Hace unos pocos
días, hablando sobre mi última publicación con mi hijo mayor, en sus
comentarios críticos me dijo algo que realmente me dejó sumamente preocupado y
fue: “muy lindo padre, pero como todos los textos de autoayuda solo es ciencia
ficción” honestamente no lo vi como una crítica personal, lo vi como un grito
de auxilio.
Sí, mi vida no
muchas veces refleja el optimismo que presentó al escribir, porque en muchas
ocasiones escribo precisamente para eso, para tener un punto de vista que me
invite a ver el mundo desde otra perspectiva. Pero lo que realmente me dejó
pensando fue: ¿realmente este mundo es tan triste? ¿Nuestra realidad realmente
es tan miserable? ¿Somos sólo víctimas de un completo y destructivo universo
donde nada, absolutamente nada bueno es real y son solo historias aisladas y
más relacionadas con la ciencia ficción? ¿Realmente la felicidad es tan
INALCANZABLE? Y lo cierto es que, aunque tengo una amiga que le daría la mano,
por ver el mundo desde una perspectiva tan “realista”, yo prefiero verlo con
otros lentes.
Y no hablo de
caer en el tan afamado “pensamiento mágico pendejo” de que todo lo que pienses
y “declaras” se hará realidad. O de considerar que, si lo piensas, lo planeas y
lo crees saldrá todo tal cual lo has considerado. Porque, en la realidad, como
nos enseñó Murphy, si algo puede salir mal, saldrá mal y siempre podrá salir
algo mal. Mi planteamiento de la vida y de la realidad se basa en ver la vida,
las metas y los sueños, como el fruto y resultado de una simple y elemental
decisión; pero no solo dejando nuestras decisiones en el mundo de las ideas,
sino aterrizandola a un entorno de disciplina, orden, perseverancia y
dedicación.
Cierto, siempre
será más sencillo, más fácil y sobre todo más autocompasivo con nosotros creer
que el mundo es injusto, malvado, que no importa que haga “el que nace pa’
maceta, no pasa del corredor” que “unos nacen con estrella y otros nacen
estrellados” o que los escritos de autoayuda solo son “ciencia ficción” y el
mundo solo es la cuota inicial del infierno. Que el hecho de pararnos frente al
espejo y decirnos “ya deja de estar metiendo las patas y andar como paloma,
defecando cada dos pasos” y tener claro que la vida y lo que logres depende de
cinco elementales cosas: 1. Deja de estar dependiendo de otros y toma tus
decisiones, no esperes que la “vida decida”; 2. Deja de estar llorando tu
lamentable situación, párate y ten la disciplina para alcanzar tus sueños. Todo
sueño requiere disciplina; 3. Deja de estar soñando y ordenate, en tu tiempo,
en tus finanzas y deja de pensar que las cosas “improvisadas son mejores”; 4.
No desperdicies el tiempo, revisa todos los días, no necesitas que otro te
controle. Y por amor de Dios, 5. !¡PERSEVERA! las cosas nunca se logran a la
primera.
No es fácil vivir
en un mundo mejor, no es fácil tener una vida más feliz, no es fácil vivir de
forma diferente, requiere de toda tu dedicación, pero se puede lograr. Deja de
hacer las cosas como la mayoría, ser feliz es un camino para gente dispuesta a
asumir el reto, no para mediocres que solo quieren autocompadecerse. Por lo
menos así lo veo yo.