miércoles, 29 de enero de 2020

¿Qué nos depara el futuro?



Cada que un año termina y otro comienza, siempre surgen muchos temores y expectativas sobre lo que será y pasará ese nuevo año que comienza: ¿qué cosas buenas traerá? ¿qué penas llevará escondido? ¿cuántos sueños cumpliré?... o el peor miedo de todos ¿seguirá todo igual?

Y en este juego de temores y esperanzas, buscamos siempre jugar con cartas marcadas. Tratamos de conocer y predecir el futuro, muchas veces las personas buscan quien les diga que pasará. Se pagan miles y a veces hasta millones para tratar de prever el futuro, para saber que traerá y no seguir con la incertidumbre, sino caminar sobre seguro.

El problema es que en el afán de buscar que sucederá, metidos en el miedo de la incertidumbre y del temor de los sueños frustrados, nos quedamos paralizados, quietos esperando que algo extraordinario pase, que baje un rayo del cielo que no ilumine el camino y nos indique que hacer, que decisión tomar, que camino emprender… pero sin darnos cuenta el tiempo sigue su curso.

Y nosotros, inertes esperando que alguien nos indique el camino que debemos elegir, que nos lleven como cuando niños, como cuando alguien más tomaba las decisiones y elegía los caminos y nosotros solamente lo seguíamos. Vamos dejando que las cosas pasen, que el mundo y gire… y que nosotros en lugar de ser actores protagónicos nos volvamos solamente en víctimas de las circunstancias.

Lo triste del asunto es que la solución esta al alcance de lo único cierto, verdadero y tangible que tenemos: ¡El presente! Es en el presente donde construimos nuestro camino, es mirando en el hoy como podemos proyectar nuestro futuro, la única forma verdadera de predecir el futuro es hacer que ocurra (lo leí por ahí).

Solo cuando actuamos, cuando tomamos la decisión de tomar las riendas de nuestra vida y dejamos de esperar que otros, como por arte de magia, nos indiquen el camino. Cuando tenemos la valentía y el coraje de arriesgar, de avanzar, de transformar nuestros hábitos… solo cuando tenemos la certeza del cantante de que “caminante no hay camino, se hace camino al andar” y empezamos a caminar con los sueños y objetivos que tenemos… solo en ese momento empezamos a construir nuestro futuro.

No es difícil, solo requiere perseverancia, tener el tesón para levantarnos ante cada caída, para ponerle frente a la tormenta… para transformar lo único que podemos transformar… nuestro carácter. Solo cuando decidimos construir nuevos hábitos, nuevas formas de hacer las cosas y nos lanzamos a experimentar nuevos caminos, sólo ahí empezamos crear nuestro futuro.

Como diría el ilustre profesor Emmet L Brown (al final de la trilogía de volver al futuro) “nuestro futuro no está escrito”, tenemos una hoja en blanco para empezar a escribirlo.

Así que, ahora que el primer mes de este nuevo año se acerca a su fin, nos quedan más de 330 días para escribirnos un año maravilloso, lleno de retos, de metas, da acciones por emprender, de hábitos por adquirir, de vicios por dejar y sueños por hacer realidad. Solo debemos tener la voluntad para caminar por nuevos rumbos y la valentía para enfrentar nuevos riesgos.

Ah… y la sabiduría para administrar nuestro tiempo.

En otras palabras, tenemos la oportunidad de “escribirnos el futuro que queramos” así que hagámonos un futuro bueno.