jueves, 27 de julio de 2017

La vacuidad



Una de las películas que más me gusto en mi infancia tenía uno de los títulos más sugestivos para un niño soñador “la historia sin fin” yo, un infante lleno de sueños e ilusiones, que le gustaba montarse cuentos en la mente y armar grandes e imaginarias historias sobre lo que podía hacer, al mejor estilo de Calvin y sus sueños, al ver esta película fue como que me hubieran leído la mente, una historia sin fin, una aventura constante… wow… era todo un sueño.

Obviamente, como en toda gran historia siempre había un némesis, un personaje fiero destructor de todo, el más tenebroso de todos los grandes archienemigos que un súper héroe pueda imaginarse… y no era el lobo Gmork, no. El ser malvado de esta maravillosa aventura era aún más temible, más destructor, más difícil de derrotar… La vacuidad, la nada, el vacío… como lo quieras llamar.

Es realmente fantástico, fascinante como el escritor de este clásico de la literatura moderna se inspiró tan profundamente para crear tal destructivo, malvado y enigmático ser de maldad. Y lo más bello de todo es que no tiene forma, entonces ¿Cómo lo combates?... el vacío, la vacuidad y su capacidad de destrucción del ser.

No hay duda alguna, sea en el mundo de la fantasía o en la realidad que tanto nos agobia, no hay ser más temible (por llamarlo de alguna forma) que la vacuidad… ese vacío que se apodera de nuestro corazón, de nuestra mente, de nuestra vida. Esa terrible sensación de sentirte totalmente vacío, desesperanzado, desanimado… esa sensación de no saber qué quieres.

Esa terrible desolación que llena tu alma cuando sientes que puedes estar rodeado de muchas personas, pero en últimas estas completamente solo, que eres un 0 a la izquierda y en cualquier momento puedes faltar y nadie notará tu ausencia, porque tu presencia nadie la nota.

Ese vacío agobiante y tenebroso done nada parece tener significado ni trascendencia, donde lo has probado todo y nada te da significado, nada te da energía, nada, absolutamente nada te da sentido u orientación para elegir un camino. Simplemente vas caminando por la vida porque tienes la obligación de hacerlo, porque según parece ese es tu único objetivo, llenar un espacio vacío en el universo, pero no sabes cómo estará más vacuo, si contigo o sin ti.

Es totalmente destructivo el vacío, acaba con todas las esperanzas y como solo sientes la desolación, la nada no tienes como combatirlo. No es un ser tangible que puedas enfrentar, no es algo que puedas insultar y mandar a la mie…. O darle unos buenos azotes y superarlo. No es un vicio que puedas combatir y dejar.

Por el contrario, ese nada en el corazón y el alma te llevan a no disfrutar, ni siquiera los vicios te dan satisfacción como solían hacerlo, por el contrario parece que ese profundo vacío en tu corazón no te deja sentir más que la desolación de tu alma.

No hay sueños, no hay esperanza, no hay ideales, no hay nada… absolutamente nada, no hay deseos, no hay fuerza… solo un infinito vacío sin sentido, hasta la vida pierde su aroma.

Definitivamente es el ser más malvado y destructivo de todas las historias que te puedas encontrar, lamentablemente, aunque en la novela se podría combatir con la imaginación y los sueños, cuando se ha apoderado de tu alma no hay sueño que logre acabarlo, simplemente te conviertes en un ente vacío que va caminando por la vida, sin sentido, sin dirección, sin emoción, sin vida.

Fuente imagen: http://www.mataifu.org/ftp/20160427063614_eje-vacio.jpg

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