Uno de mis cantante favoritos,
Facundo Cabral, título una de sus canciones más exitosas con el mismo título de
este post “No soy de aquí, ni soy de allá”. Le letra de la canción es una
invitación a no aferrarnos a nada, ni siquiera al terruño en el cual nacimos, a
la edad o cualquier otro lazo que nos aleje de la capacidad de hermanarnos con
los demás; pero sobre todo, la capacidad de alcanzar la felicidad en las cosas
simples.
Fue entonces, al recordar y escuchar
por enésima vez la letra de esta canción, que me puse a disertar sobre una de
los afanes que más nos absorben como personas y como sociedad. Buscar a donde
pertenecemos, de donde somos, donde debemos estar. Son muchos los momentos
donde nos desgastamos por tratar de pertenecer a un lugar, a un grupo.
Incluso muchas veces tratamos de
llevar la contracorriente a la “moda” de la sociedad como un mecanismo para
encontrar a donde pertenecemos. Llevamos incluso a dejar de ser quienes somos,
buscamos adaptarnos para lograr la “aceptación” de los otros y ser incluidos en
un grupo y decir a vos en cuello “pertenezco
aquí!”. Muchas veces en ese afán terminamos de rodeados de personas que, al
igual que nosotros, solo tienen ese mismo afán de sentirse parte de algo.
En muchas otras ocasiones terminamos
rodados de personas que nos manipulan y nos utilizan, y seguimos su juego con
el único deseo de poder pertenecer a un grupo, a un lugar. Muchas veces
aceptamos perder nuestra dignidad, nuestros sueños o nuestra libertad. Dejamos
todo, incluso lo que amamos, para poder decir que hago parte de algo.
Yo, en muchos momentos de mi vida he
perdido mi esencia, he dejado de ser quien soy y lo que me gusta, mi manera de
ver el mundo con tal de recibir la aceptación de los demás. En el afán de
pertenecer. Pero reflexionando un poco sobre eso y tomando como referente al
ilustre Facundo Cabral, me puse a pensar que hay personas que no pertenecemos a
ninguna parte.
Hay un grupo de seres humanos que
pertenecemos al mundo, al universo, “no
somos de aquí, ni somos de allá, no tenemos edad, ni porvenir…” Que nuestro afán no debe ser buscar pertenecer
a un lugar o estar rodeados de unas personas. Nuestra afán, un poco más egoísta
pero altruista, es no pertenecer a ningún lugar. Nuestro afán debe ser, vivir,
vivir el camino… solos o acompañados, siendo quienes somos… teniendo ese poco
de todo, simplemente sin pertenecer a ningún lugar, pero sin rechazar ninguno.
Quitarnos las vendas de identidades
segregacionistas y los afanes de pertenecer, de poseer o de estar incluidos. Preocuparnos
solamente por ser, vivir y disfrutar de la vida. Recordar que lo más importante
en el universo es el ser, no solo yo, todos los seres humanos. Que lo material
es pasajero, y que la única aceptación y pertenencia que debo anhelar es la mía.
Es supremamente difícil, la
pertenencia a un lugar para mí, no fue difícil de alcanzar, el hecho de que mi
padre fuera de otra nacionalidad y yo no supiera nunca bien si era de aquí o de
allá, me ha permitido no generar apegos a nacionalidades. Sin embargo hace unos
pocos años sin darme cuenta genere el apego a una persona, no muy consciente. Y
cuando la perdí… me ha significado noches largas, madrugadas y días de
lágrimas, penas y amarguras.
Soltar, dejar ir la necesidad de ser
parte de, de ser aceptado por, de pertenecer a un grupo o sentirse parte de
algo, es el peor de los vicios, es la droga más destructiva y dañina que puedes
encontrar. La forma más compleja de enajenarse de la realidad. Pero la búsqueda
de nuestro verdadero significado, liberarnos de esos apegos te permite alcanzar
la más grande de las felicidades.
Saber que eres libre, que no eres de
aquí, ni de allá; que eres de todas partes, que el tiempo pierde significado,
porque ya no hay edad. Y que el porvenir pierde influencia sobre nuestra tranquilidad,
porque lo que importa es quien soy yo y ser feliz.
Yo he decidido trabajar en la búsqueda
de esa libertad, de esa felicidad, he decidido dejar de buscar la pertenencia a un lugar, a
un grupo o a una persona. Soy de todas partes, me pertenezco a mí y quiero ser
feliz es lo más importante. Y si en el camino alguien quiere caminar a mi lado,
bienvenido… y si no Bon voyage!
Bueno, por lo menos así lo veo yo.
Fuente imagen: https://pbs.twimg.com/media/B3tkdOTIAAAqqh3.jpg
A veces el significado es mejor que la melodia.
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