamos una calma y una frescura, un sentido de "pa' que". Vemos nuestras dificultades, nuestras necesidades y simplemente miramos hacia abajo y decimos "Hay gente que está peor...". No vemos la necesidad de movernos.

Somos "la arepa caliente" para la "mantequilla de las necesidades"... frente a las necesidades y las dificultades simplemente mantenemos una actitud fresca, tranquila y distanciada de toda ambición "peligrosa" (En este caso léase como un sarcasmo). Le tenemos tanto miedo a la ambición y a querer cosas que nos quedamos en una actitud conformista... de no avanzar, de no crecer... porque el "materialismo" es peligroso, nos aparta de lo importante, entonces es mejor mantener una paz imperturbable frente a las necesidades económicas; sigamos como las tamaleras.

Pero el conformismo es un sentimiento tan traicionero que sin darte cuenta en que momento, te lleva a sentirte tranquilo, inmerso en la más absoluta de las necesidades. Es algo así como una droga enajenante, que te distancia de la realidad y cuando te das cuenta estas tirado en medio de la carretera de una gran ciudad, apestando "a rayos" y con moscas por todo tu cuerpo y con la extraña sensación de que muy seguramente debe haber alguien en peor situación que tú (Y muy seguramente lo puede haber).

Siempre que mires hacia abajo, habrá alguien que esté peor que tú, aunque en ocasiones la situación te engañe y lo único que estés viendo sea tu reflejo contra el suelo; pero si miras hacia arriba seguramente te encontrarás con personas que definitivamente estarán mejor que tu. Y entonces es donde surge un elemento fundamental... Soñar, desear, ambicionar o luchar por estar mejor, por ser mejor, por dejar un mejor futuro a nuestras próximas generaciones.

Y es que aunque en muchas ocasiones nos hayan metido en la cabeza que la ambición es mala, peligrosa y hasta auto-destructiva, los seres humanos hemos venido al mundo para crecer, para avanzar, para superarnos... para continuar cambiando. Citando a Heráclito "En los mismos ríos entramos y no entramos, pues somos y no somos los mismos" nos invita a estar en un continuo cambio, a no dejarnos adormecer por la comodidad  de no sentir ambición.

Hemos venido al mundo a crecer, por eso desde que nacemos aprendemos, mejoramos, "evolucionamos"... estamos aquí para ser mejores cada día, para desear crecer y aprender nuevas cosas. Pero sobre todo para dejar un buen futuro y una buena vida a las generaciones que nos remplazarán.

Vivir la vida sin "ambicionar" ser mejores, vivir mejor... es como estar en medio del trance de una droga que nos encarcela en una zona de "Confort", no te permitas a ti mismo a vivir así... levántate, despierta, lucha, esfuérzate por ser mejor y verás como transformas tu mundo y el de los que siguen tu camino.

La decisión está en tus manos... vivir mejor o seguir como "las tamaleras".


Fuente de la foto: http://www.habildeclarante.com/public/images/noticias/13-conformismo-y-sociedad.jpg

jueves, 21 de abril de 2016

Sin miedo a vivir


Quizá al leer la disertación anterior de "Con rémoras y parásitos a cuestas" puedas concluir que la vida es mejor caminarla rodeados de soledad y evitarnos los riesgos que pueda significar compartir nuestro camino con aquellos que nos roban el aliento y hasta los deseos de vida... parecería muy lógico y sencillo, la decisión más "elemental" para alcanzar rápido una vida tranquila y sin estorbos o lastres que me llenen de amargura.

Sin embargo en todo lo lógico y elemental que pueda parecer tan "atinada" determinación, me dejó un largo rato disertando sobre el asunto. Cómo lograr una vida donde pueda evitar que me hagan daño, una vida donde me aleje de todo lo que en cualquier momento pueda quitarme "la fuerza vital", buscar con la mayor de las fuerzas alejarme de todo aquello que en algún momento pueda tan siquiera hacerme un pequeño rasguño y ser entonces "totalmente feliz"...

Y en medio de esa profunda meditación y disertación sobre como podría ser mejor la vida, durante varios instantes me sentí como si el profesor "Emmet L Brown" me prestara su maravilloso "DeLorean" y regresara a cada uno de los momentos felices y entrañables de mi vida. Recorrí con mi memoria desde los primeros momentos de mi infancia hasta los últimos recuerdos que he almacenado en mi memoria (Y según mis amigos deben provenir desde la era del hielo).

Lo interesante de estas remembranzas fue ver como cada buen recuerdo estuvo precedido de una decisión, una en la que el resultado podía ser no tan agradable, algunas incluso que me dejaron cicatrices en el cuerpo y en el alma, pero que al final dejaron un feliz recuerdo... los momentos de aventura al mejor estilo de "Stand by me" donde en algunos recorridos que dejaban "raspones y chichones" al final nos llenaban de satisfacción.

Al igual que los amores, que aunque en ocasiones terminaron en lagrimas y tristezas, también nos dejaban momentos inolvidables; así como las personas que compartieron nuestro camino, unas leales, admirables y colaboradoras; otras traicioneras, egoístas e interesadas... pero sino me hubiese arriesgado a conocerlas, quizá nunca hubiera conocido las primeras, por temor a toparme con las segundas.

Y es que la vida se trata de eso, de vivir sin miedo a perder, sin miedo a llorar, sin miedo a aprender. Porque lo hermoso de vivir, como en las rosas, no solo está en sus delicados y aromáticos pétalos, también está sus fuertes y punzantes espinas. Porque son las espinas las que nos hacen recordar que la vida también tiene sus pétalos, sino nos olvidaríamos de los momentos hermosos.

La vida, como el amor, hay que disfrutarla sin temores; ya lo dice "el viejo y conocido refrán" "Es mejor haber amado y perdido que nunca haber amado". Es mejor vivir sin miedo y tener la satisfacción de, al llegar al ocaso, haber aprendido, amado, llorado... VIVIDO, que pasar por este mundo sin conocer, sin disfrutar, tan solo por el miedo a ser herido; sin darnos cuenta que al vivir así, ya nos hemos lastimado nosotros mismos al solo acumular temores en nuestro corazón.

Cierto, durante el camino así como vamos a compartirlo con grandes personas, lo haremos con otras un tanto miserables y amargadas (zombies); pero el dilema no está en si conocer o no conocer, el dilema está en cuales conservar a nuestro alrededor... el secreto no es continuar nuestro camino en soledad, es aprender a elegir los compañeros de nuestro viaje, porque al final, si son los buenos o los malos, no será su culpa, será la nuestra por haberlos elegido como compañeros. El secretos es saber elegir nuestros compañeros de jornada.

Así que no tengas miedo a vivir, a sentir dolor, ten miedo a quedarte pegado al dolor... Vive, sin miedo a vivir y serás mucho más feliz.


Fuente de la imagen: http://www.libreriamedica.com/blog/wp-content/uploads/2015/11/soledad.jpg

miércoles, 20 de abril de 2016

Con rémoras y parásitos a cuestas.


Estando buscando temas para leer y aprender nuevas cosas, aplicando mis propios consejos encontré un tema que alguna vez me había apasionado muchísimo: las rémoras y los parásitos. Desde la biología los primeros son considerados pequeños "comensales" que se aprovechan de los sobrantes que salen de la boca de los animales a los cuales se adhieren como "pequeños estorbos" en el nado.

Se supone que nos son tan dañinos, hasta dicen que sirven para algo, aunque lo cierto es que tener esa alimaña pegada a tu vientre, de alguna forma te va reteniendo estorbando, calculo incluso que hasta cansando. Por otro lado, los parásitos desde las ciencias son totalmente dañinos, son pequeños depredadores que te van consumiendo poco a poco, hasta que el huésped pierde todos los alientos y empieza a morir devorado completamente por la "misteriosa alimaña" que tienes en tu interior. 

Y en medio de esta disertación "biológica" sobre estas estorbosas "criaturitas" que se vinculan a nuestro cuerpo para sacarnos provecho y luego partir, llevarnos a nuestro entierro y morir de paso con nosotros,  pues con tal de destruir a su huésped no importa si tienen que morir; me dejo pensando cuantas veces en la vida nos cruzamos con personas similares... desde que estamos en el colegio y llegan los conocidos "chupasangre" a chupar llanta y sacarle el jugo a los "nerds" y superar cada año de estudio o tan solo determinadas asignaturas.

Ojo, si nunca te encontraste con algún compañero "vampiro" en el bachillerato, hay un alto nivel de probabilidades que tu lo fueras. Sin embargo, digamos que en la vida escolar estos personajes del bajo mundo son hasta graciosos, llegan a ser una parte importante de la "fauna" escolar. Pero a partir de allí en lugar de generarnos gracia el toparse con unos de estas rémoras o parásitos "antropoides", muy seguramente nos pueden conducir a la perdición.

No siempre es fácil identificar estas pequeñas y aprovechadas alimañas en nuestro entorno animal (Por decirlo al mejor estilo de Naturalia). En muchas ocasiones llegamos a pensar que son personas realmente increíbles porque aparentemente no tienen grandes ambiciones, son amantes del "Status Quo", de mantener su estado de "Confort" y al igual que una sirena, nos van conduciendo con su engaño y delicada voz a perder las energías y las fuerzas para luchar. Sentimos como nuestra fuerza poco a poco se va agotando y no logramos superar ni las más mínimas dificultades.

Perdemos nuestra fuerza y nos vamos consumiendo hasta desaparecer, sin darnos cuentas nuestro pequeño parásito se aprovecho de nosotros, nos saco el jugo, incluso sin importarle que muriera con nosotros. Otros ejemplares de estas devastadoras criaturitas son las que se van por el otro extremo... están llenas de sueños y ambiciones, pero nunca tienen la fuerza y la capacidad; se pegan a nosotros como trampolín para alcanzar lo que quieren.

Al igual que las rémoras, nos hacen creer que nos están animando y apoyando a subir a crecer, pero por el contrario están pegadas, "Sacándonos" el jugo, disimuladamente van obteniendo todo lo que quieren y nunca nos hemos dado cuenta que el benefactor de cada uno de sus logros fuimos nosotros... estamos completamente convencidos de que son "luchadores(as) o verracos(as)" y la realidad es que solo fueron una sanguijuela que nos saco la sangre sin darnos cuenta.

Y entonces, cuando estamos consumidos y sin salida, nos dicen "Bye"...  Te das cuenta cuando es demasiado tarde. Y no hablemos de cosas materiales, hablamos de la fuerza, la energia, los sueños y los objetivos de vida. Estas rémoras y parásitos de la fauna humana no se alimentan de dinero, eso viene y va... se alimentan de nuestros sueños, su objetivo es obtener lo que quieren pero en el camino irnos acabando poco a poco, que nuestras emociones vayan desfalleciendo.

Nos llevan a tal nivel de engaño que nos hacen creer que no se puede concebir una vida sin tenerlas a nuestro lado, porque al igual que la naturaleza, nos vamos adormeciendo... Pero como en todo, la solución está al alcance de una decisión, tomar la decisión de continuar, de soltarnos el parásito y recuperar nuestra fuerzas y nuestro espíritu.

Suena sencillo, pero no lo es, no es fácil tomar una decisión requiere que te levantes y digas "Ya basta!"... y empieces a actuar en forma armónica con tu pensamiento y tus palabras... 

Eso sí, luego no te quejes por los resultados de tu vida, tu eres que ha tomado le decisión de continuar caminando con tus rémoras y parásitos a cuestas...

Anímate a cambiar y a liberarte, verás que libre se siente.


Fuente imagen: http://www.posidoniaecosports.com/blog/wp-content/uploads/2015/08/Tibur%C3%B3n-Toro-R%C3%A9mora.jpg

martes, 19 de abril de 2016

Aprendo, luego existo!


El filósofo francés Rene Descartes es muy conocido por su frase "Pienso, luego existo" (el cogito ergo sum en latín) dándonos como base de nuestra existencia el pensamiento, estableciendo que no podemos hablar de estar en este plano, sino partimos de nuestro pensamiento, elemento que nos diferencia de los animales.  Partiendo de este pensamiento y disertando un poco sobre el tema; sin ir a faltarle al respeto a este ilustre personaje, quise parafracear un poco y partir de aprender.

Aprender es esa hermosa capacidad que tenemos de ir conociendo nuestro entorno, de asimilar la realidad que nos rodea y sobre todo de generar un nuevo aprendizaje, crear un nuevo conocimiento, esta pequeña hija de la curiosidad nos lleva no sólo a crecer intelectualmente, sino como seres humanos. Nos invita a ser humildes, año dar nada por hecho y tener el deseo de seguir creciendo y aprendiendo.

Así mismo, nos enseña a ser humildes porque entre más aprendemos, más nos damos cuenta de cuánto tenemos por aprender, de cuantas cosas nos faltan por recorrer, nos invita a ser compasivos y dadivosos, porque el aprender nos lleva a querer enseñar e iluminar a otros. Al mejor estilo del clásico filósofo Sócrates "solo sé que nada sé", cada vez que aprendemos algo en nuestra vida, encontramos mucho más la necesidad de seguir aprendiendo.

Sin embargo lo importante no es solo aprender, acumular conocimiento sin uso o utilidad. Es empezar a aplicar ese conocimiento en nuestra vida, que cada cosa que aprendamos la apliquemos para ser mejores, para ayudar, para servir, para crecer. Caminar por la vida buscando que nuestro día no termine sin haber adquirido un nuevo aprendizaje, que no cerremos nuestros ojos sin que en nuestra vida no haya algo nuevo que aplicar.

Porque solo cuando empezamos a aplicar conocimiento ese conocimiento se vuelve vivencial, práctico, útil. Solo ahí empezamos realmente a vivir, a disfrutar de nuestro entorno, a sentir el mundo que nos rodea y darnos cuenta que la vida es un lugar hermoso. Y entonces que nos damos cuenta que la única forma de lograr que este mundo sea un mejor lugar para todos es comprometiéndonos con aprender y aplicar ese conocimiento para todos.

Aprovecha tu día, aprovecha tu vida, no dejes que pase simplemente en vano, como si entre la cuna y la tumba hubieses pasado "sin pena ni gloria"... Porque solo cuando aprendes, existes...


Fuente foto: http://3cero.com/siempre-mantente-aprendiendo/

lunes, 18 de abril de 2016

Desde la lona


Siempre me he distinguido por considerarme un buen "Fan" de las películas clásicas de los 80' en especial si se trata del boxeador favorito de los nacidos en esta década, el gran "Rocky Balboa" y es que lo interesante de este "héroe del ring" es que en su primera película no salió triunfador, no, en lo absoluto fue derrotado, obviamente una derrota con sabor a victoria para todos sus seguidores, pero derrota al fin y al cabo.

Y es que durante la épica batalla de la primera película de la saga de este singular luchador, en la que se enfrentaba contra el gran campeón "Apolo Creed" fueron muchos los momentos que nuestro ídolo le hicieron "besar" la lona del cuadrilátero, al punto que una fase crucial de este gran combate el propio entrenador de Rocky le aconsejó que no se levantara, que cada vez le estaban dando con más fuerza y que eran tantos los golpes, que muy seguramente no se reconocería contra el espejo; que no siguiera luchando, que abrazara la lona como a una vieja amiga y se quedara allí.

Pero lo exitoso de esta clásica película es ver como un pededor, un "don nadie", alguien que con trabajo podía pronunciar su propio nombre de lo estúpido que podía ser, lograba levantarse de cada golpe, sin importar que al levantarse de la lona la batida fuera mayor y con más fuerza que antes; aunque volviera a caer, el se volvería a levantar. Este personaje no estaba dispuesto a darse por vencido. Lo único que sabía era pelear y lo haría hasta la muerte, sin importar cuantas veces lo lanzaran contra la lona. Nuevamente se podría de pie.

Y es que para todos esto es de admiración, porque en muchas ocasiones podemos presumir que somos constantes y perseverantes, pero con dos o tres ocasiones que nos tiren contra la lona, ya no nos levantamos, más bien empezamos a arrastrarnos para salir del cuadrilatero y decir "Yo me rindo, esto no es para mi". Pero sobre todo cuando el certero golpe lo recibimos cuando nos estamos empezando a levantar de la lona.

En ese instante es mucho más doloroso que cuando estamos de pie y caemos, porque generalmente estamos en un momento que todavía todos nos da vueltas, que tan solo estamos volviendo a centrar el objetivo, donde estamos recuperando las fuerzas y las ganas; y entonces "Punch" de nuevo contra la lona... mucho más heridos que antes, muchos más desorientados y es entonces donde aparece nuestro pequeño "Mickey" (el entrenador de Rocky) diciéndonos desde fuera del cuadrilátero "No te levantes, rindete, es peor seguir luchando.."

Y por más entusiastas que seamos, por más optimismo que tengamos, ese último golpe nos dejo casi "Knockout" solamente logramos coordinar unas pocas cosas... pero ese es el momento donde debemos preguntarnos de que estamos hechos, si de un manojo de cobardía o de "Perrenque y verraquera" como dirían en mi tierra, recordar que los grandes triunfadores de la historia (incluyendo el querido Rocky, con todo y ser de ficción) no han triunfado a la primera.

Citando solo unos casos conocidos: Tesla no fue reconocido como inventor de la radio hasta 1950, de forma póstuma, pero dejando una huella que en muchos años no podrá ser borrada; Edison no logró hacer funcionar una bombilla incandescente hasta su intento 2001; Lincoln fue presidente de los estados unidos después de 4 dolorosas derrotas. Pero ninguno de estos personajes los detuvo esto.

Es en ese preciso momento que estando en la lona te debes preguntar "Soy un fracasado o un luchador" de esa respuesta depende si sigues tirado y sales del cuadrilátero o al mejor estilo del "Semental Italiano" te levantas para seguir luchando. 

No te quedes en la lona la solución está al alcance de una desición, no importa cuantas veces te vuelvan a tirar, lo importantes es cuantas veces te vuelvas a levantar y la fe con la que vuelvas a la lucha para alcanzar lo que te has propuesto.

No es fácil, nunca lo es, siempre será más sencillo quedarte tirado en la lona, pero los que quedaron en la lona nunca llegaron brillar... que quieres para ti.

Yo me estoy levantando una vez más de la lona. 


Fuente imagen: http://img.youtube.com/vi/hp9pBaGnXPw/0.jpg

domingo, 17 de abril de 2016

Cuando te vuelva a ver


Los domingos por lo generan son de esos días en los que generalmente cuesta trabajo concentrase en algo y sobre todo sentarse a escribir, mi mente generalmente quiere simplemente estar acostado y no pensar en absolutamente nada que lo saque de su momento de desconexión de la realidad (suena un poco loco, hasta esquizofrénico). Pero en mi decidida disciplina de escribir todos los días y ante mi inclumplimiento del día de ayer me puse a la tarea de buscar algo de lectura más a ligth, que de costumbre o con menor carga emotiva.

Sin embargo muy por el contrario me llamó mucho la atención la escena final de la película "Rapido y furioso 7", la cual se grabó como un sentido homenaje hacía Pual Walker y naturalmente la canción de fondo "see you again"... Cuando vuelva a verte y en mi mente empezaron a divagar diversas ideas y emociones sobre el tema. Naturalmente y los que me conocen saben de inmediato se me aguaron los ojos, en especial al escuchar palabras tan sentidas y profundas como "No importa si estas a medio kilómetro o al otro lado del mundo, siempre serás mi amigo".

Que bella frase, no importa donde estés. Es muy hermoso sentir eso, decirlo obviamente te hace quedar como un príncipe. Son muchas las ocasiones que le he escuchado decir eso a muchas personas y en ese momento me siento en medio de una escena de "Friends", y digo "Wow!, quintense, yo también tengo amigos"... Pero saben que es realmente lo difícil de esas hermosas palabras, cumplirlas.

Hace unos días escribí sobre la importancia de la coherencia en nuestra vida y retomando algo de eso, muchas veces nos falta coherencia cuando hacemos este tipo de promesas "siempre estaré para ti", Es un compromiso que le haces a la otra persona en el cual sin importar las discusiones o la diferencias que en un momento dado puedan tener... vas a brindarle tu apoyo tu mano y sobre, en tu corazón siempre habrá un lugar importante para él (o ella).

Pero hoy es muy poco posible encontrar personas que entiendan lo profundo e importante de las promesas, sobre todo cuando con la ligereza de un niño a todo el que se cruza por su camino lo van llamando AMIGO. La amistad es algo tan profundo y delicado, un amigo es quien se ha convertido en tu familia por elección. Un amigo debe ser alguien, que al igual que por tu padre o tu madre o tu hermano(a) estarías dispuesto a luchar, a pelear o incluso a morir.

Un amigo es alguien a quien entre todo el cumulo de personas que deambulan por nuestra vida y comparten el camino, por unos instantes o momentos; o simplemente se cruzan como el transeúnte y te pone conversa mientras el semáforo cambian de color... lo elegiste para hacer parte de tu vida, para compartirle tu corazón. Para que a pesar de las diferencias y de las cosas en común y que de las peleas como hermano, no vas a dejar de querer.

A veces pienso que son sentimientos solo presentes en las películas o en las series de televisión, ver amigos como Toreto o como Rachel o Phoebe, capaces de estar en todo momento y perdonarse, solo están en la imaginación... Pero no. Son reales y de carne y hueso... están en nuestro camino, la diferencia es que no son tan ideales como lo esperamos, tienes defectos como nosotros... pero se convierten en nuestra familia.

Solo hay dos problemas por los que en ocasiones no encontramos o no vemos esos amigos de televisión... la primera y más importante, somo egoístas y esperamos que las cosas sólo vayan de un lado, esperamos que ellos amigos estén dispuestos para nosotros, pero cuando ellos necesitan de nosotros, simplemente damos la vuelta y nos hacemos los "Shakiros" (Ciegos, sordos y mudos) y en la vida es importante dar, para recibir; ser buenos amigos, para encontrar esa familia por elección.

Lo segundo, con nuestro complejo de "rehabilitar gamines" terminamos escogiendo como amigos a personas que no son capaces de mover un dedo por alguien que no sea de su conveniencia, que piensan que las amistades están para hacer lo que se les de la gana y si en algún momento dejar de ser útil, deja de ser amigo... o nos rodeamos de "zombiez" (Amargados) que están tan centrados en su veneno como para percibir a la familia por elección como algo importante.

También llegamos a confundir los compañeros de vicios y lisonjas, como amigos y estos son solo eso, personas que no están dispuestas a compartir los dolores, ni las aflicciones... son solo buenos compañeros de farra y tertulia.

Los verdaderos amigos son un tesoro, en ocasiones están mimetizados como compañeros de tertulia, otras como simples extraños transeúntes del camino... pero poco a poco te vas dando cuenta que son entrañables, algo en tu interior te dice que su  "pequeño desorden mental" está bien alienado con el tuyo. De tanto compartir llega el momento donde sabes que algo pasa.

Ya los días son diferentes si esta persona no estuvo cerca y al igual que la canción, sientes que el día ha sido largo y quieres ver a tu amigo para contarle todo lo que ha pasado, simplemente porque no es solo tu amigo, es tu familia, es tu hermano.

Ahí es donde debes levantarte y expresarte, saber que al igual que la familia, los amigos, sin importar la distancia siempre serán tu familia, no importa el tiempo, no importa el lugar... Son familia y ese lazo no se perdera...

Y cuando tienes amigos, no importa la cantidad uno, dos o diez... lo importante es saber que ese lazo se mantendrá toda la vida... no sufras por los que no son ni fueron, porque el que no es tu amigo hoy, nunca lo fue, porque la familia nunca deja de ser. No hay ex amigos, simplemente nunca lo fueron.

Muchas gracias a mis amigos... y cuando te vuelva a ver... te contaré todo lo que ha pasado.

viernes, 15 de abril de 2016

¿Todo porque hoy es viernes?

http://terapiadeparejaweb.com/wp-content/uploads/2015/08/superar-la-dependencia-emocional1.jpg
Hace unos días me llamo mucho la atención un "meme" que hacia mofa al típico existencialista, cuando un amigo le expresaba su felicidad por ser viernes y empezar el fin de semana, ante lo cual este personaje le respondió con una "retaila" sobre el capitalismo y el amarre económico para alegrase por ser viernes y en fin... toda una "chachara" donde el amigo le responde "ahora entiendo porque nadie te quiere".

Y es que efectivamente nada más triste que encontrarse con una persona que ante cualquier expresión de alegría, encuentra un motivo para desanimarte y demostrarte que no lo hay (que pena tema de ayer). Sin embargo al levantarme el día de hoy y caminar llevando a mi hijo al colegio, sentí ese delicioso frío mañanero, un cielo despejado... un hermoso día en toda la extensión de la palabra y solo hasta ese momento recordé que era viernes y expresé la consabida frase de cajón "Gracias a Dios es viernes!" y entonces me puse a disertar un poco sobre el tema.

Llegó a mi mente como para muchas personas existe una dependencia frente al día en el que se puede ser feliz, frente al lugar donde se puede ser feliz, frente a la persona con la cual se puede ser feliz, frente a las cosas con las cuales se puede ser feliz, etc, etc... Por alguna extraña razón los afanes de la vida nos llevan a generar una dependencia para encontrar la felicidad, aunque no podemos negar que nuestros amigos de los medios de comunicación ayudan mucho frente a este tema.

Lo interesante del asunto es ver como en realidad un lunes nos levantamos de mal genio, con malas pulgas, simplemente porque es lunes, nos sentimos algo felinos compartiendo los sentimientos del querido y amado Garfielt. Pero si ahondamos un poco en nuestro sentimiento frente a la infelicidad por ser lunes, no vamos a encontrar de fondo un motivo real: ¿por qué hay que trabajar?, pero te aseguro que sería mucho más triste levantarte y no tener a donde ir a trabajar, sino a buscar trabajo; ¿Por qué termino el fin de semana?, al menos has podido disfrutarlo, pregúntale a los que trabajan por turnos hace cuanto no disfrutan un fin de semana...

Te aseguro que si buscas un motivo para que solo el viernes sea razón de felicidad no lo vas a encontrar; todos los días son igualmente hermosos, alegres, disfrutables... porque la felicidad y la alegría no está en el día, no está en la persona con la que andes (Buenos a no ser de que sea un "zombie"), no está en las cosas y mucho menos en los lugarles. 

Nada más triste que no poder ser feliz, sino estoy con una determinada persona, hemos olvidado que en el caminar de la vida tenemos compañeros de camino, pero en cualquier momento pueden cambiar su rumbo y no por eso el camino deja de ser igual de hermoso; O no poder ser feliz sino tengo determinada cosa llámese objeto, bebida o lo que sea, porque si las personas pueden ser pasajeras, las cosas aun más y perderíamos el sentido de la vida; y que me dicen de que nuestra felicidad dependa de un lugar, sino vamos a ese sitio nos vamos a pasar "carilargos" o con cara de "estreñimiento" (Nada mas triste que no poder, sí), la vida esta hecha par ser disfrutada sentado en un anden, en un parque o simplemente caminando.

La felicidad y el disfrute de la vida no puede estar aferrada a algo externo a ti, tienes que aprender a disfrutar estar solo contigo, entonces te darás cuenta que las cosas, los días, los objetos y los lugares son solo accesorios que pueden variar en el camino y sin embargo "el traje" seguirá siendo el mismo... felicidad...

Disfruta este día con pasión, con alegría, con lujuria por la vida (ojo, por la vida), sonriendo y dando felicidad a los que te rodean... no porque hoy sea viernes, sino porque es un hermoso día estás vivo y con las fuerzas para disfrutarlo....

Feliz Viernes!!!


jueves, 14 de abril de 2016

Hay que cambiar de copa...

https://nelsonrivas.files.wordpress.com/2013/04/raices-11.jpg
Hace unos pocos días, por aquellas casualidades de la vida, me encontré por casualidad con un viejo "Combo" con el que desde hace ya casi un año no había vuelto a compartir, básicamente porque la persona que facilitaba nuestros encuentros de tertulia se distancio de este servidor. Obviamente en este pequeño reencuentro surgieron las típicas preguntas "¿qué pasó? ¿qué motivo esta ruptura?"... sin profundizar mucho en la historia, el recordar el carácter de este amigo, al igual que el de muchos, me llevo a disertar sobre una de las emociones que más nos destruyen por dentro: la amargura. 

Y es que este sentimiento nos llena el corazón y el semblante con odio, dolor, disgusto, en síntesis un desagrado por la vida o por quienes nos rodean. Mantenemos a la defensiva "con los guantes listos para el combate", siempre encontrando motivos para llenarnos de pena, así no tengamos ninguno. En muchos casos caemos en males peores como la dependencia, simplemente porque no hemos podido soltar algo en nuestro corazón. Queremos guardar ese dolor o ese odio por el resto de nuestra existencia.

Somos inconscientes de que nos estamos atando a un dolor, estamos enterrando una raíz en nuestro camino, que no nos va a permitir seguir avanzando hacia nuestras metas, porque los primeros que nos vamos a poner emboscadas emocionales para no lograrlo somos nosotros mismos "porque vinimos a sufrir y odiar", porque este mundo es una "M". Lo triste del asunto es que al igual que un "Zombie" que esta muerto en vida, los amargados vagan por el mundo "convirtiendo" a los desprevenidos en otro miembro de su selecto grupo.

Llenan el corazón de quienes los rodean de los mismos odios y tristezas, nunca existe nada que realmente los llene de felicidad, solo encuentran pequeños distractores momentáneos de su lamentable situación y a superarlo, nuevamente vuelve a su acostumbrada faceta auto-flagelante. Es importante tener mucho, pero mucho cuidado, porque al igual que los muertos vivientes, convertirte en amargado puede pasar porque alguien te paso el "virus" o llegó a ti a través de algo que disimuladamente se está adueñando de tu corazón: una frustración, algo sin perdonar, un pequeño disgusto.

Reconocer a un "zombie" (Entiéndase amargado, solo para que se escuche mas bonito) no es muy difícil, generalmente su semblante deja ver una tristeza encarnada en lo más profundo o por el contrario mantiene una risa tan "natural" que no sabes si reír o llorar. Lo más importante para identificarlos, sus problemas nunca han sido culpa suya, las discusiones tampoco, siempre existe un culpable fuera de ellos, el problema siempre está en los demás, siempre tienen la razón y sobre todo en algún momento la vida resultará siendo un rotundo "asco". Una cualidad que no debes pasar por alto es que son totalmente malagradecidos... obvio el mundo les debe todo, ellos no tienen nada que agradecer.

Sin embargo generalmente el problema cuando nos encontramos un "zombie" es que surge en nosotros ese espíritu de "rehabilitar gamines" y tratamos por todos los medios de volver a la vida a nuestro muerto viviente. El problema es que siempre terminaremos en un mayor o menor grado "infectado" y es aquí donde esta el punto principal de nuestra disertación... para dejar de ser "zombie" hay que tomar la decisión de ser feliz, de olvidar lo que nos hicieron, de perdonar, seguir adelante y saber que el camino tiene tropiezos pero que sino continuo el único responsable soy yo.

Hay que cambiar de copa y dejar de estar tomando esos tragos amargos y tomar la decisión de no seguir guardando rencores, odios y frustraciones... ser capaces de reconocer en cada situación nuestra responsabilidad y tener consciencia de que mientras haya un hálito de vida en nuestro corazón... hay esperanza.

La amargura es una decisión, somos nosotros los que nos atamos y obviamente somos nosotros los que podemos tomar la decisión de liberarnos...  no nos dejemos llenar de cuentos e ilusiones de que hay que hacer pases mágicos o subir de rodillas a las tres cruces para dejar atrás las amarguras, solamente necesitamos decidir ser felices y disfrutar todas las cosas que pasan en nuestra vida... buenas y malas...

Ya lo sabes, dejar de ser "ZOMBIE" solo requiere que cambies de copa y seas feliz... nada más.

miércoles, 13 de abril de 2016

Somos lo que hacemos

http://significado.net/wp-content/uploads/2015/03/Valiente.-Ilustraci%C3%B3n-e1426773847927.jpg
Todos en algún momento de nuestra vida hemos escuchado hablar de Aristóteles, uno de los grandes filósofos clásicos, muy conocido por haber sido uno de los educadores del gran conquistador Alejandro Magno (El Grande). Una de las frases que se cree que dijo declaraba "Somos lo que hacemos día a día; de modo que la excelencia no es una acto, sino un hábito", concluyendo que nuestros hábitos nos definen.

Algo más o menos que la famosa frase de una película muy taquillera "No importa quien seas en el interior, son tus actos los que te definen"... y es que disertando un poco sobre estas frases me he dado cuenta que nuestros discursos son muy bellos... nos llenamos los labios hablando de lo bueno que somos, de la excelencia de nuestras acciones personales y profesionales; pero cuando volteamos y vemos lo que hacemos cada día, vemos que muchas veces la excelencia y el profesionalismo es más un acto aislado que un hábito diario.

Siempre que vamos por la vida encontramos excusas para no actuar con la mayor excelencia y profesionalismo que nos debe caracterizar; por el contrario encontramos que muchas veces buscamos el atajo, la forma fácil y rápida de hacer las cosas, aunque esté más rodeada de mediocridad que de buenos factores. Y lo más cómico del asunto es que entre más trivial y personal sea la labor, más razones encontramos para no actuar con excelencia y profesionalismo.

Y entonces valdría la pena hacernos la pregunta, ¿si son nuestros hábitos los que nos definen y no lo que "decimos" ser, realmente somos excelentes?... obviamente es más una pregunta retorica. La realidad es que diariamente deberíamos realizar una evaluación de nuestras acciones, de nuestras palabras, de nuestros caminos y de nuestras respuestas, y revisar si estuvieron llenos de esa "superior calidad o bondad que los hace dignos de aprecio" o si por el contrario sentimos un poco de vergüenza frente a ellos.

Porque en muchas ocasiones sentimos el deseo de mejorar, de tener un mayor éxito, un mejor nivel de vida, alcanzar todos nuestros sueños; pero nos pasa lo del flojo, encontramos siempre una excusa para no hacer las cosas mejor... postergamos la decisión de ser excelentes, profesionales, de entregar lo mejor de nosotros en cada cosa que hacemos... "porque eso no vale la pena", pero al igual que la frase Einstein "... seguimos haciendo las cosas de la misma manera, seguiremos obteniendo los mismos resultados".

Solo hay un camino para ser felices, para levantarnos del fracaso y alcanzar el éxito, hacer la diferencia en el mundo, darle un poco la contraria a lo que hacen las mayorías mediocres o perversas (de lo malas que son) y es buscar la excelencia en todo, absolutamente todo lo que hacemos; no tratar de ser, sino ser completamente excelentes ansiando la calidad superior en cada labor que emprendamos.

Nada más satisfactorio que terminar el día y dicir, "hoy hice la diferencia, di lo mejor de mi en cada paso de mi vida". De esa forma darnos cuenta que realmente somos lo que hacemos... porque si nuestro hábito es entregar y hacer las cosas con excelencia, realmente seremos seres humano excelentes...

No te conformes con la mediocridad... entrega lo mejor de ti... Se lo que haces, se excelente.

martes, 12 de abril de 2016

Yo como digo una cosa, hago otra

http://www.laempresafamiliar.com/wp-content/uploads/coherente%20ef.jpg
Una de las frases que se le endilgan a Mahatma Ghandi es "Felicidad es lo que sucede cuando lo que piensas, dices y haces está en armonía"... Y es que en definitiva la sociedad se ha acostumbrado a vivir inmersa en viles mascaradas, donde constantemente estamos vendiendo lo que no somos, lo que no pensamos a otros con tal de ser aceptados, de ganar algo de reconocimiento o simplemente para sentirnos superiores a los demás.

Efectivamente muchas veces sentimos que es muy natural decir una cosa y hacer otra, continuamente lo hacemos, nos vendemos como bondadosos y sin embargo a la primera oportunidad que tenemos le damos una patada al necesitado. Hablamos del perdón y de continuar el camino, pero mantenemos nuestros rencores hacia los demás por décadas; teniendo siempre en la mente el dicho de "Yo guardo pan para cuando haya leche". Y para acabar de completar vivimos juzgando a los demás por su manera de vivir, pero es que la nuestra en el actuar es igual, aunque en el discurso sea diferente.

Es como tener un trastorno de identidad disociativo (múltiples personalidades) en el cual en una misma persona viven tres diferentes: la que piensa, la que habla y la que actúa. Pero lo más interesante es que nos acostumbramos a vivir en esta incoherencia de vida, se vuelve nuestro "Status Quo", a pesar de que nos mantiene amargados y aburridos, criticando todo lo que sucede en nuestro entorno, manteniendo siempre una intranquilidad interna, donde nada nos llena y nos dedicamos, en muchas ocasiones, a amargar a otros.

Algunos asimilan este estilo de vida por el deseo de ser aceptados en un grupo social, manteniendo mascaras en su rostro con tal que a quienes consideran superiores los acepten, esto los lleva a alcanzar unos niveles de infelicidad tales que llegará el momento donde no tengan ni la menor idea de quienes son, si el que piensa, el que habla o el que hace... porque se puede llegar a hacer cosas que nunca harían en su corazón, pero por ser aceptados se realizan.

Otros, se comportan así por su doble moral... todos los días los escuchas hablar (como la canción) de amor al prójimo, de sacrificio, de amor... pero cuando volteas a ver sus acciones y pensamientos (que de verdad se llegan a ver) son totalmente opuestos, siendo incapaces de seguir las enseñanzas que tanto dicen promulgar... al punto que no se pueden amar ni siquiera ellos mismos...

Sin embargo, aunque esta constante disyuntiva se vuelve un estilo de vida en casi todos los miembros de la sociedad en la que vivimos, de lo que podemos estar convencidos es que, aunque estén en su "Zona de confort" esto no quiere decir que sean felices... es imposible serlo cuando no tienes idea de quien eres. Y la realidad es que la única razón por la que estamos en este mundo es para ser felices... Ser felices pensando, hablando y viviendo armónicamente.

Hacer esto nos enseñara lo difícil que es ser coherentes y nos mantendrá lo suficientemente ocupados, como para no estar viendo como viven los demás, solamente disfrutando de hacer las cosas... como las pensamos y decimos.


lunes, 11 de abril de 2016

Raíces amargas y frutos dulces

https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEiLcq2ngsNN_Uhyphenhyphen-Bw4T_yj-j4TWhuFCF2_psqoWSB-CCL_e-LYWoVmJFrf4z_uMwHSpTNFwVZMgzJ2NuvzjmF-3cwG8UdP84oyzahWs23OJzlTCVGUpEAGNNnYjE9Mt1jod74xsJLTLF0/s1600/37242.jpg
La vida es un camino lleno de enseñanzas, de hecho siempre he considerado que el día que termine si haber aprendido algo definitivamente fue un día que pasó como el dicho "Sin pena, ni gloria", lo interesante del asunto es que también hay muchas cátedras que te repite a medida que avanzas en la vida, como corroborando que la lección fue aprendida debidamente... y otras que parece que le genera cierto "perverso" placer.

De todas las virtudes que nos trata de enseñar no hay una que cueste mayor trabajo que la paciencia y es que es hermanita de la esperanza... la diferencia es que la paciencia no te llena de emotivas expectativas, solo te invita a tener la tranquilidad de saber que las cosas pueden cambiar y que si no es así... lo tomes con tranquilidad... que no hay soluciones inmediatas, ni formulas mágicas para superar las dificultades, solamente hay un camino: calmarte, trabajar, no desistir y soportar todas las dificultades que van llegando.

Desde la infancia nos ha costado trabajo esperar, soportar lo difícil, no obtener lo que queremos "YA". Nacemos con una programación que nos inclina a la inmediatez, queremos recibir todo "ipso facto" y obviamente, sin el mayor esfuerzo posible. Y dependiendo del tipo de crianza con el tiempo se nos va a hacer mucho más difícil. Si tuvimos el infortunio de contar con uno padres consentidores que desconocían absolutamente el vocablo "NO", pues nuestra vida estará llena de tristezas; ahora bien, si la vida los llenó de necesidades, quizá tengamos mayor capacidad de soportar las "clases" de paciencia que nos programa la vida.

Obviamente, esto no significa que cada que "ingresemos" a nuestras clases de paciencia, no vamos a sentir sus amargas enseñanzas... porque en el devenir de la vida no hay elemento que nos sepa más amargo que tener que construir las cosas paso a paso y no es que nos acostumbremos a los caminos fáciles, pero la vida siempre nos conducirá por rutas cada vez más truncadas en las que tendremos que aprender a soportar las dificultades, los rayos, los truenos, la lluvia en los ojos...

Y es que en esta cátedra la vida aprovecha para enseñarnos disciplina, esperanza, fe, organización... porque las dificultades solo las vamos a pasar cuando alcancemos los niveles que la vida espera que logremos... eso sí al final los frutos de haber superado cada uno de estos momentos nos van a hacer llorar de felicidad... de placer por haber alcanzado lo que tanto habíamos anhelado...

Quizá el acelerado paso de los tiempos actuales donde todo parece ir tan rápido, donde la tecnología cada vez es más avanzada y donde acabas de celebrar la semana santa y parece que ya es hora de empezar a colgar los adornos de navidad... no es una invitación a olvidar que la vida sabe que la mayor de la virtudes es la paciencia... tener la tranquilidad para superar todas las dificultades que se vengan, con la disciplina para trabajar en superarlas...

Sin embargo, como todo en la vida, todo es fruto de tu decisión, porque al igual que en la escuela o la universidad existen los atajos, sin embargo ellos no te enseñaran y al contrario de la paciencia, no te darán frutos dulces... sino muy amargos...

No tengas miedo de aprender de la paciencia, ella te enseñara a valorar lo que tienes y sobre todo a valorar a quienes te rodean... además de enseñarte quienes son tus verdaderos amigos.