lunes, 16 de octubre de 2023

Un viaje en compañía de Caronte

 


Según la mitología griega al morir se empezaba un camino hacia el inframundo y la etapa más importante de ese viaje comenzaba a borde una barca que era conducida por Caronte, un singular personaje que solamente recibía su pago y te conducía sin afanes, ni contratiempos a la última morada que te acogería.


Toda esta historia trata de explicar la transición entre encontrarte en el mundo de los vivos y pasar a tener tu morada entre los muertos. Una búsqueda por hacer un poco más llevadero el dolor, ese dolor que siempre nos embarga cuando tenemos que enfrentar la pérdida de un ser amado, que nos ha dejado de acompañar en este camino y ha pasado recorrer su último camino en compañía de este singular barquero.


Nunca estamos preparados realmente para enfrentar el más seguro de los destinos que nos espera a todos, la muerte. Nunca tenemos la fuerza para enfrentar ese torrente de emociones que nos invaden cuando un ser amado nos abandona y pasa a formar parte del mundo de los muertos. Queremos al estilo de Orfeo, viajar al inframundo y enfrentarlo todo para traerlo de vuelta con nosotros, pero olvidamos que al final de la historia, esto no es posible, solo nos llevaría a terminar llenos de amarguras y dolores.


Enfrentar el dolor de una pérdida, de la muerte, de la ausencia de un ser amado, nunca tiene un camino fácil. No existe una fórmula que nos permita aceptar de forma rápida y coherente, que la muerte no es un final, que la muerte no es dolor, ni desesperanza. Aceptar simplemente que la muerte es algo que no podemos evadir y representa solo otra forma de cambio. La única forma de superar las pérdidas y la muerte es que cada día que nos quede de vida, lo vivamos con la mayor intensidad y amor que podamos entregar.


Este viaje en compañía de Caronte es algo que no podremos evitar nunca, ni para nosotros, ni para nuestros seres amados. Pero lo que sí podemos hacer, es vivir con intensidad, con amor, con esperanza, con fuerza, con fe y con una energía, que al empezar el viaje con Caronte no haya nada pendiente por vivir. 


No es fácil, no es algo que se logre de la noche a la mañana. Superar la pérdida requerirá tiempo, amor, fe y esperanza. Pero debemos tener claro que, cada día que vivamos será una oportunidad para brindar un homenaje de vida, a aquellos quienes se nos han adelantado en el viaje con Caronte. Vivamos, vivamos con amor, vivamos pasión, por amor y en homenaje a quienes ya no están, pero muy seguramente nos volvamos a encontrar.


Por lo menos así lo creo yo.


1 comentario: