miércoles, 11 de mayo de 2016

Que no panda el cunico!


No les ha pasado que hay momentos donde en medio de una reflexión dices: "Ok, estos son los problemas por solucionar, ahora sólo queda empezar a subir" y en ese momento el suelo sobre el que estabas se abre bajo tus pies y de la nada aparecen nuevos problemas, nuevas dificultades y te dices "¿En serio?, ¿deberitas?, ¿A quién escupí... cuándo mate el cura?"

De esos momentos en los que dices "Querida vida, cuando pregunto ¿podría ser peor? no es un reto, es una pregunta retórica" porque ya te has organizado y empezaste a subir, ya tienes como el Chapulín "todo fríamente calculado" pero al igual que a este "Superheroe" vuelven y resultan cosas que nunca esperabas, cosas que no tenías calculadas y nuevamente tus ojos se nublan por culpa de las dificultades.

Te sientas en un espacio y sientes que el aire se acaba, como estando en medio de un campo abierto y de repente surge la tormenta y los rayos; pero no tienes donde cubrirte. Procuras no perder el control, pero en  tu mente todo te da vueltas, sientes como se marcan las pulsaciones de tu corazón a un ritmo que parece que solas se estuvieran deteniendo. Quieres una salida, una solución inminente.

De pronto te vez soñando, imaginando que encontraste la cura contra todos tus problemas. Pero muy pronto vuelves a la realidad, a esa realidad en la que no quieres estar. Esa donde algunos todavía te dicen que tu tienes algo de culpa y aunque seamos arquitectos de nuestro destino te dices "Yo nunca sembré tantos males, hay gente peor que yo... ¿por que a mi?"

Y en ese momento recuerdo una frase de Bruce Lee (por lo menos dicen que es de él) "Pretender que la vida te trate bien porque eres bueno, es como pretender que un león no te coma porque eres vegetariano". Y lo cierto es que la vida es difícil, compleja, llena de problemas y allí está lo más sabroso de vivir, solucionar problemas.

Nos podemos quedar sentados o en posición fetal, llorando por nuestra lamentable situación, por la cantidad de problemas que de la nada han salido, afligirnos, deprimirnos, dejarnos morir poco a poco o amargarnos y ver en cada elemento de la vida algo para entristecernos; o simplemente levantarnos, tomar una gran bocanada de aire y decir "Que no panda el cunico, de a unito vamos solucionando"

Por nada del mundo debemos desesperarnos y sobre todo aprender a diferenciar las dificultades, las que se pueden solucionar y las que definitivamente nos van a acompañar de por vida, porque ese es realmente el éxito de vivir, diferenciar nuestros problemas, ocuparnos de salir de aquellos que tienen arreglo y soportar los que no, con mucha paciencia, copiando un poco de la filosofía de San Francisco.

Así que, mi querido amigo "Que no cunda el pánico" no importa cuantos problemas te aparezcan, lo importante es que con tranquilidad vayas solucionando uno por uno... sin dejar que nos desesperen...

Ese es el secreto, mantener la calma a pesar de las tormentas.

Fuente de imagen: https://i.ytimg.com/vi/gOa7-Zp630s/maxresdefault.jpg

No hay comentarios.:

Publicar un comentario