miércoles, 6 de enero de 2016

Las injusticias de la vida



Una de las expresiones típicas que tenemos a flor de labios cuando las cosas no salen como deseamos o cuando alguien que consideramos inferior o incapaz supera nuestros logros, es "Que injusta es la vida"... "Por qué a mí"; "yo me lo merecía"; "se lo está dando a alguien"; etc... Son solo variaciones de la misma expresión.

En ese momento recuerdo una bella historia de mi adolescencia que relataba el andar de un maestro y su discípulo por una calle, en el andar el discípulo le preguntaba a su maestro "habrá alguien más pobre que nosotros" y mientras lo pensaban atras de ellos venía otro maestro recogiendo de lo que se le caía.

Eso me enseñó que no hay mayor infelicidad que estarme comparando con los demás, si me comparo con quienes van "adelante" me sentiré frustrado porque no he logrado lo que ellos, además de buscar razones inmorales para sus logros (se lo dio a alguien, a quien le pago... Etc), si me comparo con los que están "atrás", muy seguramente me llenare de soberbia, pero en ninguno de los dos casos será felicidad lo que me llene.

Obviamente con lo competitivo que somos los seres humanos es casi imposible no estarse comparando, queremos ser mejores que todos, siempre estamos en la búsqueda de tener la razón, de superar a los demás. Pero como diría el Facundo "si la tierra es redonda no sé qué es ir adelante"... Ser feliz implica querer ser mejor, pero no mejor que otros, mejor que yo. 

La lucha no debe ser buscar superar a otros, tener el cargo de otros, tener más plata que otros... La lucha debe ser, comó ser mejor que yo, cómo superarme, cómo demostrarme que de un día para otro soy un mejor ser humano, más consciente, más inteligente, mejor. Siempre que me compare con otros voy a encontrar muchos factores para amargarme...

Recuerdo cuando alguien cercano se amargaba porque los narcos tenían mucho dinero, cambiaban de carro cada mes y se compraban lo que querían, y como "Dios" les permitía lograr todo eso. Ante lo que surgió una pregunta, ¿si tanto envidias su éxito, por qué no haces las cosas como ellos? Esta pregunta se aplica a todos cuando envidamos el éxito de los perversos, ¿estamos dispuesto a actuar como ellos?

Si eso te amarga la respuesta será NO, y entonces la recomendación es que en la vida no vienes a compararte con los demás, vienes a ser mejor que tú mismo y a ayudar a los demás... La vida es justa, es tan justa que nunca te llevará niveles donde puedas corromperte y dejar de ser quien eres, tan justa que le paga a cada uno con lo que se merece.... Y aunque no lo pienses el éxito no es el dinero, ni el poder, es la felicidad...

La vida es justa y cuando eres bueno y luchas cada día por ser mejor, la vida te ayuda a llegar al verdadero éxito, la felicidad... Y allí solo llegan quienes están más descargados. En el ocaso de tu vida te darás cuenta, como dice el poema "... Vida nada me debes, vida estamos en paz".

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