Una
de las acciones más difíciles de aprender es que debes seguir el camino,
generalmente nos quedamos pegados al pasado y en especial cuando sentimos un
alto grado de culpabilidad consideramos que debemos aferrarnos al pasado, no lo
soltamos y lo vemos como una forma de castigarnos por los errores cometidos.
Mantenemos
el frustrante sueño de que quizá, si las personas que lastimamos nos ven sufrir
y que hemos cambiado, tomarán la decisión de volver a nosotros para mostrar que
realmente estamos preparados y hemos aprendido, para mostrarles que los amamos,
que los errores del pasado sólo fueron estupideces que hicimos en medio de una obnubílante
idiotez.
Pero
no importa las lágrimas que derramemos, no importan los pesares que vivamos,
las depresiones en las que caigamos o lo suicidas que nos podamos sentir
algunas veces, cuando la vida te dio una oportunidad y la dejaste pasar, ni
reuniendo las esferas del dragón de “Namekusei”
lograras que vuelva atrás.
Cuando
las heridas que dejaste en los corazones son profundas, ten la certeza de que
ni el tiempo las podrá cerrar. Es entonces donde debes aceptar que por delante
tienes un camino… que lo que quedo atrás, por errores o aciertos, quedó atrás.
Ya nada puedes hacer, ni siquiera teniendo la máquina del tiempo… ¿o no
recuerdan el final de la máquina del tiempo de H. G. Wells?
Es
entonces donde tienes que tomar la decisión de dejar de estar viviendo en el
pasado, los errores y las heridas que hiciste ya no las puedes reparar, ya no
hay como volver atrás, y por más que lo lamentes, el mundo sigue girando, los
días siguen pasando y el tiempo no se detiene.
Así
que solamente tienes un camino que tomar, seguir adelante empezar nuevamente la
caminata, evaluar lo que hiciste y procurar cambiar para que esas heridas no
las vuelvas a causar. Seguir el camino significa dejar en el pasado, lo que es
del pasado, eso ya no lo vas a cambiar, trabajar en el presente, por lo que
quieres lograr en el futuro.
Las
oportunidades y personas que quedaron en el pasado ya no van a volver, esas ya
quedaron atrás. Tienes que seguir caminando, procurar que los recuerdos no te
hagan llorar y continuar. No hay otro camino, no hay otra forma de ser feliz,
entender lo que tienes que mejorar, olvidar lo que debes dejar atrás y
continuar.
¿Difícil?
Es muy difícil, dejar sueños e ilusiones, amores y amistades, simplemente levantar la cabeza, mirar al
horizonte y decirte a ti mismo “Sigue
adelante, te queda mucho por caminar” ¿Qué vendrá en el camino? Nadie lo
sabe, quizá solamente sea un camino solitario.
O
quizá te encuentres personas que compartan tu camino, o quizá encuentres una
mejor forma de caminarlo, o quizá llegues a la meta antes de lo esperado… eso
nadie lo sabe, lo importante es volver a emprender el camino, con la esperanza
de que a pesar del pasado, este nuevo camino que estás construyendo traerá, al
menos, un poco de tranquilidad y quizá, un poco de felicidad.
Pero
sobre todo, no te quedes detenido pensando en lo que se quedó atrás, eso jamás volverá,
y tú no puedes volver a él, así que duela lo que duela, sólo resta continuar.
Mira
hacia delante y espera que cada día, cada milla, traiga paz a tu corazón.