Una
de las actitudes sociales más criticadas y menoscabadas, de forma general, por
casi todos los grupos de personas, es el amor centrado en el materialismo. Es
comidilla y chisme en casi todas las mesas de reunión el ver una vieja o un man
"arrivista" sacando provecho de su juventud o su belleza, para
obtener una mejor posición económica o una mejorar calidad de vida.
Obviamente,
ni que decir de las referencias sociales que generalmente se hacen, acerca de
quienes se dedican a la venta de favores amorosos, a cambio de unos cuantos
centavos (aunque a veces terminan siendo más de lo que recibimos los honrados
trabajadores). Ahí si que se llega a altos niveles de ofensas y expresiones de
alto calibre.
Sin
embargo, y muy a pesar de que considere que el amor debe tener algo de interés
(lo cual será material para otro post) hoy no voy a profundizar en este tipo de
amor materialista, sino en uno que considero, con el perdón de ustedes, mucho
más dañino y autodestructor, y son las relaciones cimentadas en la conveniencia
y no en el amor.
Disertando
un poco sobre el tema, y esperando aclarar las dudas que haya generado con el
párrafo anterior, las relaciones basadas en conveniencia económica no siempre
son tan destructivas como parecen, pues para empezar cada uno de los
involucrados sabe exactamente que esperar del otro y es consciente de lo que va
a recibir del otro, no hay mentiras, ni engaños, más allá de los que
socialmente quieran vender. Pero, por lo demás, es una relación bastante sana y
honesta, nadie puede resultar realmente herido.
En
cambio, aquellas relaciones basadas en otro tipo de conveniencias terminan
siendo dañinas para ambos, destructivas y nocivas en todo el sentido de la
palabra, el primer caso que conocí fue el de el amigo de un amigo, el mio... en
algún momento de mi vida y en esos afanes de no estar solo, decidí incursionar
en una relación con una persona altamente nociva para ella y para los demás, mi
afan de no estar solo y recibir los favores de la intimidad me llevo a vivir 2
y medio maravillosos años en el infierno, metido donde no quería estar.
Lo
único por lo que estaba en esa relación era por no estar solo y por tener quien
me ayudara a liberar mi libido, pero todo lo demás era destructivo y nocivo
para ella y para mi, discusiones todo el
tiempo y alegatos, chantajes en fin, mi contraparte en la relación (que parecía
una guerra) también estaba en la búsqueda materialista de sustentar su
necesidad de no estar sola, así que el juego, aparentemente claro, terminó minando la tranquilidad y la paz de
ambos.
En
muchas ocasiones me escuche decir a mi mismo, Me quiere, porque no aguantarse
un poco más así no la quiera... y eso me daba fuerza para tolerar una semana
más, hasta que llegó el momento de decir no más, tiene que haber algo más en la
vida que estar por necesidad con alguien.
El
segundo caso que conocí no fue menos patético que el mio, un amigo cercano
mantenía un relación con una chica que conoció en medio de la rumba y que la
frase más profunda de amor de ella fue: es que el me da tantas cosas. Que era
claro el motivante de ella, el de él era más profundo y destructivo, el quería
tener un motivo para ser infiel, para justificar su perradas y necesitaba
alguien que no estuviera por amor en su vida.. Y mantuvo esta relación lo más
que recursos pudieron.
Años
más tarde, la vida me llevo a conocer una mujer físicamente hermosa y
aparentemente intelectualmente muy inteligente, hasta que en una conversación
soltó que ella no estaba con su esposo porque lo amara, sino porque él la
amaba, y que obviamente ella solventaba su necesidad de amar en los brazos de
los caballeros que llenaran sus expectativas, manteniendo claro que no dejaría
nunca su relación de amor $insero. El le brindaba seguridad, estabilidad y la
hacía sentir especial.
Pero
más allá del interés, nada los unía. Materialismo del más puro y detestable,
porque por dentro te vas consumiendo, al saber que estas con alguien por
necesidad y no por amor, por costumbre y no por satisfacción, por lastima y no
por deseo.
Cuanto
se va consumiendo nuestro corazón cuando lo único que nos une a una persona es
el interés, el interés de sentirme seguro, de sentir libertad o estabilidad, de
sentir lastima y no querer hacer sufrir al otro como yo lo he hecho y sin
embargo, sin darnos cuenta, estamos envenenando el corazón al decirle que el
amor no importa.
Vamos
envenenando nuestro ser, nuestra capacidad de amar, al decir a nuestro espiritu
que no es importante amar, que es importante sentirse seguro, que es importante
la estabilidad... en fin... esto es importante... pero con amor... con amor
puro y verdadero, porque me nace, porque siento pasión por hacerlo... porque
con todas las fuerzas de mi corazón y de mi alma quiero estar con esa
persona... no porque me conviene hacerlo.
Al
final, de estas relaciones llenas de sinceridad solo queda frustración y dolor,
solo quedan lamentos, heridos y maldiciones... quizá no se diferencie de
algunas relaciones de amor, pero lo triste es que a diferencia de las
apasionadas... al final de estas todo es amargura.
Una
pareja no es una decisión de juegos de azar, no es una decisión de
conveniencias... es elegir el mejor compañero de viaje para la vida, es elegir
alguien no que me borre o no se vuelva un ser simbiotico... es alguien que me
acompañe... ayude y enseñe... y que me guste viajar con él o ella...
Así
que mis queridos amigos... los invito a revisar su viaje... .a veces es mejor
solo, que mal acompañado... y al preguntarte porque estas con esa persona, las respuesta no es porque la amo... no es una buena compañía.
Fuente
imagen:
https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEisTqniQtkJLQR4BUax3zo8f6_Cp-I9pMTEjdXciArJU-Zbo8f17kLGCwXSxfYIxy7YFId4Yn-9CQSk8XFm61NJzGXNQLnOxfNuwlhPwYmJxRA7YuVQduZ4d1uewuroUX07GPxM1cGTCcw/s1600/MATERIALISTA.jpg