miércoles, 20 de abril de 2016

Con rémoras y parásitos a cuestas.


Estando buscando temas para leer y aprender nuevas cosas, aplicando mis propios consejos encontré un tema que alguna vez me había apasionado muchísimo: las rémoras y los parásitos. Desde la biología los primeros son considerados pequeños "comensales" que se aprovechan de los sobrantes que salen de la boca de los animales a los cuales se adhieren como "pequeños estorbos" en el nado.

Se supone que nos son tan dañinos, hasta dicen que sirven para algo, aunque lo cierto es que tener esa alimaña pegada a tu vientre, de alguna forma te va reteniendo estorbando, calculo incluso que hasta cansando. Por otro lado, los parásitos desde las ciencias son totalmente dañinos, son pequeños depredadores que te van consumiendo poco a poco, hasta que el huésped pierde todos los alientos y empieza a morir devorado completamente por la "misteriosa alimaña" que tienes en tu interior. 

Y en medio de esta disertación "biológica" sobre estas estorbosas "criaturitas" que se vinculan a nuestro cuerpo para sacarnos provecho y luego partir, llevarnos a nuestro entierro y morir de paso con nosotros,  pues con tal de destruir a su huésped no importa si tienen que morir; me dejo pensando cuantas veces en la vida nos cruzamos con personas similares... desde que estamos en el colegio y llegan los conocidos "chupasangre" a chupar llanta y sacarle el jugo a los "nerds" y superar cada año de estudio o tan solo determinadas asignaturas.

Ojo, si nunca te encontraste con algún compañero "vampiro" en el bachillerato, hay un alto nivel de probabilidades que tu lo fueras. Sin embargo, digamos que en la vida escolar estos personajes del bajo mundo son hasta graciosos, llegan a ser una parte importante de la "fauna" escolar. Pero a partir de allí en lugar de generarnos gracia el toparse con unos de estas rémoras o parásitos "antropoides", muy seguramente nos pueden conducir a la perdición.

No siempre es fácil identificar estas pequeñas y aprovechadas alimañas en nuestro entorno animal (Por decirlo al mejor estilo de Naturalia). En muchas ocasiones llegamos a pensar que son personas realmente increíbles porque aparentemente no tienen grandes ambiciones, son amantes del "Status Quo", de mantener su estado de "Confort" y al igual que una sirena, nos van conduciendo con su engaño y delicada voz a perder las energías y las fuerzas para luchar. Sentimos como nuestra fuerza poco a poco se va agotando y no logramos superar ni las más mínimas dificultades.

Perdemos nuestra fuerza y nos vamos consumiendo hasta desaparecer, sin darnos cuentas nuestro pequeño parásito se aprovecho de nosotros, nos saco el jugo, incluso sin importarle que muriera con nosotros. Otros ejemplares de estas devastadoras criaturitas son las que se van por el otro extremo... están llenas de sueños y ambiciones, pero nunca tienen la fuerza y la capacidad; se pegan a nosotros como trampolín para alcanzar lo que quieren.

Al igual que las rémoras, nos hacen creer que nos están animando y apoyando a subir a crecer, pero por el contrario están pegadas, "Sacándonos" el jugo, disimuladamente van obteniendo todo lo que quieren y nunca nos hemos dado cuenta que el benefactor de cada uno de sus logros fuimos nosotros... estamos completamente convencidos de que son "luchadores(as) o verracos(as)" y la realidad es que solo fueron una sanguijuela que nos saco la sangre sin darnos cuenta.

Y entonces, cuando estamos consumidos y sin salida, nos dicen "Bye"...  Te das cuenta cuando es demasiado tarde. Y no hablemos de cosas materiales, hablamos de la fuerza, la energia, los sueños y los objetivos de vida. Estas rémoras y parásitos de la fauna humana no se alimentan de dinero, eso viene y va... se alimentan de nuestros sueños, su objetivo es obtener lo que quieren pero en el camino irnos acabando poco a poco, que nuestras emociones vayan desfalleciendo.

Nos llevan a tal nivel de engaño que nos hacen creer que no se puede concebir una vida sin tenerlas a nuestro lado, porque al igual que la naturaleza, nos vamos adormeciendo... Pero como en todo, la solución está al alcance de una decisión, tomar la decisión de continuar, de soltarnos el parásito y recuperar nuestra fuerzas y nuestro espíritu.

Suena sencillo, pero no lo es, no es fácil tomar una decisión requiere que te levantes y digas "Ya basta!"... y empieces a actuar en forma armónica con tu pensamiento y tus palabras... 

Eso sí, luego no te quejes por los resultados de tu vida, tu eres que ha tomado le decisión de continuar caminando con tus rémoras y parásitos a cuestas...

Anímate a cambiar y a liberarte, verás que libre se siente.


Fuente imagen: http://www.posidoniaecosports.com/blog/wp-content/uploads/2015/08/Tibur%C3%B3n-Toro-R%C3%A9mora.jpg

2 comentarios:

  1. Amigo: tienes toda la razón. Esos parásitos te roban tus ideas, tus sueños, fingiendo una hermosa y leal amistad. Tarde te das cuenta de ello. Será mejor un viaje en soledad o será mejor ocultar tus sueños o el egoismo con tu ser y tu saber?

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