lunes, 25 de enero de 2016

Justo aquí, justo ahora!

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Siempre que queremos lograr algo, iniciar un camino, alcanzar una meta o superar una dificultad, encontramos un pero para iniciar o una razón para desistir. Lo más común es encontrar un motivo para posponer, como dirían algunos conocedores "Procastinar", dejando siempre nuestras metas y deseos para otro día.

Obviamente, como todo en la vida es mucho más sencillo dejar las cosas para mañana, que empezar a hacerlas hoy, que empezar a hacerlo ahora. Encontrar los pretextos para abandonar nuestras metas, para darles un día más. Porque no mejor hacer el siguiente día, ese tendré más ganas, más energía, seguramente el sol iluminará mejor o hará menos calor y tendré muchos más deseos para lograrlo.

Nos obstinamos en pensar que un día más no importa o que quizá no sea el momento y vamos dejando todo; pero cuando nos damos cuenta la oportunidad se ha ido, el tiempo ha pasado o las energías ya no son las mismas. Naturalmente tendremos a la mano todas las excusas necesarias para defender porque no pudimos lograr lo que deseábamos...

Ciertamente si nos preguntamos si fue adrede, la respuesta será que no, ¿cómo vamos a luchar para no alcanzar lo que deseamos? ¿cómo es posible que yo mismo ponga trabas en mi camino? y siempre justificaremos de que fueron factores externos a nosotros; pero en realidad, en el fondo es que no lo hicimos por miedo, la cobardía nos inundó el alma para no actuar... es el miedo llenando cada parte de nuestro cuerpo llevándonos a desistir.

¿por qué?... Porque siempre será más sencillo desistir que fracasar, sino lo intento, jamás tendré que averiguar si habría podido o si habría fracasado; quizá la realidad es que sea un completo inútil, pero es mejor vivir con la duda desistiendo, que intentar y haber fracasado, comprobando que lo soy. Lo falso en estas premisas es que el temor no nos muestra que al no haberlo intentado, ya hemos fracasado y de la peor forma, será un fracaso del que no podemos levantarnos.

Al no intentar, al ir postergando cada cosa que queremos lograr en nuestra vida ya estamos fracasando, seremos unos fracasados para siempre y de los más tristes, de los que nunca quisieron hacer... porque cuando nos atrevemos, cuando nos lanzamos con valor a luchar por nuestros sueños, no hay fracasos, hay caídas, quizá retrasos, dificultades y tropiezos; pero cada uno de ellos será un aprendizaje para ir creciendo.

No dejes que tus metas se posponga y que tus deseos se queden en sueños, empieza aquí, empieza ahora.... el peor fracaso en la vida no es intentar, el verdadero fracasado es aquel que nunca luchó por lograr sus metas.

¿Qué excusa tienes para no empezar hoy?

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