jueves, 9 de noviembre de 2017

No soy de aquí, ni soy de allá



Uno de mis cantante favoritos, Facundo Cabral, título una de sus canciones más exitosas con el mismo título de este post “No soy de aquí, ni soy de allá”. Le letra de la canción es una invitación a no aferrarnos a nada, ni siquiera al terruño en el cual nacimos, a la edad o cualquier otro lazo que nos aleje de la capacidad de hermanarnos con los demás; pero sobre todo, la capacidad de alcanzar la felicidad en las cosas simples.

Fue entonces, al recordar y escuchar por enésima vez la letra de esta canción, que me puse a disertar sobre una de los afanes que más nos absorben como personas y como sociedad. Buscar a donde pertenecemos, de donde somos, donde debemos estar. Son muchos los momentos donde nos desgastamos por tratar de pertenecer a un lugar, a un grupo.

Incluso muchas veces tratamos de llevar la contracorriente a la “moda” de la sociedad como un mecanismo para encontrar a donde pertenecemos. Llevamos incluso a dejar de ser quienes somos, buscamos adaptarnos para lograr la “aceptación” de los otros y ser incluidos en un grupo y decir a vos en cuello “pertenezco aquí!”. Muchas veces en ese afán terminamos de rodeados de personas que, al igual que nosotros, solo tienen ese mismo afán de sentirse parte de algo.

En muchas otras ocasiones terminamos rodados de personas que nos manipulan y nos utilizan, y seguimos su juego con el único deseo de poder pertenecer a un grupo, a un lugar. Muchas veces aceptamos perder nuestra dignidad, nuestros sueños o nuestra libertad. Dejamos todo, incluso lo que amamos, para poder decir que hago parte de algo.

Yo, en muchos momentos de mi vida he perdido mi esencia, he dejado de ser quien soy y lo que me gusta, mi manera de ver el mundo con tal de recibir la aceptación de los demás. En el afán de pertenecer. Pero reflexionando un poco sobre eso y tomando como referente al ilustre Facundo Cabral, me puse a pensar que hay personas que no pertenecemos a ninguna parte.

Hay un grupo de seres humanos que pertenecemos al mundo, al universo, “no somos de aquí, ni somos de allá, no tenemos edad, ni porvenir…”  Que nuestro afán no debe ser buscar pertenecer a un lugar o estar rodeados de unas personas. Nuestra afán, un poco más egoísta pero altruista, es no pertenecer a ningún lugar. Nuestro afán debe ser, vivir, vivir el camino… solos o acompañados, siendo quienes somos… teniendo ese poco de todo, simplemente sin pertenecer a ningún lugar, pero sin rechazar ninguno.

Quitarnos las vendas de identidades segregacionistas y los afanes de pertenecer, de poseer o de estar incluidos. Preocuparnos solamente por ser, vivir y disfrutar de la vida. Recordar que lo más importante en el universo es el ser, no solo yo, todos los seres humanos. Que lo material es pasajero, y que la única aceptación y pertenencia que debo anhelar es la mía.

Es supremamente difícil, la pertenencia a un lugar para mí, no fue difícil de alcanzar, el hecho de que mi padre fuera de otra nacionalidad y yo no supiera nunca bien si era de aquí o de allá, me ha permitido no generar apegos a nacionalidades. Sin embargo hace unos pocos años sin darme cuenta genere el apego a una persona, no muy consciente. Y cuando la perdí… me ha significado noches largas, madrugadas y días de lágrimas, penas y amarguras.

Soltar, dejar ir la necesidad de ser parte de, de ser aceptado por, de pertenecer a un grupo o sentirse parte de algo, es el peor de los vicios, es la droga más destructiva y dañina que puedes encontrar. La forma más compleja de enajenarse de la realidad. Pero la búsqueda de nuestro verdadero significado, liberarnos de esos apegos te permite alcanzar la más grande de las felicidades.

Saber que eres libre, que no eres de aquí, ni de allá; que eres de todas partes, que el tiempo pierde significado, porque ya no hay edad. Y que el porvenir pierde influencia sobre nuestra tranquilidad, porque lo que importa es quien soy yo y ser feliz.

Yo he decidido trabajar en la búsqueda de esa libertad, de esa felicidad, he decidido  dejar de buscar la pertenencia a un lugar, a un grupo o a una persona. Soy de todas partes, me pertenezco a mí y quiero ser feliz es lo más importante. Y si en el camino alguien quiere caminar a mi lado, bienvenido… y si no Bon voyage!


Bueno, por lo menos así lo veo yo.


Fuente imagen: https://pbs.twimg.com/media/B3tkdOTIAAAqqh3.jpg

1 comentario: