miércoles, 28 de diciembre de 2022

El camino del héroe

 



¿Quién no ha amado o deseado ser un héroe? Todos hemos amado siempre a estos seres especiales, desde niños deseamos personificar a alguno de estos personajes que representan todo lo bueno, todo lo admirable, todo lo que es digno de respeto. El héroe represente ese ser que es capaz de dejar de lado sus intereses personales y las posturas más egoístas, sacrificándose por el bienestar de los demás.

 

Cuantas veces en nuestra infancia no pasamos de ser Superman, Batman o Spiderman, a ser policías, bomberos, médicos, enfermeros o cualquiera otro que inspirara esa capacidad de sacrificio personal por el bienestar general. Alcanzar ese punto de admiración de los demás, al ser capaces de abandonar nuestras necesidades personales y luchar por las necesidades de muchos o las necesidades de todos.

 

Y ese deseo se sobrepone a nuestra infancia, en nuestra juventud y adultez todavía soñamos con llegar a ser el héroe, el caballero de brillante armadura que quiere rescatar a la damisela en apuros o liberar al pueblo subyugado por el villano. Todos los días caminamos buscando como podemos convertirnos en ese héroe que logra la admiración y el respeto de todos.

 

Lo que no nos damos cuenta es que deseamos llegar a ser el héroe, sin el verdadero sacrificio. Caminar por el sendero del héroe. Esa senda que fue la que le enseño al héroe a renunciar a si mismo, ese camino que fue el que le enseño a superar la adversidad, a darlo todo sin temor al sacrificio.

 

Todos queremos ser héroes, pero en el punto donde todos lo admiran, donde todos quieren tocarlo. Pero ninguno recuerda que primero fue rechazado, que primero fue olvidado y hasta traicionado. Que muchas veces primero fue un egoísta, egocéntrico y soberbio que buscaba solamente el beneficio propio. Hasta que su camino lo llevo por desiertos, soledad, rechazo, llanto y dolor.

 

Fue ese camino lleno de abrojos, espinas; fue ese camino lleno de dolor y derrotas, de perdidas, de caídas y errores, el que lo convirtió en héroe. Pero vale aclarar que no es el sufrimiento o el dolor el que lo convirtió en héroe, sino su deseo de superar ese momento. Porque son muchos los que se quedan tirados en el camino, son muchos los que no logran salir de la senda del fracaso, del dolor y las lágrimas. Pero los que superan ese camino, los que aprenden el valor del sacrificio, los que aprenden el verdadero valor de las cosas y las personas… los que siguen la ruta del héroe y se levantan victoriosos son los que dejan huella en los demás. Quizá no al nivel de IRONMAN o SUPERMAN, pero si al nivel de dejar huella en el corazón de quienes se topan con ellos.

 

A todos nos toca caminar por el sendero del héroe, unos deciden retirarse, otros no encontramos la salida y nos toca caminarlo a la fuerza… Pero sea cual sea tu camino, recuerda que el secreto esta en tener la fuerza suficiente para levantarte de cada caída y seguir adelante.

 

Así que, si quieres realmente ser un héroe, levántate y caminemos juntos esta senda.









miércoles, 19 de enero de 2022

Cofio en ti


 

Hace algunos años atrás una amiga no muy cercana nos contaba a la que era mi pareja y a mi, que su novio le había de dicado una canción de salsa titulada igual que este post. Lo interesante es que después de escuchar este tema de salsa, que puede ser rico para bailar, me quedó complemente claro que, si había ausencia de algo en esa interesante relación, era de confianza.

Años más tarde, una de las jefes más jóvenes y mejor preparadas me comento que habían decidido con su futuro esposo hacer un pacto de confianza mutua con su pareja “ninguno de los dos sale a ninguna parte sin el otro”. Lo cual me trasportó nuevamente a ese pasado no muy lejano de la canción “Confio en ti” mostrándome nuevamente que si de algo cojeaba la relación de mi querida jefe era de confianza.

Nuevamente han venido a mi, estos sucesos relacionados con la confianza, por lo que se encuentra pasando una persona muy cercana a mi. Esta persona se encuentra por dar el crucial paso de irse a vivir con su pareja y dentro de las cosas que me comentó es que su pareja tiene miedo de dejarlo a diestra o a siniestra, que abiertamente le confeso que no confía lo más mínimo y cree que en cualquier momento le puede fallar.

Y siendo ella la más interesada en iniciar el camino de una vida de pareja, me ha dejado esto con una absoluta sorpresa ya que una vida de pareja es como iniciar un negocio, es más, a nivel legal el proceso de matrimonio se denomina “sociedad conyugal” por tanto es como decidir montar una empresa con alguien. A lo cual y de manera retórica me gustaría preguntarles ¿empezarías una empresa con alguien en quien no estas dispuesto a confiar?

No se ustedes, pero yo definitivamente no iniciaría una sociedad con una persona en la que no puedo confiar, no dejaría en riesgo mi dinero, mis ahorros o mi esperanza de futuro; por lo que muchísimo menos estaría dispuesto a iniciar una vida de pareja y compartir un hogar con alguien en quien no tenga la capacidad de tener el más mínimo nivel de confianza.

La confianza es uno de los pilares más importantes para lograr que cualquier tipo de relación funcione, es tener la capacidad de cerrar los ojos y sentir la tranquilidad de que la persona que tengo al lado, que me esta acompañando, al igual que yo, va a velar por nuestro bienestar y seguridad, nos va a acompañar y amar.

Se  que muchos consideran que la confianza se debe ganar con el paso del tiempo, pero de manera muy persona considero también que es un regalo que le vamos dando a otro, primero en pequeñas medidas, pero a medida que el tiempo pasa, vamos depositando más y más confianza en las personas. Y en el momento en que esta es vulnerada, muy difícilmente la volvemos a depositar en el mismo lugar.

Pero la confianza es un regalo que nos damos a nosotros mismos, porque nos permite cerrar los ojos con tranquilidad, porque nos da la paz de caminar día a día sabiendo que lo que hemos dado a esas personas esta seguro, protegido y amado, como si lo estuviéramos haciendo nosotros mismos.

Por otro lado, vivir en un mundo de desconfianzas “con un ojo abierto y otro cerrado” es una de las formas más deprimentes de vivir, no tener la tranquilidad de estar con otra persona, considerar que todo el que se acerca es para hacernos daño, que todo el que viene a nosotros solo es un cumulo de mentiras y engaños, hace que el caminar por este plano de la realidad sea aun más tortuoso y deprimente de lo que ya puede ser por sí solo.

Yo amo vivir rodeado de personas a quienes he decidido regalarles mi confianza y tengo absolutamente claro que el día que esta es lastimada, es preferible depositarla en un bueno por conocer, que en un malo conocido. Por lo menos así lo veo yo.