Una de las películas que más me
gusto en mi infancia tenía uno de los títulos más sugestivos para un niño
soñador “la historia sin fin” yo, un
infante lleno de sueños e ilusiones, que le gustaba montarse cuentos en la
mente y armar grandes e imaginarias historias sobre lo que podía hacer, al
mejor estilo de Calvin y sus sueños,
al ver esta película fue como que me hubieran leído la mente, una historia sin
fin, una aventura constante… wow… era todo un sueño.
Obviamente, como en toda gran historia
siempre había un némesis, un personaje fiero destructor de todo, el más
tenebroso de todos los grandes archienemigos que un súper héroe pueda
imaginarse… y no era el lobo Gmork, no.
El ser malvado de esta maravillosa aventura era aún más temible, más
destructor, más difícil de derrotar… La vacuidad,
la nada, el vacío… como lo quieras llamar.
Es realmente fantástico, fascinante
como el escritor de este clásico de la literatura moderna se inspiró tan
profundamente para crear tal destructivo, malvado y enigmático ser de maldad. Y
lo más bello de todo es que no tiene forma, entonces ¿Cómo lo combates?... el vacío,
la vacuidad y su capacidad de destrucción del ser.
No hay duda alguna, sea en el mundo
de la fantasía o en la realidad que tanto nos agobia, no hay ser más temible
(por llamarlo de alguna forma) que la vacuidad… ese vacío que se apodera de
nuestro corazón, de nuestra mente, de nuestra vida. Esa terrible sensación de
sentirte totalmente vacío, desesperanzado, desanimado… esa sensación de no
saber qué quieres.
Esa terrible desolación que llena tu
alma cuando sientes que puedes estar rodeado de muchas personas, pero en
últimas estas completamente solo, que eres un 0 a la izquierda y en cualquier
momento puedes faltar y nadie notará tu ausencia, porque tu presencia nadie la
nota.
Ese vacío agobiante y tenebroso done
nada parece tener significado ni trascendencia, donde lo has probado todo y
nada te da significado, nada te da energía, nada, absolutamente nada te da
sentido u orientación para elegir un camino. Simplemente vas caminando por la
vida porque tienes la obligación de hacerlo, porque según parece ese es tu único
objetivo, llenar un espacio vacío en el universo, pero no sabes cómo estará más
vacuo, si contigo o sin ti.
Es totalmente destructivo el vacío,
acaba con todas las esperanzas y como solo sientes la desolación, la nada no
tienes como combatirlo. No es un ser tangible que puedas enfrentar, no es algo
que puedas insultar y mandar a la mie…. O darle unos buenos azotes y superarlo.
No es un vicio que puedas combatir y dejar.
Por el contrario, ese nada en el
corazón y el alma te llevan a no disfrutar, ni siquiera los vicios te dan
satisfacción como solían hacerlo, por el contrario parece que ese profundo vacío
en tu corazón no te deja sentir más que la desolación de tu alma.
No hay sueños, no hay esperanza, no
hay ideales, no hay nada… absolutamente nada, no hay deseos, no hay fuerza…
solo un infinito vacío sin sentido, hasta la vida pierde su aroma.
Definitivamente es el ser más
malvado y destructivo de todas las historias que te puedas encontrar,
lamentablemente, aunque en la novela se podría combatir con la imaginación y
los sueños, cuando se ha apoderado de tu alma no hay sueño que logre acabarlo,
simplemente te conviertes en un ente vacío que va caminando por la vida, sin
sentido, sin dirección, sin emoción, sin vida.
Fuente imagen: http://www.mataifu.org/ftp/20160427063614_eje-vacio.jpg
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