jueves, 14 de abril de 2016

Hay que cambiar de copa...

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Hace unos pocos días, por aquellas casualidades de la vida, me encontré por casualidad con un viejo "Combo" con el que desde hace ya casi un año no había vuelto a compartir, básicamente porque la persona que facilitaba nuestros encuentros de tertulia se distancio de este servidor. Obviamente en este pequeño reencuentro surgieron las típicas preguntas "¿qué pasó? ¿qué motivo esta ruptura?"... sin profundizar mucho en la historia, el recordar el carácter de este amigo, al igual que el de muchos, me llevo a disertar sobre una de las emociones que más nos destruyen por dentro: la amargura. 

Y es que este sentimiento nos llena el corazón y el semblante con odio, dolor, disgusto, en síntesis un desagrado por la vida o por quienes nos rodean. Mantenemos a la defensiva "con los guantes listos para el combate", siempre encontrando motivos para llenarnos de pena, así no tengamos ninguno. En muchos casos caemos en males peores como la dependencia, simplemente porque no hemos podido soltar algo en nuestro corazón. Queremos guardar ese dolor o ese odio por el resto de nuestra existencia.

Somos inconscientes de que nos estamos atando a un dolor, estamos enterrando una raíz en nuestro camino, que no nos va a permitir seguir avanzando hacia nuestras metas, porque los primeros que nos vamos a poner emboscadas emocionales para no lograrlo somos nosotros mismos "porque vinimos a sufrir y odiar", porque este mundo es una "M". Lo triste del asunto es que al igual que un "Zombie" que esta muerto en vida, los amargados vagan por el mundo "convirtiendo" a los desprevenidos en otro miembro de su selecto grupo.

Llenan el corazón de quienes los rodean de los mismos odios y tristezas, nunca existe nada que realmente los llene de felicidad, solo encuentran pequeños distractores momentáneos de su lamentable situación y a superarlo, nuevamente vuelve a su acostumbrada faceta auto-flagelante. Es importante tener mucho, pero mucho cuidado, porque al igual que los muertos vivientes, convertirte en amargado puede pasar porque alguien te paso el "virus" o llegó a ti a través de algo que disimuladamente se está adueñando de tu corazón: una frustración, algo sin perdonar, un pequeño disgusto.

Reconocer a un "zombie" (Entiéndase amargado, solo para que se escuche mas bonito) no es muy difícil, generalmente su semblante deja ver una tristeza encarnada en lo más profundo o por el contrario mantiene una risa tan "natural" que no sabes si reír o llorar. Lo más importante para identificarlos, sus problemas nunca han sido culpa suya, las discusiones tampoco, siempre existe un culpable fuera de ellos, el problema siempre está en los demás, siempre tienen la razón y sobre todo en algún momento la vida resultará siendo un rotundo "asco". Una cualidad que no debes pasar por alto es que son totalmente malagradecidos... obvio el mundo les debe todo, ellos no tienen nada que agradecer.

Sin embargo generalmente el problema cuando nos encontramos un "zombie" es que surge en nosotros ese espíritu de "rehabilitar gamines" y tratamos por todos los medios de volver a la vida a nuestro muerto viviente. El problema es que siempre terminaremos en un mayor o menor grado "infectado" y es aquí donde esta el punto principal de nuestra disertación... para dejar de ser "zombie" hay que tomar la decisión de ser feliz, de olvidar lo que nos hicieron, de perdonar, seguir adelante y saber que el camino tiene tropiezos pero que sino continuo el único responsable soy yo.

Hay que cambiar de copa y dejar de estar tomando esos tragos amargos y tomar la decisión de no seguir guardando rencores, odios y frustraciones... ser capaces de reconocer en cada situación nuestra responsabilidad y tener consciencia de que mientras haya un hálito de vida en nuestro corazón... hay esperanza.

La amargura es una decisión, somos nosotros los que nos atamos y obviamente somos nosotros los que podemos tomar la decisión de liberarnos...  no nos dejemos llenar de cuentos e ilusiones de que hay que hacer pases mágicos o subir de rodillas a las tres cruces para dejar atrás las amarguras, solamente necesitamos decidir ser felices y disfrutar todas las cosas que pasan en nuestra vida... buenas y malas...

Ya lo sabes, dejar de ser "ZOMBIE" solo requiere que cambies de copa y seas feliz... nada más.

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