Una de las
grandes ilusiones en mi infancia fue darme un paseo en este maravilloso
vehículo, aunque nunca pude definir muy bien que prefería, si viajar al pasado
o al futuro, pienso que me habría quedado un buen rato definiendo cuál sería mi
destino, la fecha exacta, el lugar. La encrucijada parte porque el pasado y la
historia siempre han sido una de mis pasiones, además, tener la posibilidad de
regresar en el tiempo y solucionar algunos errores de mi familia, hubiera sido
algo maravilloso.
Regresar y
obligar a mis padres a no meter las patas en tantos negocios
"chimbos", no dejarse tumbar tan fácilmente, eso quizá me hubiera
asegurado un presente mucho más "holgado" (económicamente), también
estaba el poder presenciar algunos eventos históricos y quedarme con un
recuerdo del momento, viajar a la época de hermanos Wright y ver volar el
primer avión o vivir en carne propia el mítico concierto de Woodstock. Serían
momentos para tener atesorados en la memoria.
Sin embargo,
viajar al futuro y conocer cómo sería mi vida dentro de 25 años, ver si cumplí
mis sueños o terminé frustrado, como sería mi familia, en fin. Me gustaría
saber si el Apocalipsis zombies se cumplió, la catástrofe nuclear se hizo
realidad o si aprendimos la lección y por el contrario vivimos en un mundo
organizado, al estilo de los supersónicos, calles donde no es necesario
caminar, donde no sean necesarios parqueaderos porque podemos guardar los
vehículos en pequeñas cápsulas. Lo cierto es que en definitiva haría lo que
hizo Marty Mcfly, buscaría los registro de los números ganadores del baloto de
los últimos 25 años para asegurar mi futuro, esperando no convertir la tierra
en ese mundo paralelo de Biff Tannen.
Justo en ese
momento me senté a disertar un poco sobre tanto sueño fantástico y me di cuenta
que conocer ese supuesto destino le haría perder todo el sabor a la vida, ya no
habría emociones, sorpresas, los triunfos ya no se sentirán iguales, sería como
ver jugar un equipo de fútbol que nunca pierde, no abría emoción. Entonces
recordé la frase del Doctor Emmett Brown "... Significa que tu futuro no
está escrito, ni el de nadie, así que escríbanse uno bonito, para ambos".
Comprendí
entonces algo especial, lo hermoso de la vida es la emoción diaria de saber qué
va a pasar después, a donde me llevarán las decisiones que tome. Ser feliz en
el camino, no por el resultado, que hoy soy lo que soy por los aciertos y
fracasos de ayer, que quizá si las cosas fueran distintas hoy tal vez ni
existiría. Aprender que cada decisión que tome me construye un futuro y soy yo
quien puedo hacerlo feliz o desdichado.
Concluí que
conocer lo que va a pasar lo único que me convierte es en un autómata amarrado
a un "destino" y aunque muchos lo crean así, prefiero vivir pensando
que mi futuro no está escrito, que yo seré en lo escriba cada día de mi vida.
Espero
construirme un maravilloso futuro.
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