martes, 8 de noviembre de 2016

De sueños frustrados


Estamos a solo 53 días de que se culmine el año, en mi caso uno de los más difíciles que me ha tocado superar, tanto económicamente, como social y emocional… y obviamente cuando el año va llegando a su fin, la acción típica de todos es sentarnos a evaluar cuantos de los sueños y metas que nos impusimos al principio de año se cumplieron.

Y obviamente, el resultado más generalizado que encontramos en estas maravillosas épocas del año, son quienes quieren en 53 días hacer lo que no hicieron en los otros 312 días… también nos encontramos los que por estas fechas solo están pensando en la percha y la rumba de diciembre, para el último día del año darse los golpes de pecho por lo que no lograron.

Por último se encuentran quienes a estas alturas del partido se encuentran totalmente frustrados porque esos sueños y metas ya no se cumplieron, se sienten impotentes, tristes y melancólicos porque el año pasó “sin pena, ni gloria”, porque piensan que en lugar de avanzar, retrocedieron, ¡porqué fue más lo que se perdió que lo que se ganó!

Y generalmente se vuelven peores jueces de sí mismos, que cualquier extraño, se sumen en sentimientos depresivos, se sienten incapaces de alcanzar cualquier cosa, sienten que su vida está destinada a ser perdedores, que para ellos no es la felicidad, ni el éxito, que la vida es una m…

Y se olvidan de algo importante, la única verdadera frustración en la vida es dejar de intentar, la única derrota real es quedarse tirados en el fango y sumidos en la tristeza y en su propia “autoflagelación”… solo cuando nos damos por vencidos estamos realmente derrotados, solo cuando dejamos de luchar, realmente hemos perdido, solo cuando dejamos de soñar es cuando realmente somos unos fracasados.

Lo cierto es que el cierre de un año no marca otra cosa que la finalización de darle la vuelta al sol, pero no marca tu capacidad o potencial, el cierre de un año no es más que el cambio de calendario, pero no significa que si no se alcanzaron los sueños o no se lograron las metas todo está perdido.

Todo lo contrario, cada día, cada amanecer, cada nuevo año, cada segundo que pasa en nuestras vidas es una oportunidad de volver a intentarlo, cada caída es una posibilidad de volver a levantarnos, cada derrota solo presenta una oportunidad de volver a empezar… No hay derrota mientras tengamos deseos de luchar, no final, mientras en nuestros corazones decidamos volver a empezar.

Es como aquella vieja frase que todo “gamer” (aficionado a los juegos de video) detestaba con mayor ahínco, pero que su significado es más profundo y optimista de lo que lo pensábamos… “Game over”… y es que cuando esta terrorífica frase aparecía en la pantalla, todos nos dábamos por vencidos, por derrotados.

Pero un día, cuando estaba enseñándole a jugar tetris a mi papá y salió la terrorífica frase en mi monitor, recuerdo su expresión “¿y cuál es el otro juego?”, recuerdo que lo mire y le dije perdiste, no hay otro juego; y el me respondió: pero es que eso significa otro juego, yo quiero mi otro juego.

Desde entonces deje de ver esa frase como una derrota, dejé de mirarla como algo negativo, como lo peor que me podía pasar y empecé a verla como un llamado a seguir, como una invitación a no rendirme, tenía una nueva oportunidad, tenía la oportunidad de volver a empezar y hacerlo mejor… no era el final, era un nuevo juego.

Aunque muchas veces nos cuente trabajo entenderlo, cada derrota, cada fracaso, cada caída, son solo una invitación a volver a intentarlo. Son una invitación a que lo volvamos a hacer, a que aprendamos de nuestros errores y digamos “aquí voy otra vez”, esta vez lo voy a hacer mejor, esta vez voy a entregarlo todo de mí.

Por eso en la evaluación que hagas de este cierre de año, cuando encuentres las cosas que no alcanzaste, los sueños que no cumpliste, no te des por vencido, el cierre de año es solo una oportunidad para volver a empezar, para iniciar nuevamente tu juego, para corregir los errores del pasado y volver a hacerlo… no es el final, es la oportunidad de un nuevo inicio.

Así que no dejes que la frustración y el sentimiento de impotencia te derroten, lo que no hayas logrado, tienes una nueva oportunidad de volver a hacerlo.

Game over, sólo es una invitación a que vuelvas a empezar tu juego.


Fuente imagen: https://lamenteesmaravillosa.com/wp-content/uploads/2013/11/article_13838552164.jpg

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