lunes, 27 de octubre de 2025

¿Deciones?


    Una tarde de sábado, cuando ostentaba poco más de 20 años y en la que me dirigía a un paseo de finca con un grupo de amigos, en el automóvil que nos conducía a nuestro destino tuve el gusto de escuchar por primera vez al que se convertiría en uno de mis artistas favoritos, Rubén Blades, la primera canción que escuché de él fue “Decisiones”, dejándome atónito por lo profundo y al mismo tiempo simple de su mensaje.

    Creo conveniente aclarar que, a pesar de ser un ferviente Caleño, amante de este bello terruño, capital mundial de la “Salsa”. Era hasta ese momento poco o nada lo que este insigne ritmo musical me atrajo. Siempre me centre en otros ritmos de un origen más anglosajón.

    Pero esa canción me dejó inmerso en una profunda reflexión, que incluso en la actualidad logra confrontarme. En ocasiones he querido evadir la responsabilidad frente a mis acciones o frente a las consecuencias de ellas y es entonces donde viene a mi memoria esa canción. A partir de ella he buscado enmarcar lo que, a pesar de muchos de mis hechos o desechos, he querido considerar el punto crítico y fundamental en la vida: las decisiones.

    Han sido muchas las ocasiones, donde diversos debates sobre la vida, sobre los valores, la felicidad o éxito, he sido un férreo defensor de que todo, absolutamente todo, depende única y exclusivamente de nuestras DECISIONES. Incluso, que si hoy somos infelices, es simplemente porque no tomamos la decisión de ser felices. Qué el que por su gusto muere, hasta la muerte le sabe a bueno.

    Pero, en otras tantas ocasiones de la vida, me he visto a mi escudándome tras “factores” fuera de mi control, dependencias o inmutables. Olvidando con el mayor de los cinismos cuantas veces he señalado a otros, por evadir su responsabilidad y decidir simplemente no cambiar su realidad.

    Y ahora, retomando esta reflexión, me dio cuenta de que a veces simplemente tomamos el camino más fácil y rápido para no aceptar la responsabilidad sobre nuestras vidas, siempre será mucho más cómoda la vida y menos pesada la carga de la culpa, si mis acciones no son mías, sino que soy una simple víctima de las circunstancias.

    Pero nadie que haya seguido el camino fácil a logrado realmente algo significativo y trascendental, para sí o para los demás. Y es por eso, que recordando la historia cantada por este juglar de la Salsa; cada paso, cada situación de la vida, cada experiencia, cada camino que se ha tomado, es solo el resultado de una decisión. Una decisión consciente o inconsciente, si lo quieres ver de esa forma. Pero una decisión que te llevará al éxito “en la segunda del noveno” o al fracaso “pito, choque y la pregunta”.

    Porque la vida son decisiones, el camino que tenemos frente a nosotros siempre nos invitará tomar una decisión y cuando lo aprendemos y lo aceptamos, tenemos dos posibilidades frente a cada decisión, será la certera y la felicidad; o será la equivocada y por tanto un aprendizaje, una experiencia.

    Yo ya me cansé de vivir una vida dependiente de otros, llámense personas o cosas. Hoy decido empezar a llevar una vida centrada en mis decisiones, las mías, que me enseñen o me brinden el éxito. Al fin y al cabo, las que me enseñan hoy, mañana me llevarán al éxito.

Por lo menos, así lo veo yo.

 


miércoles, 1 de octubre de 2025

Esclavos de nuestras libertades..

 


Hace varios días vengo con la idea  de este  post en mi cabeza. Y es que, como quizá le ha ocurrido a muchos, hace algunos años en la busqueda de ejercer y hacer valer mi libertad, mi libre albedrio y mis decisiones, terminé encandenado a algo que me ha generado más destruccion  que beneficio. En esa busqueda de mostrar mi diferenia y mi autonomía terminé bajo el yugo de algo que me fue consumiendo con el tiempo.

Y es que en esa reveldía de las edades tempranas, son muchas las ocasiones en las que no esccuchamos a nadie, en las que por demostrar que "nuestro corazón no paga renta" nos embarcamos por caminos en los cuales el destino indefectiblemente será la soledad y el miedo. Pensamos que el declararnos independientes e ingobernables nos va a conducir sin escalas al sueño del éxito, pero el primer tramo que recorremos en esa autopista al infierno, es decir adios a la humildad y abrazarnos a la soberbia que luego se encagará de consumirnos.

Nos distanciamos, cortamos lazos con todos los que nos rodean, para no dependerde nadie, para que nadie nos gobierne, porque nuestra vida es nuestra y solo nosotros sabemos lo que nos conviene y no nos conviene... pero lo que olvidamos es que al dejar de depender de otros, al no generar arraigos con nadie, no solo nos iremos quedando solos, sino que ineludiblemente iremos generando dependencias con cosas, con lugares y con vicios mediante los cuales nos iremos destruyendo poco a poco, sin prisa, sin afan pero con efetividad.

Y esa soberbia a la cual nos abrazamos para dejar atras la humildad, que nos podia conducir a la dependencia, primero nos hará enseguecer con el brillo de nuestras capacidades, para luego enterrarnos en el juicio constante por nuestras inapacidades, recalcando a cada paso los errores del camino, solo con un proposito, que nos aferremos cada vez más a todo aquiello que nos aleja de la realidad, para no sentir la carga de nuestros fracasos.

Y es así, como al final del camino nos encontramos a las puertas del infierno, anhelando la muerte, para no seguir cargando con el peso de nuestras frustaciones y fracasos, dependientes de cosas, de lugares y de vicios en los cuales encontramos un poco de sociego, ante tanta culpa y desprecio que cargamos a cuestas por los daños, por los años, por la soledad por lo perdido, por lo abandonado.

Pero incluso, estando a las puertas del infierno y llenos de temor ante la vida, todavía se puede dar la media vuelta, cambiar nuestro rumbo y liberarnos de todo aquello que nos ata. Aunque no es facil, requiere la humildad de aceptar que no somos perfectos, que cometemos errores y que necesitamos de los demás para daarle un buen rumbo a nuestra vida.

Requiere amor, porque lo unico que nos dará la fuerza para enfrentar los temores es el amor. Nada puede con el miedo, más que el amor, porque el amor nos enseña a renunciar al egoismo y la soberbia, el amor nos enseña que no hay que ser perfectos para tener valor y que a pesar de los tropiezos y fracasos, cada dia es una opotunidad para cambiar y darle un buen rumbo a nuestras vidas.

Y lo más complejo, requiere la decisión de cambiar, sin mirar atras, sin buscar escapes, sino con el tesón para enfrentar cada cosa que la vida te depare. La decisión de perdonarte y seguir, entender que eres humanno, y que no importa cuanto consejo sabio hayas reecibido, tienes derreho a equivocarte. Toma tiempo, no es facil soltar cadenas  que ya hicieron marcas imborrables en nuestro cuerpo y en nuestra alma. Pero así mismo, como nos fuimos encadenando poco a poco, poco a poco nos iremos liberando, siempre que aceptemos con humildad la orientación que con amor nos dan quienes no pierden la esperanza de vernos renacer de nuestras cenizas.