lunes, 15 de febrero de 2016

Oh! Y ahora quien podrá defenderme!

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Recuerdo que hace algunos años el grito desesperado y alarmante de "Oh! y ahora quien podrá defenderme!" era la señal para que de inmediato llegara en tu auxilio uno de los héroes más "sui generis" que han pasado por la pantalla chica, El Chapulín Colorado. Llegaba a ayudarte, rescatarte del problema y se retiraba una vez todo quedaba como debía ser.

Ahora bien, muchas veces parecía empeorar las cosas en lugar de arreglarlas y en últimas terminabas tu mismo solucionando tus problemas y hasta rescatando al pobre super héroe de pacotilla. Eso sí, todos sus movimientos siempre estaban fríamente calculados, así que terminabas pensando que todo lo había hecho él.

Lo triste en estos momentos es que te queda en el inconsciente la idea de que en esos momentos de miedo y desesperación alguien vendrá en tu ayuda, entonces levantas los brazos y gritas con todas tus fuerzas "Oh! y ahora quien podrá ayudarme"... pero nunca aparece un super héroe para sacarte de tus problemas, para ayudarte a volar sobre el pantano y continuar tu vida de forma tranquila.

Todo lo contrario, llegan todavía más problemas y más dificultades, y ni para que gritar, ni para que buscar ayuda porque sabes que nadie lo hará. Es más, muchos de los que estaban a tu lado repentinamente desaparecen, pues ya no hay ninguna razón para estar contigo, ya no eres nadie. Y con la muerte de la esperanza, mueren las fuerzas; ya no luchas, simplemente te dejas morir porque todo se ha terminado y no puedes con tantos problemas.

Tu esperanza murió con el último intento por salir de tus problemas que no te sirvió para nada, ahí también quedo tu espíritu. Las personas que pensabas que te podrían ayudar y que algunas vez lo hicieron, en esta ocasión salen de tu vida con una palmada en el hombro y una frase de cajón. Ya solo esperas que en algún momento te quedes dormido y no tengas que volver a levantarte, simplemente dejar este plano y ya... parar de sufrir.

Surge entonces una imagen de ese super héroe latinoamericano, el en realidad nunca ayudo, la verdad es que no le soluciono el problema a nadie. Su labor era siempre mostrarte que tú puedes salir de tus problemas, que solo vasta pensar que lo puedes hacer y lo logras. Que lo único que tienes que hacer es tomar una decisión.

Levantarte y decir "ok, se ha puesto difícil" pero nadie dijo que fuera a ser fácil. Y actuar, caminar, correr, hacer.... Actuar. Vivimos esperando la llegada de un mesías que nos soluciones todos nuestros problemas, que nos rescate como el príncipe azul a la princesa en apuros. Un Robin Hood que nos de alimento y enfrente al Sheriff de Nottingham... Queremos huir de nuestra responsabilidad de enfrentar y superar nuestros propios problemas.

Aquí o empiezas a luchar, tomas la decisión de levantarte de la cama, solucionar cada problema que aparezca. Recordar que los problemas no son otra cosa que oportunidades, oportunidades para conocer a las personas, para conocer mis propias fuerzas, para aprender y por supuesto, para crecer.

En medio de la desesperanza y la aflicción la solución no está en sentarnos a llorar, ni mucho menos en buscar o llamar un héroe que nos rescate. Está en levantarte y decidir luchar. Quitarte la sábana, salir de las cobijas y luchar.

La decisión es tuya, seguir llorando y lamentándote por los problemas que tienes o levantarte y LUCHAR, aprender y superar todo lo que se te venga encima.

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