Una de las primeras canciones de
salsa que me gustó (Y debo confesarlo que, a pesar de ser caleño, no soy muy salsero)
fue precisamente uno de los éxitos de Ruben Blades que lleva el mismo nombre de
este post. La canción, que estoy seguro todos la conocen, relata una serie de
situaciones en la vida donde las decisiones marcan un factor fundamental en
cada paso de nuestras vidas.
De hecho el estribillo de la canción
cita “decisiones… cada día, alguien
pierde, alguien gana… decisiones, todo cuesta, salgan y hagan sus apuestas”
y en este pequeño coro de la canción relata la realidad de las decisiones en
nuestras vidas. Cada que tomamos una decisión, alguien pierde o alguien gana.
Deteniendo un poco mi disertación en
esta parte del estribillo, la realidad es que querámoslo o no, cada vez que
tomamos una decisión alguien pierde o alguien gana, podemos ser nosotros o
puede ser otro, algo tan sencillo como enviar una hoja de vida y obtener un empleo;
esa decisión llevó a que otra persona, quien también concurso, perdiera ese
empleo seguramente.
Cuando estamos en una calle y
abordamos un taxi, y alguien más adelante lo necesitaba, nuestra decisión llevó
a que esa persona perdiera esa “oportunidad”.
El motivo de estos ejemplos nace porque muchas veces la razón para no tomar una
decisión, es el miedo a “lastimar” a
otros y lo cierto es que cuando otro no pierde… lamentablemente perdemos
nosotros.
A veces la bondad en nuestros
corazones nos lleva a retrasar decisiones porque tenemos miedo de hacerle daño
a alguien y la realidad es que por sencilla que sea la decisión, siempre,
siempre… alguien pierde y alguien gana… el problema es que cuando nosotros
perdemos, estamos poniendo en juego nuestra felicidad.
Siguiendo con la canción, la otra
parte del coro cita “decisiones, todo
cuesta, salgan y hagan sus apuestas” y lo bello de esta parte es que contiene
otra gran verdad de la vida. Las decisiones nos cuestan todo, nos pueden costar
una vida de felicidad o una vida de tristeza.
Una decisión tan simple como verte
con el amor de tu vida, con el cual te encuentras distanciado, una noche
intrascendente de lunes, sin un motivo, sino una charla superflua o verte con
tus amigos de farra, los cuales puedes ver cualquier otro día del año; puede
significar entre reconciliarte con el amor de tu vida o vivir largas noches de
pena pensando que debiste haber acudido a esa cita, en lugar de estarte azotando
contra las paredes por haber perdido la mejor mujer del mundo.
Las decisiones nos cuestan todo, la
felicidad, el éxito o el fracaso, un sí o un no, por insignificantes que
parezcan, nos pueden cambiar la vida de la noche a la mañana… “Salgan y hagan sus apuestas” perderás o
ganaras con la siguiente decisión que tomes…
Y aunque la canción nos invita a
pensar que toda decisión es un juego de azar, en el cual no sabemos si ganaremos
o perderemos con la siguiente decisión que tomemos… lo cierto es que el azar
depende de que tanto hayamos reflexionado frente a la consecuencia de cada
decisión.
Puede parecer un poco patético, pero
ante cada decisión que tomemos en la vida, sin importar el rumbo que decidamos,
siempre habrá un poco de arrepentimiento frente al resultado de la decisión
tomada. El truco está en que tanto esa decisión nos genera felicidad…
Suena contradictorio pero no… hay
cosas de las que nos arrepentimos superficialmente, como no ir a una fiesta o
no comernos una torta de chocolate, pero en el fondo sabemos que la decisión
fue sabia porque el resultado nos va a beneficiar.
Hay otras decisiones, como
desaprovechar una oportunidad o perder un amor, que nos marcaran para toda la
vida y nos dejaran una herida imborrable, que por más queramos, cada vez que
recordemos lo tontos que fuimos al tomar esa decisión, indefectiblemente nos
harán llorar.
Hay otras, sin embargo, que no sabes
que puede causar más dolor, si mantenerte o dejarlo, si seguir o cambiar, sabes
que no importa el camino que tomes vas a llorar desconsoladamente… en ese
momento y recordando a Socrates “no
importa el camino, te vas a arrepentir”, en ese momento sólo hay una
pregunta que hacer… en el largo plazo que te va a generar menos dolor.
Por eso, mi amigo lector, a lo que
te quiero invitar con esta pequeña disertación es que en la vida no dejes tus
decisiones al azar, no dejes tus decisiones a los demás y mucho menos postergues
tus decisiones, por dolorosas que parezcan, por difíciles que puedan ser o las lágrimas
que puedan generar a ti o a otros, debes tomar las riendas de tu vida y decidir.
Si lo dejas a los demás o al tiempo,
solo obtendrás un resultado seguro, mucha tristeza… y a la vida no vinimos a
ser tristes sino felices… así que levántate y decide por tu vida… Algo
importante, no importa la decisión que tomes, siempre habrá la posibilidad de volver
a decidir y ¡ser felices!
Fuente imagen: http://www.emprendepyme.net/wp-content/uploads/2013/02/Aprender-a-tomar-decisiones.jpg
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