Es interesante como muchas veces
vamos por la vida deseando un amor de cuento de hadas, algo completamente
maravilloso, que llegue a nuestras vidas e ilumine nuestro andar, nuestro
camino diario… esperamos el príncipe o la princesa que va a dar soluciones a
todas nuestras respuestas. Los más importante, esperamos que llegue alguien que
nos cumpla todos nuestros deseos, a veces no sé si esperamos el príncipe o el
genio de la lámpara.
Y vamos así, esperando la llegada de
ese genio que nos suplirá todas nuestras necesidades, que ahuyentará todos
nuestros miedos y dará fuerza a todas nuestras debilidades, pero sobre todo,
aquel por el cual todos nos envidiarán, cuando mis amigos la vean (o lo vean,
según sea el caso o el gusto) morirán de la envidia, en mi familia le tenderán
la alfombra roja para que ingrese.
Pero la vida a veces solo nos pone
en el camino personas iguales a nosotros, con heridas del camino, con necesidades,
con frustraciones… pero que de una extraña manera nos complementan y traen
respuesta algunas de nuestras necesidades. Personas que quizá sean realmente
nuestro ideal, pero nosotros no los vemos por estar esperando que llegue ese
ideal.
A veces podemos llevar una vida
esperando que alguien nos de nuestro lugar, nos acompañe, nos haga sentir
especiales y cuando llega esa persona nos da pena oficializarla en nuestra vida. Pensamos que nuestros amigos se
burlaran de nosotros, que nuestra familia solo nos va a criticar, porque no
cumple los estándares económicos o actitudinales que todos esperan.
Y no vemos como esa persona en
muchos aspectos es lo que nosotros queremos, nos sentimos bien, nos hace sentir
importantes y especiales, pero no estoy realmente preparado para eso, no tengo
la confianza, estoy más pendiente de lo que otros piensan, opinan o se pueden
imaginar y criticar. Y parece que fuera por la vida más pendiente de que los
demás se sientan conformes con mi vida, que estar conforme yo con mi vida y al CARAJO lo que piensan los demás, mi
felicidad está por encima de lo que otros puedan pensar.
Otros por el contrario tienen su
corazón tan lleno de heridas, de temores y faltantes, han tenido tantos
fracasos amorosos que las caídas de Rocky en el ring parece un juego de niños…
que van por la vida dudando hasta de su sombra. Están tan escudados y temerosos
que no son capaces de amar de corazón, su vida está regida por el miedo y el
dolor. Podrá pasar por su vida el príncipe azul de los cuentos de hadas que
nunca se darán la oportunidad de conocerlo, de vivirlo, de disfrutarlo… porque
es más seguro estar aferrados al dolor.
Es triste, porque generalmente no
nos damos cuenta de que no importa cuántas veces nos lastimen, no importa cuántas
veces nos fallen, lo que realmente importa en la vida es cuantas veces me
levanto y sigo, lo importante es entender que cada persona, cada ser y cada
relación es diferente, obvio aprender a elegir, para asegurarme de elegir
personas diferentes… pero no dejar de vivir y disfrutar, ya lo dice el refrán “es mejor haber amado y perdido, que nunca
haber amado”.
Es secreto es comprender que cada
relación es diferente y que no importa si dura mucho o poco, si es apasionada e
intensa o lenta y romántica… cada relación será diferente y aportará nuevas
cosas a mi vida, y no tiene que ser duradera o corta para definir lo buena o
hermosa que fue, lo que las mide son las sonrisas y satisfacciones que me pudo
generar. Es abrirme y tener la certeza de que hay alguien para mí, para
acompañar mi camino, para vivir.
Por último, nos encontramos con los
que en medio del dolor se escudan detrás del primer amigo que encuentran, que
están tan lastimados y frustrados en la vida, que solo buscan con quien
compartir su soledad. No hay nada realmente en el corazón, más allá de un
agradecimiento, no hay aporte, lo importante es tener una compañía que me ayude
a superar mi terrible soledad, gústeme, apórteme o no, lo importante es no
sentirme solo o sola.
Es más el miedo a estar solos que
entender que un amigo es un amigo y una pareja es una pareja, un compañero. Una
pareja no debe ser cualquier, no es el primer aparecido que pueda brindarme compañía…
una pareja es alguien que nos aporte… Es una relación ganar – ganar.
Y es entonces donde, a partir de lo
que siempre he dicho, llegue a la conclusión de que a veces nos quedamos con
cualquiera con tal de huir de nuestros temores o permitimos el trato que nos
quieran dar, aceptamos la lastima o la damos a otros con tal de sentir que no
estoy solo… pero el amor no es eso.
Para mí, con el perdón de muchos, el
amor es una relación de intereses está mediado por la mutua aportación en 5
áreas fundamentales. La primera, la emocional: estar con aquella persona que me
genera paz, que en medio de la dificultad, de la tristeza o de la aflicción me
logra sacar de ese estado, esa persona que su sonrisa, su mirada me hace
olvidar que el mundo existe, esa con la que puedo amanecer conversando sin
aburrirme y siento que el mundo se acaba, que el tiempo pasa sin darme cuenta.
La segunda, la intelectual: todos
necesitamos alguien que nos enseñe, que nutra nuestro intelecto, no solo lo
superficial y pasajero, que tiene criterio, argumentos y puede hablar de
cualquier tema y ser entretenido, no impositivo, que nos despierta el interés
en temas que nunca pensamos que nos llenarían o nos llamarían la atención. Porque
nosotros también somos intelecto.
La tercera, la física: esta es la
menos aceptada por las personas, pero la realidad es que la persona nos debe
gustar, lo físico es lo primero que vemos en el otro, no podemos falsearnos en
el corazón, aunque esto se acabe, es lo que nos atrae y por tanto el otro tiene
que tener algo que nos mueva desde lo físico, así como en la intimidad, si no
hay entendimiento en la cama… muy seguramente la relación no avanzará mucho.
La cuarta, económica: esta se
convierte en la más importante para muchos y la realidad es que tiene el peso
que todas las demás, no es que el otro nos mantenga, es que sea un apoyo, el
amor con hambre no sobrevive, pero en pareja lo ideal es que haya apoyo mutuo,
no importa lo que digan los demás. Lo importante en lo económico es saber que
nos podemos apoyar en momentos de necesidad.
Por último, la admiración: el primer
elemento para amar a alguien es sentir admiración por esa persona en cualquiera
de sus áreas, cuando admiro al otro fácilmente lo voy a amar, cuidar, escuchar
y compartir. De lo contrario, solo sentiré vergüenza frente a los demás y a
pesar de que me siente conforme con lo demás, nunca será suficiente para mí.
Por eso, pienso yo, que al igual que
el amor y otros temores, las cosas no se superan con razones, sino con la
posibilidad de alcanzar una mayor felicidad… deja de tener miedo del amor, de
buscar esa persona que te complemente, te acompañe y te llene… no te dejes
engañar, vale la pena amar.
Yo estoy decidido a volver a
encontrar alguien que logre llenar mi vida como ya alguna vez lo tuve y lo deje
ir… pero sé que en el camino de la vida volveré a encontrar esa persona que me
llene en estos 5 aspectos de mi vida… y si a mí que he cometido tantos errores
la vida me lo puede permitir, ten la certeza que a ti también.
Fuente imagen: http://espanol.omtimes.com/wp-content/uploads/2013/12/photography-wallpaper-love-background-wallpaper-hd1-e1388273767586.jpg
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