lunes, 22 de febrero de 2016

Degradame por piedad!

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Hace algunos años en una pequeña discusión familiar hablábamos sobre cual de los derechos fundamentales podría considerarse el más importante para la humanidad, obviamente pasamos de la vida, la libertad, la educación, etc. Y en cada pasa del análisis discursivo de cada uno de los derechos siempre revisábamos, la historia y el significado de fondo.

Pasamos de revisar la libertad, de como históricamente la gente la ha buscado y ha defendido, ha puerto por ser libre. También analizamos el derecho a la vida y como sin vida pues no tenemos nada más... pero entre todos los derechos que vimos nos pusimos de acuerdo en el que el más importante era nuestro derecho a la dignidad.

Y que es la dignidad, es respeto, respeto hacia mi, hacia lo que soy, por el simple hecho de ser. La dignidad es tener el conocimiento de que valgo como persona. Que no es mi dinero, mi familia, mi pasado o un color de piel lo que me hace ser digno, es la capacidad de respetarme y de buscar que otros me respeten, sin imponerme, ni vulnerar su dignidad.

Por la dignidad los próceres de américa dieron sus vidas, por ser tratados dignamente, por no ser subyugados y humillados, sino reconocidos como seres humanos. Por dignidad Ghandi lucho por que su pueblo fuera tratado con respeto, libertad y dignidad. Por esto Martin Luther King Jr. dio su vida para que su raza no fuera menospreciada, sino que fuera tratada como igual.

Durante muchos siglos la dignidad ha sido la mayor búsqueda del hombre, ser tratado con respeto por los demás, lograr que todos nos sintamos como seres iguales, sin diferenciación, sin distinción, tan solo mediado por el respeto y ¿por qué no?, por el amor.

Lo triste del asunto es que hoy en día muchos regalan su dignidad, le entregan a otros el poder de degradarlos, de humillarlos o menospreciarlos, "venden" su dignidad por un poco de dinero e incluso por un poco de "cariño". Permiten que otros los pisoteen porque es "la mejor forma de mostrarle" que lo amo. Y no nos damos cuenta que al vender nuestra dignidad, estamos dejando de ser.

Pero lo más interesante del asunto es que esperamos que otros nos respeten o valoren, cuando nosotros no lo hacemos. La dignidad no es andar gritando por las calles que soy digno y merezco ser respetado. Dignidad es respetarme yo mismo y lograr que eso lo reflejen los demás.

No vendas tu dignidad, no supliques por ser degradado, respetarte, amarte y valorarte, son los elemento que te llevarán a ganarte la dignidad que tanta sangre le ha costado a nuestra sociedad.



viernes, 19 de febrero de 2016

Las causas de un ocaso


Desde que llegaron mis vacas flacas han sido muchas las voces de aliento, pero al mismo tiempo las voces de "revísate a ver qué estás haciendo" o "eso mínimo fue que mataste un cura", incluso las de "estas recogiendo lo que sembraste, mire a ver qué tiene que cambiar"... Son muchas las palmadas en la espalda, pero pocas las acciones reales de apoyo, sin embargo, las que nunca sobran son las críticas y los juicios de porque te puedes encontrar en medio de un ocaso o en medio de la absoluta obscuridad.

Y me puse a disertar porque inician nuestros ocasos económicos y emocionales, porque entramos a nuestros desiertos, no puedo negar que en muchas momentos las opiniones frente al fruto de nuestros actos nos deprimen y nos llevan a sentirnos como cuando Job recibe las visitas de sus amigos y lo hacen sentir como un soberano rábano, buscando cuál fue la palabra, cuál fue la acción o el momento donde se dijo algo o se hizo o se dejó de hacer para que todo se te pusiera en contra.

¿Cuáles son la causas de un ocaso? Y al igual que la historia del paciente Job llegue a la conclusión que no las hay, la única realidad es que pasan porque tienen que pasar, porque la tierra es redonda y en ocasiones da el sol y en ocasiones llega la obscuridad. Porque la vida es una un ciclo... Porque no siempre las cosas malas que pasan son palabras de castigo o por karma.

La vida da vueltas y espera que aprendas y te prepares, todo viene y se va. El sol sale para recordarte que la noche también vendrá y tienes que prepararte, abrigarte estar listo. Quizá no podamos negar que muchas de las cosas que nos pasan son consecuencias de nuestras acciones, que recogemos lo que sembramos, pero tampoco podemos negar que en la vida se viven ciclos, desiertos que nos recuerdan que existen los oasis.

Muchos nos tratan de juzgar frente a nuestros desiertos, es una forma coloquial de "al caído caerle" muy disimulada, nos volvemos jueces de la vida de los otros y los queremos llevar a que se den latigazos, pero lo cierto es que muchos desierto, muchos ocasos, quieren enseñarnos a fortalecer nuestra alma para que salga fortalecida, para que levantemos el corazón y digamos "esto también pasará", para que recordémos que  cuando el sol está fulgurante y el oasis rebosa de alimento también seran pasajeros.

Es cierto, los momentos difíciles son oportunidades de reflexión y aprendizaje, pero no sólo de lo que pasó, sino de lo que vendrá, de cómo debemos recibir los nuevos momentos con humildad y con cautela, consientes de que en el devenir de la vida podrán volver nuestros desiertos y que tenemos que estar preparados para recibirlos y también que cuando estemos opulentas no olvidemos tender una mano de apoyo a quienes no lo están.

Recuerda siempre que los ocasos no siempre tiene una causa derivada de tus decisiones, también son fruto de los ciclos de la vida, esto te enseñará a estar dispuesto a ayudar y a mantener la humildad... Recuerda "esto también pasará"

jueves, 18 de febrero de 2016

El arte de la mediocridad

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Hace algunos años una persona a la que aprecio mucho y de quien he aprendido muchas cosas, pues fue mi jefe por más de 10 años, recordando una empresa en la que habíamos trabajado juntos me comento "No has visto como a los mediocres no les va mal en la vida, nunca se esfuerzan, cumplen con su deber; pero no entregan más allá, por eso nunca los saturan de trabajo, no son malos para sacarlos, pero tampoco son sobre salientes, solo siguen ahí con su nadadito de perro".

En ese momento solo quedó en mi mente como una conversación superflua, en la que hicimos referencia a personas que habíamos conocido y que definitivamente nunca entregaron lo mejor de si en sus puestos de trabajo. Pero regreso a mi mente hace unos días, cuando en una conversación con mis padres, quienes como toda familia cariñosa te invitan a reflexionar frente a lo que haz hecho y porque caíste en desgracia "laboralmente", y en medio de ese dialogo familiar empece a recordar mis tres últimos años de trabajo en una empresa que no vale la pena mencionar.

Y recordé como empece el año 2013 trabajando en dos áreas al tiempo, manejando tres grandes proyectos trabajando por incrementar matriculas y dedicando a mi labor más de las horas laborales reglamentarias, sin ninguna objeción, como un año después dentro de mi haber había formulado y costeado uno de los proyectos más grandes que mi empresa podía tener, su propia institución de educación superior, había sacado adelante un proyecto con el MEN y estaba recibiendo los técnicos, literalmente ya no tenía vida personal.

Cada iniciativa nueva que salía yo estaba en ella para sacarla adelante, no había proyecto nuevo en el que yo no estuviera comprometido, al punto de llegar el momento donde las horas del día no me alcanzaban para terminar todo lo que tenía por hacer, además de criar una familia y tratar de tener amigos. Al siguiente año el fruto de todo ese trabajo había sido ganarme la envidia de mucha gente, que se tomaban el trabajo de hacer seguimiento a mi trabajo para encontrar el error e irse lanza en ristre contra él, y cual fue mi decisión, bajar un poco el ritmo y esperar pasar desapercibido.

Por un momento de mi vida anhele ser un completo mediocre, que la gente no me viera no me cargara de trabajo, sino solamente cumplir con mis obligaciones sin tener mayor carga. Trabajar tranquilo sin que nadie me viera, sin que nadie me envidiara y quisiera darme en la cabeza. Ser tan mediocre que la gente ni siquiera se tomara la molestia de venderme mascaradas para traicionarme, porque nadie traiciona a un mediocre... ¿cuál sería el objeto?

Es más que me vieran tan mediocre que me saliera un trabajo rápido, porque últimamente siempre me salen conque estoy sobrecalificado para los cargos que concurso... y me puse a disertar un poco sobre el asunto. Que lindo es no vivir con envidias ni engaños, que lindo es pasar desapercibido. Pero ninguno de mis ídolos ha sido mediocre... la mediocridad no te genera una satisfacción real.

Que felicidad te puede generar saber que no eres excelente en nada, que eres "aprendiz de todo y maestro de nada"... como ser feliz sabiendo que eres un absoluto cero a la izquierda, que nadie te recordara porque simplemente la gente no tiene ni idea que existes.

Cuál es la belleza del arte de ser mediocre, si absolutamente nadie lo ve, porque básicamente no eres nadie, ni sumas, ni restas. Mientras que la excelencia, el ser el mejor en lo que haces y en lo que sabes, puede que no te asegure la opulencia, el éxito rotundo, pero te aseguro que dejas huella y te llena de una gran satisfacción saber que tú eres el mejor.

Y obviamente, como todo lo bueno, los resultados llegarán, quizás no hoy, quizás no mañana, pero va a llegar y serás aun más feliz, porque no tuviste que vender tu esencia... porque todos estamos hechos para brillar, lo que pasa es que tenemos mucho miedo de que la gente envide nuestra luz.

No te dejes llevar por el arte de la mediocridad... trabaja por la excelencia... por sobresalir, ahh... eso requiere trabajo, también por eso pocos la buscan.

martes, 16 de febrero de 2016

Superficial y pasajero

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Nunca he logrado definir porque nos volvemos superficiales, en que momento de nuestra vida dejamos de darle importancia a las cosas trascendentales como los amigos, la familia, los buenos momentos; el disfrutar las cosas simples como un partido en la cancha del barrio, correr bajo la lluvia, tomarse una gaseosa litro entre todos los que corrimos. 

Cuando convertimos el concepto de ser feliz en cosas complicadas, ropa de marca, autos presuntuosos, elementos exóticos y dejamos atrás las cosas que realmente valen la pena. Saber que no estas solo, que tienes personas con las cuales contar en los momentos difíciles. Que la próxima vez que te caigas habrá quien te tienda la mano.

Hay un minúsculo límite donde olvidamos lo trascendental y le damos importancia a lo superficial, a lo pasajero y dejamos atrás lo maravilloso de los pequeños detalles que tienen gran significado. Los que realmente marcarán nuestros recuerdos; esos que no están mediados por el dinero o los vienes, o por ridículos códigos que nos inventamos cuando "vamos madurando", para complicar las relaciones y llenar de superficialidad algo muy valioso, tanto que cuando eramos niños no permitíamos que una discusión nos distanciara, más allá de unos minutos.

Y es en este momento donde las relaciones han perdido su importancia, a lo superficial y pasajero le damos significados trascendentales e infinitos, y a lo realmente trascendental como el amor, la amistad y los momentos memorables, le damos un significado de pasajero. Nos llenamos de "motivos" cuando las personas no aceptan nuestras reglas de vida y nos imponemos porque nuestro estilo y nuestras cosas son valiosas y las de los demás no.

Preferimos lo pasajero, actuando en ocasiones como niños, pero a diferencia de ellos guardamos rencores "significativos" por motivos pasajeros, perdiendo lo valioso de la vida. Y hoy valoramos más lo material que lo inmaterial, las cosas, a los momentos y a las personas. 

Eso me hizo recordar la pregunta de un amigo, en vísperas de mi onomástico, y fue "¿qué quieres de regalo?"... Dándole vueltas supe lo que quería, disfrutar de una noche con mis amigos, con los que no tenga que ocultar lo que soy o vender una mascarada para ser aceptado, compartir con quienes me amen como soy y si nos vamos a algo material... un libro, que siempre recordaré que me lo dio un amigo en mi cumpleaños.

Dejemos atrás lo pasajero, no nos distraigamos con lo superficial. Lo importante, lo trascendental, lo realmente valioso es el amor, los amigos y los bellos momentos... esos que quedarán para siempre en tu corazón y en los momentos de aflicción te llenarán de felicidad...

lunes, 15 de febrero de 2016

Oh! Y ahora quien podrá defenderme!

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Recuerdo que hace algunos años el grito desesperado y alarmante de "Oh! y ahora quien podrá defenderme!" era la señal para que de inmediato llegara en tu auxilio uno de los héroes más "sui generis" que han pasado por la pantalla chica, El Chapulín Colorado. Llegaba a ayudarte, rescatarte del problema y se retiraba una vez todo quedaba como debía ser.

Ahora bien, muchas veces parecía empeorar las cosas en lugar de arreglarlas y en últimas terminabas tu mismo solucionando tus problemas y hasta rescatando al pobre super héroe de pacotilla. Eso sí, todos sus movimientos siempre estaban fríamente calculados, así que terminabas pensando que todo lo había hecho él.

Lo triste en estos momentos es que te queda en el inconsciente la idea de que en esos momentos de miedo y desesperación alguien vendrá en tu ayuda, entonces levantas los brazos y gritas con todas tus fuerzas "Oh! y ahora quien podrá ayudarme"... pero nunca aparece un super héroe para sacarte de tus problemas, para ayudarte a volar sobre el pantano y continuar tu vida de forma tranquila.

Todo lo contrario, llegan todavía más problemas y más dificultades, y ni para que gritar, ni para que buscar ayuda porque sabes que nadie lo hará. Es más, muchos de los que estaban a tu lado repentinamente desaparecen, pues ya no hay ninguna razón para estar contigo, ya no eres nadie. Y con la muerte de la esperanza, mueren las fuerzas; ya no luchas, simplemente te dejas morir porque todo se ha terminado y no puedes con tantos problemas.

Tu esperanza murió con el último intento por salir de tus problemas que no te sirvió para nada, ahí también quedo tu espíritu. Las personas que pensabas que te podrían ayudar y que algunas vez lo hicieron, en esta ocasión salen de tu vida con una palmada en el hombro y una frase de cajón. Ya solo esperas que en algún momento te quedes dormido y no tengas que volver a levantarte, simplemente dejar este plano y ya... parar de sufrir.

Surge entonces una imagen de ese super héroe latinoamericano, el en realidad nunca ayudo, la verdad es que no le soluciono el problema a nadie. Su labor era siempre mostrarte que tú puedes salir de tus problemas, que solo vasta pensar que lo puedes hacer y lo logras. Que lo único que tienes que hacer es tomar una decisión.

Levantarte y decir "ok, se ha puesto difícil" pero nadie dijo que fuera a ser fácil. Y actuar, caminar, correr, hacer.... Actuar. Vivimos esperando la llegada de un mesías que nos soluciones todos nuestros problemas, que nos rescate como el príncipe azul a la princesa en apuros. Un Robin Hood que nos de alimento y enfrente al Sheriff de Nottingham... Queremos huir de nuestra responsabilidad de enfrentar y superar nuestros propios problemas.

Aquí o empiezas a luchar, tomas la decisión de levantarte de la cama, solucionar cada problema que aparezca. Recordar que los problemas no son otra cosa que oportunidades, oportunidades para conocer a las personas, para conocer mis propias fuerzas, para aprender y por supuesto, para crecer.

En medio de la desesperanza y la aflicción la solución no está en sentarnos a llorar, ni mucho menos en buscar o llamar un héroe que nos rescate. Está en levantarte y decidir luchar. Quitarte la sábana, salir de las cobijas y luchar.

La decisión es tuya, seguir llorando y lamentándote por los problemas que tienes o levantarte y LUCHAR, aprender y superar todo lo que se te venga encima.

miércoles, 10 de febrero de 2016

La tormenta perfecta


Nunca les ha pasado que se encuentran en una situación difícil, cual difícil, de vida o muerte. Es tal la magnitud de los problemas que los protagonistas de la película "Una serie de eventos desafortunados" están en Disney World, casi que los únicos que saben cómo te sientes son los de "Una Tormenta Perfecta; y es que cuando divisas a tu alrededor todo mundo esta súper optimista, y tú lo único que tienes claro es que de esta sales, pero en el periódico en la sección de obituarios.

Los más complejo de esta época de tormentas es que todos están tan bien que te quieren contagiar de su alegría y tú sólo vez dificultades a cada paso, te saludan con una sonrisa en los labios y te dicen "No te preocupes, veraz que todo se pone mejor" y uno solo responde con una sonrisa medio hipócrita "Siii, yo lo sé" y por dentro le dices: pedazo de @**** no necesito voces de aliento necesito soluciones, te dije que no tengo que comer?; las palabras bonitas no alimentan, me estoy enloqueciendo buscando cómo solucionar y no encuentro salida.

Sientes que no sólo el bote hace agua, sino que las olas encrespadas y con furia solo quieren volcarte y ahogarte; y al igual que en la arena movediza, entre más luchas más te hundes en el fango. Todos a tu alrededor esperan que soluciones con bellas palabras de aliento, pero todos los problemas han llegado juntos, en ese momento descubres que los cuatro jinetes del Apocalipsis existen, pero que no vinieron a acabar con la humanidad, sino que se ensañaron contigo, te llego él hambre, la peste, la guerra y por último la muerte.

En esos momentos ya no ves la muerte como un problema, la empiezas a ver cómo una solución, olvidarte por fin de todos los problemas, que los vivos vean cómo se las arreglan. Tienes la certeza de que de esta tormenta perfecta definitivamente no habrá ninguna salida, llega el momento donde has llorado tanto que ni las lágrimas te fluyen y sientes que hasta Dios te dio la espalda, incluso repites las palabras de Jesus en la cruz "padre por qué me has abandonado".. Y para completar en lugar de llegar soluciones, llegan más problemas.

Ese es el preciso instante donde sin importar cuan agobiado té sientas debes tomar la decisión de seguir luchando de levantarte con el viento en contra y volar. ¿Acaso alguien te dijo que la vida iba a ser fácil? Desde que naces te reciben con una nalgada para darte cuenta de cómo iba a ser la lucha. Levántate, el viento en contra es el que te va a llevar al éxito, nada te podrá subir el animo, solo tú puedes decidir si seguir viendo el vaso vacío o verlo listo para volverlo llenar con lo que tú quieras.

Puede que estés en medio de una tormenta perfecta, pero estás solo se le presentan a los luchadores perfectos, si las situaciones están tan difíciles es porque la vida sabe que tienes la fuerza y la voluntad para superarlo, pero solo tú puedes decidir levantarte y decirle a la tormenta "lanza tu mejor rayo, puedo superarlo"

Es posible que en estos momentos pienses que eres el único y que estás solo, que nadie pasa por lo tuyo, pero si te das cuenta de lo que eres capaz de hacer, que puedes levantarte y confiar en Dios, dar el paso y decir, "Vamos, todavía no me has derrotado"; no llegará tormenta que te derriben podrás ayudar a otros en tu misma situación .

Levántate, no desfallezcas y decide luchar, veraz que saldrás a flote y llegaras muy alto.

martes, 9 de febrero de 2016

Causa y efecto


Uno de los personajes más enigmáticos de una de las trilogías más impactantes de los últimos años, "El Merovingio" de Matrix, tenía como una de sus frases de cabecera "toda acción tiene una reacción, todo causa y tiene un efecto" y la más interesante de todas "No existe la casualidad, solo la causalidad". Claro que unos cuantos años antes del "Merovingio" uno de los padres de la física moderna había dejado establecido el principio de acción y reacción, Sir Isaac Newton, según la cual toda acción de un cuerpo sobre otro genera una fuerza igual, pero en sentido opuesto, una reacción.

Lo interesante de esto es que las personas vamos por la vida sin darnos cuenta de que cada acción que realicemos, va a generar una respuesta de igual magnitud pero en hacia nosotros. Lo bello de la física en la vida de los hombres es que esta reacción nno siempre ocurre instantáneamente, en ocasiones los efectos de nuestras acciones tardan tiempo, nos toman por sorpresa, nos toman descuidados y en ese instante surge nuestra pregunta esencial "porqué a mi!!".

Otra veces llegamos hasta pensar que hemos salido ilesos por los daños o aflicciones que hayamos generado. Casi que celebramos, nos sentimos orgullosos de haber herido corazones, truncado vidas y maltratado almas... Y seguimos caminando sin el menor arrepentimiento, hasta que la reacción a nuestras acciones regresa, nos golpea, nos lastima, nos dejan en el suelo y decimos "no es justo, yo no estaba haciendo nada" o "pero es que yo no he hecho el daño que estoy recibiendo" y olvidamos a cuantos dañamos, a cuantos ofendimos, a cuantos hemos truncado.

Me recuerda la película de "Oz, el poderoso", cuando él fue el causante de su propia perdición hiriendo el corazón de alguien que se le entregó por completo, pero el dolor generado la llevo a convertirse en la peor pesadilla de Oz. Sin importar cuantas veces el tratara de solucionar el problema, el daño ya estaba generado, ese corazón no volvería a ser igual. Y obviamente la vida de Oz tampoco sería igual, llevando la culpa de dañarse no sólo a él, sino a los demás.

Y resulta que estamos recibiendo es la reacción acumulada de todos los daños que hemos generado. Obviamente las reacciones no sólo son negativas, también son positivas, el bien que hagamos tarde que temprano volverá con la misma intensidad. Y muy seguramente esto pasara cuando menos lo esperemos y de quién menos lo esperamos. 

Es tan solo la física de vida, que nos invita a no ir por el mundo actuando sin pensar en las consecuencias, nos invita vivir con cautela a caminar con precaución, siendo conscientes que todas nuestras acciones tendrán una consecuencia. En esto no es venganza, no es la retribución de la vida, es el simple principio de que lo que siembras eso recoges.

Ahora bien, en ocasiones sentimos que la vida solo nos devuelve lo malo, no encontramos la reacción de nuestras buenas acciones, pero te invitaría a que no desfallezcas, así como nuestras malas acciones se acumulan en una reacción, las buenas también se acumulan. Es importante recordar en esos momentos que en la física de la vida, también estamos aprendiendo a mantener una actitud humilde frente a lo que pasa, el problema es que nuestra soberbia también nos trae consecuencias que buscan enseñarnos a ser humildes.

Como diría el poema, tu eres el responsable de tu propia destino, así que procura generarte unas maravillosas reacciones, actuando siempre maravillosamente con todos los que te rodean...  Actúa para realizar las causas de los efectos que esperas recibir.

sábado, 6 de febrero de 2016

El presente diario

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Una frase que continuamente escuchamos pero que se nos vuelve frase de cajón es "El hoy es un regalo, por eso se llama presente"; Y es que muchas veces nos quedamos aferrados al pasado, bien sea en los éxitos alcanzados y en los triunfos del ayer, en una eterna melancolía de lo que hoy no somos o en los dolores del ayer, en lo mucho que me lastimaron y sufrí, almacenando rencores y amarguras; y no le damos espacio al presente.

Otras personas viven aferradas al futuro, a lo que sueñan, lo que van a hacer en 5 o 10 años, pasan horas enteras haciendo planes, no hay momento donde no estén ilusionándose con lo que van a hacer mañana o pasado. El futuro se vuelve una carga y una constante agonía porque nunca llega y los sueños se quedan en eso. Nunca hay tiempo para vivir solo para pensar en lo que puede pasar, podríamos decir que es una especie de avaricia de futuro, una acumulación constante de lo que se quiere; pero que nunca se ve llegar.

Y al final de cuentas ni en uno, ni en otro lado de la balanza estamos viviendo realmente, solo estamos inmersos en una continua amargura y desolación porque el pasado nos dejó muy marcado o porque ese futuro que soñamos nunca llega. Sólo se viven momentos dolorosos donde en medio de la soledad podemos sentir como las lagrimas fluyen, creemos que no hay nada solo recordar el pasado o seguir planeando el futuro.

Pero al final, dejamos de lado lo más importante, ese regalo que cada mañana recibimos: el ahora, el presente, el hoy. Cada mañana, cada salida de sol es un presente que debemos vivir, disfrutar al máximo y aprovecharlo para crecer, para actuar, no para quedarnos construyendo planes y sueños. Si en lugar de frustrarnos en lo que fue o en lo que no ha llegado, nos ponemos a trabajar con voluntad para lograr las cosas.

Levantarnos con energía, con voluntad de cambiar las cosas, con la fuerza de actuar y llevarlo a la práctica, los resultados serán diferentes. Debemos tener claro que el pasado fue el camino que nos trajo a donde estamos hoy y que bueno o malo, nos dejó aprendizajes y que el futuro no es más que el resultado de lo que haga hoy, seguramente disfrutaremos mucho más el vivir, tendremos una mirada más alegre de nuestra vida y seguramente seremos mucho más felices.

Es por eso que debemos aprender a disfrutar de ese regalo diario El presente, no te lo pierdas porque hay quienes si lo sabrán disfrutar.

jueves, 4 de febrero de 2016

En el día más brillante, en la noche más oscura

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Así inicia el juramento de uno de los héroes de ficción del universo DC, haciendo, de algún modo, referencia a que absolutamente nada lo puede detener en el objetivo de cumplir su misión; sin importar las circunstancias logrará lo que se ha propuesto. Tiene tan clara su labor que la puede realizar en cualquier circunstancia y obviamente esto no le doblegará su voluntad, que es la fuerza que lo guía.

Lo interesante del asunto es que a diferencia de la antigua promesa de las empresas de correo, donde se hacia referencia a las tormentas y lejanías, esta solamente toca dos elementos, el día brillante y la noche oscura; pero ¿por qué estos elementos pueden doblegar nuestra voluntad (La fuerza de este personaje)?... Y la respuesta llegó a mi mente en estos brillantes días que últimamente están haciendo en la sucursal del cielo, días que si das dos pasos en medio de estos brillos, toda nuestra voluntad de hacer algo puede verse seriamente disminuida.

Nada doblega más la voluntad que el brillante y caluroso rayo solar, donde incluso a la sombra te puede dar la sensación de no querer desplazarte un milímetro. Si es posible aplazar cualquier compromiso o permanecer en algún lugar donde no se sienta esta terrible y sudorosa aflicción. Por otro lado la noche oscura es también un elemento que doblega fácilmente nuestras fuerzas. No existe momento donde deseemos más permanecer donde estamos sin hacer nada, que en aquellas medianoches donde no se ven ni la luna, ni las estrellas.

Ahora bien, la metáfora de estas expresiones no solo aplica para este interesante personaje de ficción, aplica mucho en nuestras vidas cuando sentimos que nuestra voluntad ya no da más, que nuestra fe empieza a flaquear; que el brillo y el calor de los problemas empieza a sofocar nuestra esperanza y que la oscuridad de la noche llena nuestro corazón de temor al no vislumbrar oportunidad alguna de solución.

Cuantas veces en medio de los problemas y de las aflicciones, que extrañamente parecen juntarse todas, como quien dice "este man esta jodido, acabemos de jorobarle la vida", al levantarnos no sentimos fuerza para continuar, deseamos seguir sumidos en el letargo del sueño, esperando que todo termine o desaparezca por arte de magia. Cuantas veces caída la noche no tenemos fuerza para nada, ni para continuar, ni para respirar.

Como dice una canción de gospel "cansado del camino...", hemos buscado soluciones por todos lados, tocado todas las puertas que conocemos y hasta las que no conocemos, hemos llorado, suplicado y rogado por una solución. Sentimos que nuestras oraciones no son escuchadas y que al parecer nadie nos ayuda. El calor de los problemas nos quema como el sol en el desierto, o como Cali al medio día; pero al mismo tiempo sentimos una oscuridad abrumadora donde no hay camino para seguir, porque simplemente no vemos para donde emprender.

En ese momento es interesante recordar este juramento fantástico, "En el día más brillante o en la noche más oscura..." NO IMPORTA EL MOMENTO, no importa las circunstancias, debemos mantener la voluntad, la fe, la esperanza. La voluntad, porque debemos levantarnos, luchar, meterle todo el "perrenque" necesario para salir de la dificultad; la fe, porqué siempre necesitamos el apoyo de lo sobrenatural, en mi caso de Dios, en el tuyo, lo que tu creas (La fuerza, el Buki, kaiosama); y la esperanza, esa capacidad de comprender que no debemos perder la calma... eso que Pandora nos dejó, para que no desfallezcamos.

Pero, como todo lo relacionado con la voluntad, la decisión es tuya, no de la circunstancias. Tu decides si dejarte vencer por el momento y los problemas o levantarte y gritar ... teman a mi poder ¡La luz de linterna verde!

miércoles, 3 de febrero de 2016

Firmeza o intransigencia

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Una frase de Lao Tsé declaraba "Si eres flexible, te mantendrás recto", y es que en muchas ocasiones las personas confundimos firmeza o rectitud con intransigencia. Buscamos imponer nuestras posturas o ideas por la fuerza, los únicos argumentos valederos son los nuestros. Las ideas o las acciones de los otros nos parecen torpes, impropias y menospreciables. no importa los argumentos que nos den, no nos importa los dolores que causemos. Todo aquello que no sea igual a lo nuestro no tiene valor y por tanto debería desaparecer. 

No estamos dispuestos a aprender, porque no hay quien nos enseñe nada. Y esa misma intransigencia nos hace perder la rectitud porque en el afán de mantener nuestras posturas corrompemos nuestros valores. Herimos, insultamos, destruimos y nos aislamos, terminando señalados, como fanáticos locos que lo único que concebimos es imponer nuestras ideas, el color de un partido, un equipo de fútbol o un artista. Todo lo demás pierde valor para nosotros cuando nuestra firmeza se transforma en intransigencia.

Y es que la firmeza es tener claros nuestras ideas, saber argumentarlas, no imponerlas. La firmeza es la capacidad de no vender nuestros valores, respetando las ideas y posturas de los demás. La firmeza nos permite aprender, nos invita a no estancarnos sino a continuar creciendo, escuchando e instruyéndonos. 

Ser firmes no es menospreciar a los demás, es saber que desde el otro podemos crecer, que sus posturas e ideas, por contrarias a las nuestras, no pierden validez o perspectiva. Es tener la capacidad ante la embates de una briza de movernos, balancearnos y mantenernos donde estamos. Sin importar lo fuerte de la tormenta, la firmeza nos permite aprender de ella manteniendo las raíces donde deben, en la base que hemos construido.

El problema es cuando nuestra firmeza se confunde con intransigencia, perdemos la perspectiva y la posibilidad de ser felices... El secreto para que esto no pase, es mantener el corazón abierto, escuchar y sobre todo no imponernos por la fuerza, sino con las razones... y si estas no convencen, ni modo... es mejor ser feliz que tener la razón. 

lunes, 1 de febrero de 2016

Imbéciles de sangre azul

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Recuerdo que desde muy pequeño mi padre me enseñó "Que padre no es quien engendra, sino quien cría", que jamás debía imitar esos modelos donde hombres maltratan los hijos de sus parejas "porque no tiene su sangre". Los humillan, los menosprecian o los convierten en una versión de Harry Potter con sus tíos; llenando ese pequeño corazón de amarguras y rencores.

Es interesante como todos de niños odiamos a las madrastras de los cuentos, cuando maltrataban a sus hijastros o los ponían de sirvientas como en la Cenicienta; o los colmaban de insultos y vejámenes. Y ahora de grandes hay quienes no logran razonar el daño que le hace a un pequeño infante cuando lo rechazas, cuando al convivir con su madre, sin ser su padre, solo tienes tratos despectivos y humillantes.

Eso sí, cuando tu esperma logra fecundar un óvulo, ese niño es especial, es diferente, casi plus cuan perfecto. Y resurgen expresiones como "Es que es mi hijo, tiene mi sangre"... Siempre me he preguntado ¿Eres de sangre azul? ¿Provienes de los reyes de Inglaterra? y cuando volteo a ver a quien tengo enfrente, no es más que un guaricha ignarante e idiota que no ha hecho nada de su vida, un fracasado que su mayor éxito es haber aprendido a hablar, que trata a otros como esclavos y lo único puro en su sangre es su ascendencia esclavizada.

Pero su sangre es especial y diferente, lo cual le da derecho a maltratar a su hijastro e imponerle su hijo de sangre, llegando a los niveles más elevados de la ignorancia, generar odios entre hermanos. Para completar, estos ilustres de sangre azul, pretenden que una madre deje de amar a su hijo, por amarlo a él; y aunque en el mundo te encuentras con madres sin amor hacia sus hijos, lo cierto es que son escasas.

Por otro lado, la vida me ha permitido conocer verdaderos hombres, que no piensan si el niño que tienen al frente es "fruto de su sangre", sino que es un niño falto de amor. Que al decidir meterse con una mujer con hijo, saben que ese hijo es la imagen de su amor y que lo deben amar tanto o más que a su pareja. Hombres que al ver un niño, piensan en lo que ese niño representa, el hombre de mañana y solo se desviven porque nada vaya a truncar sus valores y formación.

Hombres que saben que no hay mayor daño para la sociedad que dañar la mente y el corazón de un niño, porque esto va a marcar para toda la vida su desarrollo y como interactua con los demás. ¿Cómo poder dañar un niño y no sentir pena por hacerlo? No hay mayor maldad en un ser humano que dañar con premeditación a quien no puede defenderse.

Si eres de los hombres que no tolera un hijo ajeno "Porque tu sangre es especial" JAMÁS te metas con una mujer con hijos, porque si de algo estoy seguro es que el daño que hagas a un indefenso, la vida te lo va a cobrar tan fuerte "que más te valdría atarte una piedra de molino al cuello y lanzarte al mar"; porque la vida te golpea y donde más dolor te va a causar.

Queridos amigos, la sangre azul solo esta presente en los moluscos. Hacia los niños no debe haber rencores o amarguras, los niños NECESITAN amor, consejo, escucha, tiempo... y obvio disciplina, pero amorosa, no castrense. 

Actuar como los bárbaros o como los Espartanos no te hace más hombres, te hace un IDIOTA (Recomiendo ver la siguiente definición http://www.wordreference.com/definicion/idiotez), todos los niños son diferentes, pero todos merecen ser cuidados y protegidos, no maltratados y humillados.

Quieres dejar huella y ser diferente, marca con amor el corazón de un niño. Eso te hará existir para siempre.