Hace
algunos meses, por errores y malas decisiones me encontraba en una de las
etapas más oscuras de mi vida, en muchos momentos sentí que muy difícilmente encontraría
una salida, me consideraba la principal causa de mis problemas al sentir que en
lugar de tomar las decisiones adecuadas seguía un camino destinado a la
destrucción; y en ese momento, como dice la canción cuando sentía que estaba
a punto de estrellarme Dios trajo consigo un ángel a salvarme.
En
esa etapa de mi vida había perdido la fe en todo y especialmente en mí, en ser
capaz de enfrentar las cadenas que me ataban, incluso de ser capaz de cambiar
el rumbo de mi vida. Y en esa etapa tan oscura no solo me sentía solo, sino que
me distanciaba de todo incluso de quienes mantenían la fe en mí. Y fue así como
Dios trajo a mi vida un regalo, un regalo de vida, un ser maravilloso que me
mostro que yo sí tenía valor.
En
ese oscuro momento de mi vida llegó un ser maravilloso, hermosa en todo el
sentido de la palabra: un corazón lleno de amor, de compasión, de ternura y
sobre todo de humildad. Una humildad que me recordó que todos somos humanos y
fallamos, pero el cometer errores no define nuestra vida. Un ser que me recordó
lo que era sonreír, sentirse completo.
Ella
y sus maravillosos ojos verdes, que parecían iluminarse cada vez que nos encontrábamos,
me mostraron que yo si tenía valor, que mis errores y mis falencias no me definían.
Que debajo de todo ese polvo del camino, de todo ese barro y suciedad existía un
ser que merecía ser amado y valorado.
Ella,
con su figura hermosa, con su mágica sonrisa, despertó en mi el deseo de ser mejor
y me mostro que el amor si existe, que no importaban los 500 desamores que
había vivido. Ella me mostro que, si me podía enamorar, que yo no era malo, que
simplemente era un ser humano… con su humildad me recordó que la vida todavía
me deparaba cosas maravillosas y la primera, de ese nuevo camino era ella.
Hoy después
de 19 meses de caminar juntos, de crecer, de cometer errores y corregirlos, me
doy cuenta cada día más que el amor si existe, que siempre hay alguien que, sin
importar los errores y las caídas nos dará el valor para volver a empezar. Ella
me mostro que siempre podemos ser amados, respetados, pero sobre todo, que
siempre existe alguien que con amor y empatía nos puede mostrar como ser
mejores cada día.
Yo
solo quiero que, como mis padres, cada día que pase nos amemos más. Que jamás
pierda la fe y la confianza que me ha brindado cada día, así como valorar el
que cada día podré ser mejor. Pero yo, trabajaré cada día porque ella sepa que
nada, absolutamente nada, es más importante para mi que llenar su vida de amor
y su rostro de sonrisas, para que sus ojos y sus sonrisas iluminen mi camino…
ella es mi regalo de vida.
Para ti, con todo mi amor.