sábado, 25 de noviembre de 2023

¡El privilegio de amarle!

 


Siempre me he preguntado qué nos pasa a los seres humanos porque en un momento dado de la vida damos todo y luchamos por una persona, como somos capaces de caminar el mundo entero por estar a su lado. Enfrentamos jaurías, dejamos de lado las comodidades y hasta nuestro orgullo lo ponemos en juego y de repente, con el paso del tiempo, olvidamos todo y por esa persona por la que éramos poetas, héroes y atletas, ya no somos capaces de caminar ni una cuadra, ya no nos esforzamos y simplemente nos volvemos indiferentes.

Y disertando sobre esto, llegaron a mi mente las típicas respuestas, es que el amor se acaba, es que solo era una ilusión, es que la persona cambio, es que… es que… es que. Que muchas veces cuando ya lo conseguimos perdemos el interés porque ya se tiene, razón esta última que me parece la más ilógica, porque son demasiadas las ocasiones en las que luego se vuelve atrás a buscar, eso que ya no valoramos y que dejamos en el olvido.

 Y dando vueltas sobre el tema y viendo el otro lado de la moneda, el de esas parejas que pueden pasar 50 años juntas y siguen llenas de amor. No de las que están por costumbre o por no estar solas, sino esas que llegan a los 50 años de compañía y se siguen amando como si fuera el primer día, esas que cada día se siguen enamorando el uno al otro. Y fue entonces donde llegué a la primera conclusión: esto no es de uno, es de dos. Si algo no funciona, no es porque uno solo de los lados “dejó de hacer” si algo no funciona en una relación de pareja, si deja de funcionar es porque “los dos” olvidaron algo y porque a los dos la relación se les convirtió en paisaje.

Mi segunda conclusión fue la que le dió el título a esta pequeña disertación y es que los dos olvidaron lo más importante que se debe tener en una relación de pareja y es el recordar cada día, cada hora, cada minuto, que el tenerse mutuamente es un verdadero privilegio. Que en este mundo tan lleno de distractores, tan lleno de vanidades, mentiras y engaños, los dos por un momento tuvieron el PRIVILEGIO de tenerse mutuamente, que si en un momento lo dieron todo, lo sacrificaron todo, lo entregaron todo por el otro, fue porque se dieron cuenta de lo más importante: eras la persona más afortunada del mundo al tenerlo.

Cuando cada día, como yo he tenido el privilegio de verlo (en el amor de mis padres después de 54 años de caminar juntos), recuerdas que eres el ser más afortunado, que el universo conspiró para poder tener el privilegio de compartir con esa persona, que enfrentaste tu familia, tus amigos y al mundo entero por tenerla a tu lado, porque nadie más tenía ese privilegio. Cuando cada día que te despiertas, lo primero que recuerdas es que esa es la persona por la que serías capaz de dar tu vida, el amor jamás se acabará, jamás te cansarás, jamás dejarás de darle valor, porque sabes que tú eres el único que tienes el privilegio de amarle.

Ojalá, la próxima vez que empieces una relación te prometas a ti mismo nunca olvidar el privilegio que tienes. Yo ya me lo prometí.


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